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Nairo Quintana: “No voy a cambiar de sueño, siempre es el sueño amarillo”

El ganador de la última Vuelta a España habla de su experiencia en el Tour y de su apoyo al proceso de paz en Colombia

Carlos Arribas
Nairo Quintana, el viernes, en Gorráiz.
Nairo Quintana, el viernes, en Gorráiz.Jesús Diges (Efe)

Al final del Tour pasado contaban en su equipo que Nairo Quintana (Tunja, Colombia, 1990) se sentía tan desmoralizado por no haber estado a la altura de las expectativas que había alentado que ni siquiera le alegraba pensar que iba a terminar tercero y subir al podio en París. Le tuvieron que convencer de que terminar tercero no estaba nada mal, dadas las circunstancias, de que más le valía subir alegre y contento, de que ya se daría cuenta de lo importante que era. Tres meses después, y una victoria en la Vuelta entre medias, el colombiano lo tiene ya tan asumido, que en su voz no hay ni rastro de duda. Dice su director, Eusebio Unzue, que tiene el Tour en sus piernas, y Quintana lo cree.

Pregunta. Ya en febrero cargaba ante toda Colombia con la responsabilidad de ganar el Tour. ¿No le pesó demasiado en la carrera?

Respuesta. No. Lo único que me ha afectado ha sido la salud, porque hasta la suerte nos ha respetado. Pero si no tienes salud, no puedes hacer nada. Vas como puedes y como te lleven y tratas de librar y salvar la carrera. Solo podía aguantar. No tenía sino para ir con ellos y aguantar, aguantar, pero no tuve para un gran ataque. Me afectó la alergia que me trajo el cambio de clima, llovía, no, volvía y salía polen. De hecho, no era un cansancio seco, de muerte. Simplemente, el cuerpo no giraba lo que tenía que girar.

P. ¿Pero, mentalmente, no estaba tenso?

R. No. Estaba tranquilo. No era la primera vez que me presentaba al Tour y tampoco tenía una obligación de vida o muerte de ganarlo. No es mi último año ni tampoco el primero.

P. ¿Seguro que no era vida o muerte? ¿No temía el regreso a Colombia sin el maillot amarillo que casi había prometido?

R. Para nada. Yo nunca he prometido ganar. Yo he prometido intentar ganar.

P. ¿Fue duro el regreso?

R. No, no, no... Para mí fue como una victoria. Para algunos pudo parecer fracaso pero para mí fue una victoria por todo lo que pasé, hacer un podio en esas condiciones es algo que fue muy, muy bueno, muy importante. Saco más reflexiones y le doy un mérito especial. Las dos veces que hice segundo, estaba al 100 por 100, y en excelentes condiciones. Este año no estaba en condiciones y por eso valoro el podio.

“A mí me viene bien casi todo. Etapas de montaña largas y también las cortas”

P. En la Vuelta, en cambio, estuvo bien...

R. Sí, un poco mejor... Ahí vimos al gran Nairo. La Camperona, Lagos de Covadonga... El triunfo en Lagos era una victoria que el cuerpo necesitaba, y la cabeza. Aquel primer golpe que di me valió para darme cuenta y saber que estaba el más fuerte.

P. Según su director, Eusebio Unzue, que siempre recuerda que en ciclismo nunca se deja de aprender, usted este año ha recibido dos grandes lecciones de ciclismo: una le valió para superar la frustración del Tour y la otra, el master que impartió Contador en la etapa de Formigal, para ganar la Vuelta...

R. Se sigue aprendiendo cada vez más, sí. Vamos adquiriendo experiencia, y no solo yo, también los otros compañeros que hemos llegado a este equipo más o menos al mismo tiempo, seguimos dando pasos. Con Contador volví un poco a cuando empezaba, cuando tenía responsabilidad compartida en el equipo y podía atacar en cualquier momento, y si no me salía, al menos ponía a los rivales en dificultades y ahí estaba mi compañero para responder, pero ahora no es así. Y un ataque a lo Contador... A día de hoy, ¿cuántos corredores atacan así por delante para intentar ganar la general? Si yo hago un ataque y todavía tengo a cinco o seis corredores del otro equipo tan fuertes que con uno o máximo dos de ellos van a neutralizar mi ataque. Y un ataque es sobreesfuerzo, y a ellos les quedan otros dos o tres más el líder para rematar. Tampoco es atacar por atacar. Le decía a Eusebio que si vemos la plantilla del equipo de Froome, son corredores que perfectamente estarían para disputarle a él las carreras y ser líderes en otro equipo.

P. ¿Cree que al Sky del Tour le habrían sorprendido en la Vuelta el día de Formigal?

R. No sé. Son situaciones que enseñan que uno nunca debe dejar de vigilar a los rivales. Contador es un rival de bastante atención, un rival muy astuto y aunque vaya perdiendo 10 minutos tampoco se le puede dejar, porque es Alberto Contador...

P. ¿Si Contador no se hubiera caído en el Tour, habría sido más difícil para Froome?

R. Sí, se marchó un aliado y no es igual que al final quedamos solo nosotros, como si Movistar fuera el único responsable de garantizar el espectáculo. Y no somos el único equipo ProTour para garantizarlo...

P. Es la tradición del equipo: siempre quiere estar delante cargando con las carreras...

“Tampoco tenía una obligación de vida o muerte de ganar el Tour pasado"

R. A veces adquirimos más responsabilidad de la debida, sí. A veces llevamos carreras porque si nadie la moviera o controlara parecería que había sido un fracaso de Movistar. En la Vuelta, Orica nunca asumió responsabilidad y Chaves llegó al podio. Cada uno corre de diferente manera. Nosotros corremos a la nuestra y también por eso hemos ganado otra vez el WorldTour.

