Al menos 150 heridos en una batalla entre aficionados al fútbol en Jordania

Al menos 150 personas resultaron heridas en Jordania al término de un partido de fútbol clave que enfrentaba a los equipos más importantes del campeonato local, ha confirmado el viceprimer ministro jordano, Ayman Safadi. Otras fuentes, como la agencia Reuters, que cita a empleados de los hospitales, elevan los heridos a entre 250 y 300 "como mínimo". Con el pitido final, se produjo una batalla entre los aficionados de ambos clubes, uno jordano y otro de origen palestino, que tiraron las vallas de protección e invadieron el campo.

La mayoría de los heridos, entre los que hay 25 policías, abandonaron el hospital a las pocas horas del incidente, excepto 11 que fueron ingresados, ha precisado Safadi a la agencia de noticias oficial, Petra. Anoche, fuentes de los servicios de seguridad ya avanzaron que un número de personas indeterminado había resultado herido durante los disturbios registrados en un estadio al sur Ammán tras el partido entre el club Al Wihdat, primero en la clasificación del campeonato y formado por palestinos, y Al Faysali, segundo y jordano, y que terminó con victoria por 1-0 de los locales.

El problema de fondo

Esas fuentes dijeron que algunas de las víctimas resultaron heridas al derrumbarse parte de la barrera metálica que separa las gradas del campo de juego. También hubo heridos por la intervención policial para terminar con los choques entre los aficionados de los clubes rivales, según medios de comunicación locales. Lejos de calmarse los ánimos, los disturbios se trasladaron fuera del estadio, donde vehículos estacionados en las cercanías sufrieron también destrozos. Safadi ha apuntado que las autoridades de seguridad están llevando a cabo "una investigación para averiguar los motivos de estos incidentes lamentables que ocurrieron en el estadio rey Abdalá" y que el Gobierno seguirá el resultado de esas pesquisas para tomar medidas legales contra los que hayan infringido la ley.

Safadi ha agregado que se permitió a los hinchas del Al Faisali abandonar el estadio antes que los rivales, según un acuerdo previo al partido, para evitar choques con los seguidores de Al Wihdat. El responsable político ha subrayado que la policía intervino después de que varias personas lanzaran botellas contra los que estaban saliendo del estadio. Por su parte, el presidente de Al Wihdat, Tareq Juri, ha acusado a la policía de emplear "violencia excesiva" contra los seguidores de su club, la mayoría de ascendencia palestina. "Lo que hoy vimos fue una masacre encabezada por las fuerzas de gendarmes que actuaron de manera imprudente (...) Ellos instigaron los problemas", ha dicho a Reuters Tareq Juri.

Testigos presenciales citados por Reuters aseguran que la policía antidisturbios empleó gases lacrimógenos y selló las salidas del estadio, desencadenando una estampida en la que colapsó una valla de metal que separa a los asistentes del campo de juego. Los partidos entre equipos locales tienen un historial de violencia que refleja las divisiones entre la mayoría palestina del país -el 60%- y los jordanos nativos, descendientes de tribus que habitaron la ribera oriental del río Jordania antes de la llegada masiva de palestinos tras la creación de Israel en 1948. Pese a representar una mayoría en el país, los jordanos de origen palestino son excluidos del Gobierno y se les prohíbe entrar al Ejército y a las fuerzas de seguridad.