Marco Asensio pega el estirón
El mallorquín, a quien fichó el Madrid tras dejarlo escapar el Barça, crece a pasos agigantados sin perder su actitud despreocupada
En el césped del Allianz Arena, hace casi dos semanas, Marco Asensio calentaba con los suplentes. Peloteaba junto a Morata, Isco y Kovacic. Lo hizo sin parar de sonreír y hacer bromas, como si estuviera en el patio de casa. Con esa actitud despreocupada saltó al campo en el minuto 57 para sustituir a Bale y dar el pase de gol a Cristiano en el 1-2.
Ese desparpajo y esa actitud despreocupada son las mismas que le hicieron dormir como un tronco el día antes de la final de la Supercopa de Europa contra el Sevilla. Era su debut con la camiseta del Madrid. Zidane le llamó a su habitación, le dijo que estaba contento con él, que quería que se quedara en el equipo porque había demostrado que podía jugar allí y le anunció que sería titular. Cualquier otro chaval a sus 21 años, habría tardado en conciliar el sueño. Asensio se durmió tan profundamente que un empleado de seguridad tuvo que llamar a su puerta por la mañana. “A correr, que tienes que ir a hacer los estiramientos”, le dijo.
Marcó Asensio esa noche, un golazo desde fuera del área. Nueve son los tantos que lleva esta temporada. El último, lo anotó contra el Bayern el miércoles. El joven mallorquín ha dejado de ser la mascota del grupo para convertirse en algo más que una promesa. Zurdo y con una gran visión de juego, a la calidad que tienen James e Isco, jugadores de su perfil, añade explosividad y velocidad con el balón en el pie. Con Bale todavía no al cien por cien –empezó a entrenarse el jueves con el grupo- Zidane podría darle minutos contra el Barcelona el domingo (20.45, Movistar Partidazo).
Con el Barça había alcanzado Asensio un acuerdo en agosto de 2014. Era todavía juvenil y el Mallorca había fijado una cláusula de 4,5 millones: 2,5 al contado y los otros 2 a pagar cuando llegara al primer equipo. Dos días después de ese acuerdo, Bartomeu llamó a Horacio Gaggioli, el representante de Asensio, para decirle que el Mallorca había cambiado los términos del acuerdo y que quería el pago completo de la cláusula. El presidente del Barcelona dio marcha atrás. Cuando se hizo oficial su fichaje por el Madrid –en diciembre de 2014- Bartomeu volvió a llamar a Gaggioli y le dijo: “He visto que Asensio ha fichado por el Madrid; ¿no habíamos quedado que se venía al Barça?”. “Sí, hace mucho tiempo, luego ustedes desaparecieron del tema”, le contestó el representante de Asensio tal y como cuenta en el documental Una història reial de IB3.
Pocos meses después de ese acuerdo que no se plasmó, Asensio recibió una llamada de Florentino Pérez. El presidente del Madrid le dijo que harían todo lo posible para ficharle. Marco, su hermano Igor y su padre Gilberto se acordaron entonces de una escena vivida en Mallorca un par de veranos antes. La madre de Asensio (falleció cuando él tenía 15 años) se cruzó en el puerto con el presidente del club blanco, le pidió que se hiciera una foto con su hijo y le dijo: “Quédese con esta cara, el día de mañana fichará a este niño”.
Problemas de crecimiento
Por aquel entonces Asensio llevaba el nombre –lo eligió su madre, holandesa, seguidora de Marco Van Basten- y no el apellido en la camiseta. Los que le conocen coinciden en que la familia, que nunca le presionó y siempre le invitó a vivir el fútbol como una diversión, es la clave de la normalidad y humildad de este chico de 21 años que dice que no se da cuenta de lo que está viviendo y que se define como “tímido, luchador y trabajador”.
Sus amigos de toda la vida aseguran que si no sabes de fútbol nunca sabrás que es un jugador del Real Madrid, porque no habla de ello. Su padre, repartidor en el Eroski, se pidió una excedencia de dos años para acompañar a su hijo pequeño en su aventura en el club blanco. Dejó los madrugones a las cinco y media de la mañana para estar con él en Madrid. Su preocupación, desde que su hijo se pasara las mañanas en el fútbol y las tardes en el fútbol sala, siempre ha sido cómo lo acogerían los mayores en el vestuario. En el del Madrid se ha ganado a todos con su humildad.
“Siempre he sido el más pequeño del equipo por eso tienes que aprender a protegerte mejor y a usar mejor el cuerpo”, ha contado el mediapunta. Un cuerpo que le dio muchos problemas en su adolescencia debido al crecimiento. Sufrían mucho talones y rodillas, no había partido que no acabara llorando. Su padre y su hermano tenían que sacarlo a cuesta porque no podía ni andar y por la noche dormía con las rodillas envueltas en una pomada especial y papel albal. Hasta que su cuerpo dio un estirón. Cambió entonces su forma de jugar. De diez puro, afinó el disparo y mejoró mucho el desborde con espacios. Eso, unido a la visión de juego, versatilidad, al perfil bajo que mantiene ha hecho que se le vea ya como el futuro del Madrid. Un futuro que costó 3,9 millones de euros.
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