Lorenzo vuelve a creer
El exceso de tensión por frenar a Márquez hizo errar al de Yamaha, que relativiza sus errores y ha aumentado la carga de trabajo físico para mejorar
Cuando Jorge Lorenzo llegó al circuito de Termas de Río Hondo, en Argentina, tras unos (pocos) días de descanso en México, su equipo de mecánicos hizo piña para arroparle. “El equipo nunca me ha presionado. Siempre se ha portado muy bien conmigo”, dice. Querían que volviera a correr como lo hacía en el Campeonato de España cuando era un crío, sin preocuparse por los puntos o los triunfos, solo tenía que dar vueltas y más vueltas, como hizo este viernes en Le Mans, en los primeros entrenamientos libres. Terminó el séptimo, a seis décimas de Márquez, pero fue el más rápido de los que no cambiaron el neumático por uno nuevo, tiene un ritmo fantástico y ha recuperado las sensaciones perdidas a principio de temporada, cuando sumó apenas seis puntos en dos carreras.“En Argentina tenía una papeleta difícil. Otro error hubiera supuesto mucha presión. Del equipo, de los patrocinadores, de la prensa, de los aficionados”, reflexiona.
Pero en aquella tercera cita del mundial subió, por fin, al podio. “Cuando me monto en la moto reseteo y solo siento. Tengo esa facilidad. Aunque fuera de la pista era muy difícil no sentir esa presión. El podio me tranquilizó para las siguientes carreras”, explica. Vuelve a sentirse competitivo, su único objetivo desde que llegó a Termas, allí donde declaró que no le interesaba el campeonato. Solo quería recuperar la normalidad. “Existen trucos mentales. Aprendes a relativizar las cosas. Es duro entender que fallas en dos o tres cosas muy pequeñas y ya estás muy lejos”. Así opina Pep Font, psicólogo deportivo: “Ha cometido errores muy pequeños, dos errores de concentración con consecuencias muy aparatosas”. Y añade: “Solo hace falta mirar la clasificación para entender que la necesidad que tiene de estar en el podio es muy alta. Se tiene que centrar en pilotar y si ello le lleva a a estar delante, ya lo tendrá. La confianza no la ha perdido, la tiene. Y no porque lo haya hecho otras veces, sino porque sabe cómo se hace”.
Cree Font que Lorenzo sabe de la calidad de Márquez, sabe que le costará mucho ganarle y que para hacerlo necesita estar muy a punto: “La idea era salir y ponerse delante desde el primer momento y eso provocó que no tuviera en cuenta otras cuestiones, como la temperatura del neumático o el agarre de la segunda o tercera curva (como le ocurrió en la primera carrera). Esas eran cosas que Jorge hacía antes. Era capaz de captar una información en la vuelta de calentamiento y guardarla en la memoria para rescatarla en el momento oportuno. Pero cuando uno está tenso ocurre que estrecha su visión de las cosas, se centra mucho en un aspecto y se deja fuera otros, tiene como una visión de túnel. Creo que eso le ocurrió en Catar”.
En Austin, donde se saltó la salida, hubo, según el psicólogo, precipitación por la presión: “El tío tiene una rutina, en la salida está pendiente de una serie de cosas, pocas, unas cuatro, pero (si, como explicó, se quitó el protector de la visera porque tenía muchos mosquitos) introdujo un elemento extraño que acabó inhibiendo esa rutina. Todo indica exceso de tensión y eso lleva a un bucle: concatenación de errores, que además aumentan la necesidad de hacerlo bien, lo que aumenta la tensión y hace más probable que se cometan otros errores”. Pero Lorenzo puso allí el freno. Hizo reset, le dio al botón de reiniciar el equipo. Y, además, se concentró en mejorar.
“Tenía que analizar dónde estaba el fallo, cuál era mi punto débil. Creía (y lo estamos solucionando muy bien) que era mi forma física, aunque también me ha costado adaptarme al neumático nuevo y al cambio sin embrague, el físico era lo más importante que debía corregir”. Y en ello está. Con unos entrenamientos en los que ha restado horas de moto y las ha sumado al culto al cuerpo. “Estar en forma es muy importante para este deporte. Hay que ir con cuidado porque el físico se pierde muy rápido”, asume. El invierno le pasó factura, pero cree volver a ser el que era, aquel que el año pasado quiso competir solo unas horas después de ser operado de la clavícula. “Si aquello me hubiera pasado a principios de este año, seguro que soy incapaz de terminar el quinto”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.