Djokovic manda parar a un enorme Tomic

Djokovic ya está en las semifinales de Wimbledon, pero tuvo que sufrir ante el australiano Tomic, que con 18 años y 255 días ha sido el cuarto tenista más joven en alcanzar los cuartos del grande británico por detrás de nombres como los de Borg, Becker y McEnroe. El serbio, que presume en 2011 de un impresionante registro de 42 victorias y una derrota (contra Federer en Roland Garros), tembló ante la revelación del torneo, que llegó a estar en el tercer set con un break de ventaja (3-1) tras haber empatado a uno las dos primeras mangas con un tenis excelente. Al final el número dos del mundo - a una victoria del número uno- pudo con el 158 del ranking mundial (6-2, 3-6, 6-3 y 7-5), aunque nada será igual en las estadísticas y en la cima del tenis mundial tras la eclosión de Tomic sobre la hierba inglesa.

Djokovic se hizo con el primer set gracias al break que conquistó en un primer juego larguísimo, en el que se vio enseguida que Tomic no iba a ser un sparring. Sin embargo, la holgura con la que el serbio se hizo con el primer set (6-2) podía hacer pensar que el inexperto Tomic iba a derretirse ante la fortaleza de Nole. Nada de todo esto pasó. Las dudas se disiparon frente a la respuesta que el joven australiano dio en la pista, contundente tanto con la derecha como con el revés. Le faltó solo más definición en el saque (63% al primer servicio por 78% del serbio). Consiguió el set con un punto maravilloso, llegó a la bola forzado tras un drive cruzado de Djokovic muy esquinado y sacó de la manga un paralelo que perecía destinada al fondo y se bajó de repente muriendo sobre la línea.

Fue un duelo entre caballeros. Los dos se entrenaron juntos durante el torneo y hoy, más de una vez, Djokovic aplaudió las genialidades de su joven contrincante. Patrick Rafter y Goran Ivanisevic, australiano el primero y croata el segundo, que protagonizaron la final de hace 10 años en el césped inglés (ganó el eslavo), se regocijaban en la grada ante la calidad del tenista que cada uno puede considerar su heredero. Cada vez que Tomic, australiano de ascendencia croata, metía un punto ganador se miraban entre ellos y asentían con las cabezas. Al final, después de casi tres horas de partido, Djokovic pudo gritar toda la tensión acumulada. Para hablar de él y su magnifica racha habrá tiempo. En la semifinal se medirá al francés Tsonga, verdugo de Roger Federer. Hoy el tenis se queda con el descubrimiento de una nueva estrella.