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Reportaje:

Prohibido el fútbol regional en Sajonia

La batalla de Leipzig, con 36 policías heridos, provoca la suspensión de la jornada del fin de semana

Los incidentes del pasado fin de semana en Leipzig tras el partido de fútbol regional entre el Lokomotive, de esa ciudad, y el Aue II, con 36 policías heridos, han tenido consecuencias. La federación de Sajonia, estado federado del Este de Alemania, ha suspendido todos los partidos, 60, de las divisiones inferiores programados para el sábado y el domingo próximos. El jefe del sindicato policial, Konrad Freiberg, fue contundente: "Si se convierte en un mecanismo para enmascarar los deseos de asesinar, el fútbol se acabará pronto".

El Lokomotive conoció tiempos mejores. En 1987 jugó la final de la Recopa, en Atenas, aunque la perdió (1-0) contra un Ajax en el que se alineaba Rijkaard, hoy entrenador del Barça. Después se vino abajo el régimen comunista y desapareció la RDA. Sus equipos se hundieron en la miseria, vendieron a sus mejores jugadores y hoy sólo el Energie Cottbus juega en la Bundesliga (Primera Divisón alemana). El Lokomotive quebró dos veces y cayó hasta la undécima división. Hoy vegeta en la sexta.

El pasado sábado estalló el conflicto. En un encuentro de la Copa de Sajonia, el Lokomotive perdió en su propio campo (0-3) contra el Aue II. Unos 800 hinchas del Lokomotive atacaron a los 300 policías presentes con adoquines y bengalas y estos se defendieron a estacazos y con gases lacrimógenos. El balance fue de 42 heridos, 36 de ellos agentes, y 21 vehículos destrozados. Un policía sólo pudo salvarse del linchamiento por el procedimiento de efectuar varios disparos al aire con su arma reglamentaria.

El escándalo estaba servido. El fantasma de Italia recorrió Alemania. El ministro del Interior de Sajonia, el democristiano Albrecht Buttolo, declaró que no está dispuesto a consentir que se produzca "una situación italiana". El diario conservador Frankfurter Allgemeine le replicó: "La situación italiana ya es una triste realidad en Alemania y no desde los sucesos del fin de semana". Desde hace tiempo, se sabe que la violencia en el fútbol alemán anida en las categorías inferiores en los equipos del Este del país. El paro rebasa en muchas regiones el 20% y afecta sobre todo a los jóvenes, que se enfrentan a una vida sin perspectiva de futuro. A esto se añade que sobre ese terreno abonado actúan agitadores racistas y xenófobos.

El periódico de Francfort enumera la lista de males del fútbol en esa zona: batallas callejeras con heridos, estadios ruinosos con controles de acceso penosos, degradación de los que se han quedado atrás en una sociedad cada vez más dividida entre ganadores y perdedores de la modernización y funcionarios futbolísticos ignorantes.

Gunter A. Pilz, experto en violencia de la universidad de Hannover, declaró a Bild Zeitung: "No se trata de un puro problema futbolístico, sino de frustración social. Los jóvenes del Este tienen miedo al futuro y domina el paro sin perspectivas. Los sondeos muestran que les da igual que los detengan. Algunos incluso dicen que en el trullo se está mejor. La mezcla de ultraderechistas y gamberros es altamente peligrosa".

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