‘La sociedad de la nieve’ y ‘Robot Dreams’ desembarcan en Hollywood en su camino al Oscar: “Los premios se olvidan y las películas se recuerdan”
Los equipos de las películas españolas, con tres nominaciones entre las dos (película de animación, internacional y maquillaje y peluquería), reflexionan sobre lo que supone esta oportunidad
Pocas veces ha visto el paseo de la Fama de Hollywood tanto desembarco español como este marzo de 2024. El viernes por la tarde, unas compañeras de la televisión vasca buscaban cómo hacerse un hueco en la puerta del teatro Dolby, ya tomado por las cámaras; mientras, un puñado de españoles del equipo de Robot Dreams (el acento y la chapa en las solapas los delataba) se acercaba hacia las estrellas que cuajan el suelo de Hollywood Boulevard. La llegada es oficial. Los equipos de La sociedad de la nieve (nominada a mejor película internacional y a mejor maquillaje y peluquería) y Robot Dreams (que opta a la estatuilla como mejor película de animación) ya están en la ciudad de las estrellas y sueñan con ellas.
La agenda de estos días es apretada: todos tienen charlas y paneles con los otros nominados de su categoría en el Museo de la Academia de Cine, y también cenas, encuentros y mucha prensa a la que atender. Quizá el hecho de que las dos películas sean muy distintas entre sí —por temática, tipología, presupuestos, producción y distribución— ha ayudado a que haya más hermandad entre ellas. El viernes por la mañana, el equipo de La sociedad de la nieve, con la ayuda y logística de Egeda, organizó un desayuno con la prensa española residente o desplazada hasta Los Ángeles en el restaurante de moda en la ciudad, Telefèric, que acogió también al grupo, más reducido, de Robot Dreams. Algo que sirvió de nexo de unión y ayudó a poner a ambos a tiro de los muchos medios que han llegado a California para seguirles.
A su llegada, Juan Antonio Bayona y sus productoras, Belén Atienza y Sandra Hermida (los tres son los nominados a mejor película internacional), se unieron a las hermanas Ana y Belén López-Puigcerver (diseñadora de peluquería y de maquillaje, respectivamente) y a David Martí y Montse Ribé (supervisores de efectos especiales de maquillaje) para charlar con la docena de periodistas. Ante una larga mesa, se declaraban bastante relajados. “El hecho de que no seamos favoritos te quita presión”, bromeaba Bayona. Pero después pasó la mañana, las horas y, cuando se volvió a sentar con este diario, la cosa había cambiado. “Ahora estoy más nervioso que cuando he llegado. Yo venía muy tranquilo hasta que me he sentado aquí delante de todos vosotros”, ríe. “Es inevitable con toda la atención mediática que supone llegar al Oscar. Han sido muchos meses de mucho trabajo, meses de pico y pala, enseñando la película, que es la mejor herramienta”.
No es la primera vez que Bayona va a los Oscar —Lo imposible, entonces la película más taquillera de la historia del cine español, estuvo presente 2013 gracias a la nominación de Naomi Watts como mejor actriz—, pero sí la primera que acuden sus padres. “Me hace mucha ilusión que vengan y verles en ese contexto, que sea la primera vez que cogen un vuelo transatlántico y vengan a la ceremonia”, reconoce. Especialmente por su padre, que fue quien le inculcó la pasión por el cine y que durante unos años fue cartelista, pintando a mano las carteleras de los cines de Barcelona.
Reconoce el cineasta y su equipo que, en esta década desde Lo imposible, han aprendido muchas cosas. Poca gente había visto el filme del tsunami cuando llegaron a Hollywood, algo que esta vez no les ha pasado con esta historia sobre la tragedia aérea en Los Andes. “Creo que hay películas que rompen a veces paradigmas o ideas preconcebidas”, afirmaba Atienza. “Así funciona la industria, se van rompiendo barreras. Y esta película concretamente ha contribuido a eso, para nuestros proyectos futuros y para los de otros cineastas”, añade alabando la distribución, por ejemplo, de la que han aprendido mucho. ¿Querrían ganar el Oscar? “Sí”, afirma Bayona, sin dudas. “Pero creo que los premios se olvidan y las películas se recuerdan y esta película va a ser recordada muchos años”.
Contaba el barcelonés que este proyecto le ha ayudado a volver a ser el director que quiere ser. En los últimos siete años ha rodado Un monstruo viene a verme, Jurassic World: el reino caído, los dos primeros episodios de El señor de los anillos: los anillos de poder y ahora La sociedad de la nieve. “Muy grandes y muy, muy absorbentes. Entonces necesito parar, tomar un poco de aire, porque además esta película me ha dejado un sabor muy dulce. Me he encontrado, me he reencontrado yo como director en un espacio en el que me siento más cómodo también y todo lo que hago como cineasta. Es más personal, ha sido muy interesante. Y de cara al futuro, pues hay muchos de los éxitos de esta película que quiero capitalizar para la siguiente. Es un proceso de aprendizaje, rodar Jurassic World y esos capítulos de El señor de los anillos me permitieron rodar La sociedad de la nieve y esta se ha hecho también un poco a la contra de esos proyectos. Es una exploración constante donde uno va aprendiendo por el camino e intenta aprender de los errores. Son la manera de darse cuenta de las cosas. A veces el éxito embriaga y el error te permite calcular y corregir”. Entonces, ¿entrar en esos grandes proyectos de Hollywood fue un error? “No, porque sin ellos no habría hecho La sociedad de la nieve. Pero uno ve su nombre un poco aplastado por el de la franquicia. Desapareces bajo el nombre de esa franquicia y ahora es reencontrarse a uno mismo con este proyecto, que por otro lado quería haber rodado hace 10 años. Este era el momento, he aprendido mucho por el camino”.