P. Una de las etapas importantes del próximo Tour, la de los Pirineos, tiene solo 100 kilómetros, como si quisieran animar a ataques lejanos...

R. En etapas cortas, sí, hemos visto que se garantiza más espectáculo que en etapas maratón y de mucho desgaste, que hacen que la gente sea conservadora y no se mueva. En las etapas cortas puedes salir a por todo y si se te acaba la energía sabes que vas a terminar sin perder tanto tiempo, no vas a salir de límite, la gente es más atrevida.

P. Y eso le va bien a usted, ¿no?

R. También me vienen bien las largas. A mí me viene bien casi todo. Si son etapas muy largas y de mucha montaña, no me disgustan, pero de cara al público son más espectaculares las más cortas.

P. ¿Qué más le dice el Tour del 17?

R. Está muy bien que haya tan poca contrarreloj. Han hecho más equitativo todo y, seguramente, vendrán más invitados de los que normalmente somos.

P. ¿Y eso es mejor, que no sea un duelo Nairo Froome?

R. Sí, también me va bien. Es bueno que otros equipos también tomen responsabilidades, que vean que tienen corredores válidos, y que el ciclismo salga de la monotonía.

P. ¿Le gusta el Tour, entonces?

R. Sí. Y es nuevamente el gran objetivo.

P. ¿Va a cambiar la preparación?

R. Vamos a darle prioridad a algunos tics que me pueden hacer mejorar, pero todo va a ser parecido. Lo único que quizás pase un poco más de tiempo aquí para no hacer tantos viajes transoceánicos y poder estar con más tranquilidad.

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P. ¿Se trata de recuperar la chispa que no ardió en el Tour, donde parecía que estaba con la pólvora mojada?

R. No ponemos en duda el entrenamiento en altura. Hemos visto cómo a la Vuelta llegué de Colombia apenas una semana antes y estuve bien. Y con un rival fuerte, que también había hecho el Tour...

P. ¿Después de la experiencia del año pasado, va a repetir su campaña del sueño amarillo hacia Colombia, va a seguir comprometiéndose con su país por ello, a tener pendiente a Colombia de usted todo el año en las redes?

R. No voy a cambiar de sueño, porque siempre es el sueño amarillo. Sigue siendo, sigue siendo...

P. ¿Quiere de verdad correr el Giro?

R. Es un recorrido interesante. Hay algo que me llama, pero sabemos que el objetivo es el Tour y esperaremos la decisión del equipo y lo que piensa el patrocinador.

P. ¿El Giro y el Tour a tope son posibles?

R. Esperemos a ver qué dicen ellos. Ellos son los que mandan.

P. Si gana el Tour, podrá repetir en París el discurso del podio que hizo en Madrid al final de la Vuelta ¿Tenía pensadas las palabras, el mensaje de que Colombia es paz, deporte y amor, o le surgieron por el sentido de responsabilidad que tiene usted con su tierra?

R. No, no las llevaba pensadas. Es el sentimiento y lo que en realidad somos. No sabía si me iban a dar micrófono o no, y no tenía en mente el discurso, ni mucho menos.

P. Fue significativo que justo en ese momento, pocas semanas antes del referéndum, pronunciara la palabra paz...

R. Es lo que nosotros deseamos para el país. Y ahora mismo se está trabajando en eso. Esperamos que se llegue y ver a mucha gente con la tranquilidad y la felicidad. Nosotros, mi familia, tampoco hemos sido afectados directos de la guerra, aunque mi hermano luchara como militar contra las FARC, pero no como otras familias que en realidad escuchaban hace 10 años las balas pasar por el lado de sus oídos. Para ellos, sí, por todos ellos, sí. Uno se pone la mano en el corazón y piensa que para la evolución de un país es necesario dar ese paso.

P. ¿Le sorprendió el No?

R. No. Respeto esa decisión, que también fue interesante, porque creo que es un pellizco para todos, fue decir "queremos la paz, pero la queremos bien hecha".

“Respeto el ‘no’. Fue un pellizco. Fue decir ‘queremos la paz, pero bien hecha”

P. ¿Pero habría preferido el Sí?

R. Claro que sí, pero sabemos que hay disponibilidad de todas las partes para que se llegue a la paz, y eso da tranquilidad. Si hubieran dicho ganó el No y ya no hubo paz, eso sí que habría dado tristeza, pero fue un No de reflexión, de paremos y hagamos las cosas bien. La oposición también tiene que garantizar una tranquilidad si algún día toma las riendas del Gobierno. Y Uribe también les brindó cierta paz a las familias en su momento. De otra manera, pero les brindó paz. Cada uno a su manera. La idea de ahora es erradicar la guerra.

P. Se le ve a usted también en campañas con el Ministerio de Agricultura. ¿Las hace como colaborador, para ayudar?

R. Como colaborador de buena voluntad, sí. Siento que soy del campo, que, así como yo salí adelante, tengo que echarles una mano y que salgan ellos también adelante. Tampoco pedimos que les regalen nada, ni que los subvencionen, ni que les den tractores ni... Únicamente, que consuman sus productos.

P. ¿Sigue cultivando usted patatas?

R. Siguen saliendo buenas, sí, y también estoy cultivando maíz y habas. La zona que estamos, más allá de Cómbita, hacia Arcabuco, es páramo bastante húmedo.

P. Usando las palabras de los indios muiscas de Tunja, ¿usted se siente una especie de zaque del ciclismo en Colombia, un jefe?

R. Je, je, je. Los términos de la antigua cultura...

P. ¿La que los españoles se cargaron?

R. Algo así dicen los libros.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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