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Rafa Nadal, un año de ensueño

Después de dos cursos difíciles, el mallorquín ha recuperado la confianza y la lesiones le han respetado. Reconquistó la tierra, el número uno y suma cinco títulos para edulcorar una carrera de leyenda

Alejandro Ciriza
Nadal celebra la victoria contra Anderson en la final de Nueva York.
Nadal celebra la victoria contra Anderson en la final de Nueva York.JEWEL SAMAD (AFP)

Dice Rafael Nadal que él encuentra la felicidad en el mero hecho de estar sano y poder competir, en sentirse deportista día a día y disfrutar de su profesión, de la que su cuerpo hercúleo, paradojas de la vida, le ha privado más que a ninguna otra figura del tenis. Esta temporada, sin embargo, el mallorquín ha vuelto a desplegar las alas y a triunfar. Después de dos años difíciles ha obtenido la regularidad deseada y está completando uno de los mejores cursos de su carrera. “¿El mejor? No lo sé. Solo sé que lo que me hace feliz es poder jugar al tenis”, cuenta.

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Cinco títulos, tres finales. El mallorquín es el jugador que más victorias (56) registra esta temporada. Solo ha cedido nueve partidos y ha conquistado cinco trofeos, dos de ellos grandes: Montecarlo (Albert Ramos), Barcelona (Dominic Thiem), Madrid (Thiem), Roland Garros (Stan Wawrinka) y US Open (Anderson). Además, disputó las finales de Australia (Roger Federer), Acapulco (Sam Querrey) y Miami (Federer). Solo en 2010, cuando ganó tres majors, rindió mejor en los escenarios más importantes.

La tierra: de 10 en 10 y supera a Vilas. Sobre su superficie fetiche recobró todo su esplendor. Tenía el reto de alzar su décimo título en Montecarlo, el Godó y Roland Garros, y lo logró. Venció también en la Caja Mágica y solo se le resistió Roma (Thiem). Además, se convirtió definitivamente en el tenista más dominador de la historia en la arcilla. Se desmarcó de Vilas (49 premios) y abarca ya 53 títulos.

El mejor del año y número uno. Después de tres años oscilando en el top-10 del listado regresó a la cima del circuito, la cota que abandonó el 6 de julio de 2014. Ahora manda y con más autoridad si cabe después del éxito en Nueva York, puesto que ha ampliado la renta (9.465) con respecto a Federer (7.505), casi dos mil puntos por detrás. Gobierna Nadal porque también es el jugador más regular del año, según la Race. Encabeza la tabla con 9.365 puntos, por delante de Federer (7.505), Zverev (4.220), Thiem (3.715) o Wawrinka (3.150).

La barrera de los 1.000. En Miami franqueó la frontera de los 1.000 partidos. Por encima de esa cifra es el tenista con mejor porcentaje: 862 triunfos y 183 derrotas (82,4%). Ostenta, de este modo, el mejor promedio de la Era Abierta; leyendas como Jimmy Connors (81,8%), Federer (81,8%) o Ivan Lendl (81,5%) quedan a rebufo. Solo otros tres jugadores españoles, David Ferrer (1.065), Arantxa Sánchez Vicario (1.054) y Conchita Martínez (1.036), saltaron tantas veces a la pista.

Nadal efectúa un servicio durante la final del US Open.
Nadal efectúa un servicio durante la final del US Open.SHANNON STAPLETON (REUTERS)

El pulso con Federer. El suizo ha sido, sin duda, la gran oposición. A sus 36 años, cinco más que Nadal, ha jugado menos torneos (9) y menos partidos (43: 39/4). Ambos se han hecho con cinco trofeos y han ganado dos Grand Slams, aunque Nadal ha participado en una final más. En cuanto a los torneos de Masters 1.000, uno y otro han ganado dos hasta ahora: Nadal se adjudicó Montecarlo y Madrid, y el de Basilea Indian Wells y Miami. El suizo perdió una final (Montreal) y el español otra (Miami).

Ninguna lesión. Después del percance de muñeca que torció el año pasado, este no ha sufrido ningún contratiempo físico importante. De hecho, hacía tiempo que Nadal no se sentía tan fuerte. Por primera vez en varias temporadas pudo completar una pretemporada en condiciones y no padece dolores. A ello se le une el equilibrio emocional –“hay dudas, siempre hay dudas, pero contribuyen a que trabaje más y hacen que mejore”–. Esto ha posibilitado que participe en 14 torneos y juegue 65 partidos, más que ningún otro. Por detrás están el austriaco Thiem (64) y el alemán Zverev (62).

Moyà, el complemento ideal. La próxima temporada, Toni Nadal no continuará en el banquillo. El técnico más laureado de la historia del tenis no viajará más (solo circunstancialmente) y colaborará desde Manacor y la distancia. Aumentará, por tanto, el protagonismo de Moyà, referente y amigo de Nadal. En su primer año en el equipo, el que fuese número uno ha aportado confianza y estímulos competitivos al rey actual.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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