Marco Asensio revienta la BBC
Ausente Cristiano, fallón Benzema y desconectado Bale, el mallorquín tira del equipo con clase, personalidad y goles
En época de crestas esculpidas, tatuajes, peinados que parecen dibujos, de traspasos millonarios más propios del dinero del Monopoly, hay un futbolista que sigue jugando con la ligereza y la despreocupación con las que se empleaba en el patio del colegio. Tiene edad (21 años) e inocencia todavía para ello, cara de adolescente, pero una personalidad de veterano. Marco Asensio lo hace todo tan fácil que parece jugar sin rivales.
El joven mallorquín ha reventado la BBC en este arranque de temporada, en la que lleva cuatro goles en cinco partidos. Sin Cristiano (sancionado), con un Benzema fallón y poco afortunado delante de la portería y con un Bale deprimido y desconectado del equipo, Asensio ha asumido el peso del Madrid. De forma natural y sin tembleques, como si llevara una vida en Chamartín.
Es a él a quien buscaban todos sus compañeros el domingo contra el Valencia. Pelota que pasaba de la mitad de campo, pelota que iba para los pies de Asensio. Abrió el marcador con un golazo y firmó el empate con otro de falta. “Yo pienso en colocar ahí el balón...”, contestó cuando le preguntaron si esos golpeos, toques y jugadas le salen de forma natural o se para a pensarlos. Mientras el mallorquín ponía de pie al Bernabéu, Bale descubría que la paciencia del público tiene un límite. El galés fue pitado el domingo. Cada vez que perdía un balón y también cuando fue sustituido por Zidane. La condición física de Asensio, la facilidad con la que se asocia con sus compañeros, su presencia y cambios de orientación le pondrán la vida muy difícil a Bale. Y más en este Madrid que es menos de arrancadas y más de tener el balón y combinar.
Puede que Asensio no haya disuelto (todavía) a la BBC, pero sí ha contribuido a que se deje de considerarla intocable. A Zidane le preguntaron si los silbidos afectarían a Bale teniendo en cuenta la progresión de Asensio. Contestó que sí y que ojalá Asensio siguiera así, pero que eso no tenía nada que ver con Bale. “Gareth es Gareth, un jugador importante de la plantilla y vamos a seguir contando con él”, añadió a la pregunta de si le veía ahora mismo intocable, titular o suplente.
Calma ante los elogios
El año pasado, Asensio disputó 1.918 minutos en total. Llegó a quedarse fuera de cinco convocatorias seguidas y se quedó sin sumar minutos en 13 partidos. Dijo que sufrió porque, acostumbrado a tener continuidad, se tuvo que amoldar al papel de suplente habitual. Aprendió a no bajar los brazos y a seguir trabajando. Mimado por Zidane, que le decía que estuviera tranquilo, que era su primer año, fue creciendo poco a poco.
Ahora, y puede que sin siquiera quererlo, ha derribado puertas y es imparable. “Es un jugadorazo, puede marcar una época en el Madrid y en el fútbol español”, le piropeó Marcelino, el entrenador del Valencia. ¿Estás por delante de Bale?, le preguntaron a Asensio el domingo, pasada ya la una de la mañana. “Todos nos sentimos importantes y todos tenemos que remar en la misma dirección, no tiene que haber ni titulares ni suplentes, todos tenemos que ir a una como nos fue así de bien el año pasado”, respondió respetuoso.
Cuentan en el Madrid que él mismo se mantiene con los pies en el suelo. Que es su carácter y su educación y que el fallecimiento de su madre cuando tenía tan solo 16 años le enseñó a relativizar las cosas. Cuentan también que cuando le dijeron que tenía que salir a la zona mixta después de sus dos goles del domingo al Valencia se quedó preguntando por qué, ya que su actuación no le había parecido trascendente.
“Los elogios al final no me tienen que debilitar. Tengo que seguir trabajando como siempre para que se vean los frutos. ¿Si estoy pendiente de ellos? Algunos es inevitable escucharlos, tampoco me puedo hacer el sordo” reflexionaba el mediapunta. Por lo pronto ha abierto los oídos y los ojos de todos y se ha metido al público en el bolsillo. Zidane sonríe cuando escucha su nombre. El camino de la BBC empieza a ponerse cuesta arriba.
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