El Valencia puede con el Real Madrid y con Asensio
La excelente actuación del madridista, autor de dos grandes goles, no impide que los valencianistas, muy competitivos, rebajen a los de Zidane y sumen un punto en el Bernabéu
Por fin el Valencia parece destilar otro aire, más acorde con su historia que con sus recientes extravíos. En Chamartín fue un equipo compacto, tan bien articulado que logró rebajar a un Real Madrid del que solo tiró Asensio, que ya es un jugador con tanto presente como futuro. Pero ante un Valencia muy bien atornillado, esta vez no le alcanzó al Real Madrid.
Fue un Valencia muy de autor, muy de Marcelino, que suele armar escuadras competitivas, difíciles de descorchar. Frente al Real Madrid, los valencianistas, con las líneas muy juntas, lograron amortiguar las muchas virtudes de los de Zidane, más planos de lo habitual. El convoy visitante les bloqueó las bandas, lo que dejó en la cuneta a Marcelo y Carvajal, capitales cuando el Real Madrid rema río arriba. Además, con el desdoble de dos laterales por la izquierda —Lato y Gayá—, Carvajal tuvo tajo a su espalda.
Atosigado por las orillas, tampoco el Real Madrid encontró aire por los pasillos interiores. Kondogbia, debutante, marcó el territorio, con la escoba y con buen pie para dar carrete al juego. Como primer resultado, Isco se quedó fuera de plano. Tampoco asomó Bale, sin peso en el partido pese a la ausencia de Cristiano. Solo Asensio dejó huellas e hizo pagar a Kondogbia su único traspié de la noche. El francés no mejoró un mal servicio de Rodrigo y la pelota le cayó al balear. El gol ni se intuía, porque el chico estaba a varias cuadras de la meta de Neto. Pero con Asensio por el medio lo imposible resulta natural. Avanzó unos metros y desde fuera del área no disparó, simplemente dio un pase a la red con su prodigiosa zurda. Un golazo de un futbolista casi recién llegado a la élite que ya fabrica en serie golpeos como el que adelantó al Real Madrid.
El tanto de Asensio no arrugó a este Valencia con el hueso y la autoestima que le han faltado en las últimas temporadas. Nada de ese equipo con jugadores a granel que iba de tumbo en tumbo. En el Bernabéu, al compás de Kondogbia y Parejo poco a poco cogió el hilo al partido. Pasó de negar al Real Madrid a tomar las riendas del juego. Pronto hizo bingo. Gayá conectó de forma estupenda con Lato, que irrumpió al cogote de Carvajal y su asistencia la embocó con sencillez Carlos Soler. Otro motivo de orgullo valencianista: un gol tejido y concluido por los tres canteranos alineados como titulares por Marcelino, dispuesto a purgar al desnortado Valencia.
Ni el empate terminó por activar a un Real Madrid más reconocible. Para colmo, la hinchada blanca, exigente como pocas, incluso cuando le brindan el título de Liga, la tomó con Benzema. El único que encaró a Neto tras la diana de Asensio se llevó alguna silbatina después de cerrar el primer acto con tres ocasiones fallidas.
Zidane reaccionó en el descanso y dio vuelo a Kovacic en detrimento de Isco, con problemas físicos. El croata, con Casemiro obligado a ser central, liberó a Kroos del pivote. No se alteró el guion. El Valencia se mantuvo firme, cada vez más exigente. Si acaso, algo más tieso en ataque, donde no va sobrado de dinamita, pese a lo que no renunció al despliegue.
Asensio al margen, el Real Madrid no encontró a alguien más que le diera chispa. A Bale nunca le cambió la cara, hasta que Zidane le mandó a la sombra en favor de Lucas. También hubo algún pito para el galés. Nadie secundaba a Asensio para dar fluidez al juego, para enchufar al equipo dinámico de estos tiempos. Además, enfrente, con Neto y Murillo, dos de sus fichajes, el blindaje defensivo del Valencia no fue cualquier cosa.
Crecido por su nivel competitivo, el conjunto de Marcelino no fue conformista. No se achicó, y en pleno cara a cara con todo un campeón, Rodrigo maniobró dentro del área y citó a Kondogbia, que llegó al asalto y dejó clavado a Keylor. Al Real Madrid le quedaba un cuarto de hora. Eso en Chamartín es un mundo, hasta en las jornadas más grises. No estaban CR y Bale, pero son días de Asensio, que a sus 21 años parece llevar toda la vida en el fútbol y media vida en el Madrid. Cogió a su equipo por la pechera, marcó el 2-2, con un pícaro lanzamiento de falta y dejó a los suyos a un dedo de la remontada, frustrada por otro sencillo remate erróneo de Benzema y una gran parada de Neto, que desvió a un poste un cabezazo del galo. En el cierre también la tuvo Zaza. Punto final a un duelo intenso con dos ganadores: Asensio y el renacido Valencia.
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