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Nadal se reta con Federer

Nadal se cita esta madrugada en cuartos con Federer, el primer rival del top-3 desde que superó su lesión de rodilla

J. J. M.
Nadal celebra la victoria ante Gulbis
Nadal celebra la victoria ante GulbisJOHN G. MABANGLO (EFE)

“¡Cómo corre el cojo!”. Antes de que Rafael Nadal venza 4-6, 6-4 y 7-5 al letón Ernest Gulbis y se cite hoy (no antes de las 03.00, C+) en cuartos del masters 1000 de Indian Wells con el suizo Roger Federer, uno de los rivales del mallorquín en la gira sudamericana de tierra certifica la evolución del número cinco mundial. Nadal compite ahora su primer torneo sobre cemento tras siete meses de baja por una rotura parcial del ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda. Se enfrentará el viernes a su némesis, la primera vez que se cruza con uno de los tres mejores del mundo desde que volvió a jugar. Juega, finalmente, acunado por los dos trofeos y la final alcanzada en la gira sudamericana de arcilla, donde compitió de menos a más, y pasó de moverse a duras penas a recuperar algunas de sus señas de identidad. “¡Cómo corre el cojo!”, ironizó como conclusión una de sus víctimas.

“Ganar partidos en días así es más importante que nunca para mí”, dijo Nadal sobre su victoria ante Gulbis, un tenista que llegaba lanzado, sacador peligrosísimo y de talento. “Estoy muy contento con mi actitud. Con todos los problemas que he pasado, he conseguido mantenerme concentrado y seguir ganando”, cerró el mallorquín, que solo sumó dos partidos más que su contrario de octavos. “Yo arriesgué más”, dijo el letón, que radiografió al Nadal de momento: “Pero él lo hizo increíblemente bien en los puntos importantes. ¡Qué difícil de ganar es este tío!”

La vuelta de Nadal al circuito está graduando su talento técnico y su capacidad competitiva. Perseguido por el mito de Hércules desde que es un niño, el mallorquín compite ahora sin poderse escudar en las piernas y los músculos, sin argumentar con los bíceps o las piernas. Sus victorias se consiguen desde la clase pura. Sus triunfos nacen en golpes de inspiración decisivos. Este no es un Nadal de carreras, sino de chispazos. La verdadera dimensión de su derecha alta, un golpe que tiene patentado, se ve ahora: cuando la mezcla con decisión con difíciles tiros planos, Nadal es capaz de mirar a los ojos a la mayoría de tenistas del circuito sin haber alcanzado aún la plenitud física.

El mallorquín se enfrenta ahora a Federer, al que domina 18-10 en los cruces particulares y con el que no se enfrenta desde hace un año, cuando precisamente el suizo se impuso en las semifinales de este torneo. Esto es mucho más que un partido: es un examen final que va más allá del resultado. Federer, que ganó en octavos 6-3, 6-7 y 7-5 a su compatriota Wawrinka y ha sido semifinalista en el Abierto de Australia en 2013, mide si Nadal ya está para tratar de tú a tú a los mejores.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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