Rodar ‘Jurassic World’ y dos capítulos de ‘El señor de los anillos’ me permitieron rodar ‘La sociedad de la nieve’ y esta se ha hecho también un poco a la contra de esos proyectos”Juan Antonio Bayona
Sus compañeros de maquillaje y peluquería también están emocionados, no encuentran adjetivos para describirlo, reconocen que nunca esperaron la nominación. “Vapuleados, sí, creo que eso está bien”, corean. Ribé y Martí ya se llevaron la estatuilla a casa en 2007 por El laberinto del fauno, y ahora vienen con las más novatas hermanas López-Puigcerver. Están felices, agotados, y un poco preocupados, porque tras el vuelo se han perdido algunas de las maletas con los objetos que iban a enseñar en el panel de la Academia; ya están seguras y en camino. Reconocen que esta película les ha hecho salir de su labor habitual al trabajar con personas reales, muchas de ellas vivas, tener a los modelos de verdad a su lado. “Lloraban viendo el rodaje, era muy emocionante, es mucha responsabilidad”, cuentan sobre los supervivientes. “Fueron a Uruguay y antes de que les preguntáramos todos dijeron: ¡guau!” cuando vieron el maquillaje de los actores. El hecho de que les nominen por un trabajo sutil y coral, sin un protagonista único, les resulta “importante y bonito a la vez”.
Pablo Berger ya se ve con el Oscar en la mano para su robot y su perro. “Sí, sí, sin duda, claro que me puedo imaginar. Y luego ya sería la bomba si el premio lo da Penélope Cruz y en vez de gritar ‘¡Pedrooo!’ grita ‘¡Pabloooo!”, ríe. ¿Y si no? “Pues tiraremos de la frase hecha: la nominación es el premio, todos somos ganadores... y como el que gana siempre dice que lo comparte, le diré que entonces es un poco mío”. En realidad, sabe que lo tiene muy difícil y, más allá de bromas, confiesa que “de una manera ya sincera, para el director la importancia de los premios y las nominaciones es que más gente vaya a verla, que más público vaya al cine, inicialmente, porque esta película se diseñó para la pantalla. Yo soy un romántico y todavía inicialmente quiero que las películas se vean en el cine y luego, una vez pase la ventana de las salas, por supuesto, quiero que vaya a las plataformas”. RTVE tiene los derechos de emisión y por tanto Robot Dreams también se verá en la televisión pública. Además, explica que la palabra Oscar ha empujado la venta de entradas: “Desde que salió la nominación, la taquilla subió un 100% y se volvió a estrenar en 30 o 40 cines. Seguimos en casi 50 cines de España”. Su incursión en el mundo de la animación ha sido de lo más feliz y exitosa y no va a ser “una aventura puntual”, al poder contar historias que, en imagen real, serían imposibles. Además, reconoce que ha “creado piña” con los otros directores nominados: “Hemos intercambiado teléfonos, hemos hablado de venir a España; verdaderamente, hemos hecho amigos”.
“Desde que salió la nominación de ‘Robot Dreams’, la taquilla subió un 100% y se volvió a estrenar en 30 o 40 cines. Seguimos en casi 50 cines de España”Pablo Berger
Para Berger una de las grandes alegrías es estar aquí con su equipo. ”Obviamente, hemos venido con nuestras familias. Sí, mucha gente del equipo ha venido, pero mucha: productores, animadores, el director de arte, de animación, músicos, diseñadores, sonido... y muchos van a poder entrar a la gala. Yo voy con mi colaboradora más cercana desde mi primera película, mi esposa, Yuko Harami, la editora de música y productora asociada. También viene nuestra hija. Nos separan un poco en el patio a nominados y acompañantes”.
Y el lunes, ¿qué? La mayoría, con o sin estatuilla dorada, regresará a España ese mismo día. Berger reconoce que a Robot Dreams todavía le queda cuerda: “Yo sigo con el megáfono gritando: ‘¡Pasen y vean!”, ríe. Le queda un festival en Cáceres el próximo fin de semana, después Nantes, una semana de promoción en Italia... así hasta verano. “Y luego a descansar y procrastinar, que me encanta. Estoy deseando estar viendo películas, leyendo libros un poco, alimentándome, porque al final los directores somos el resultado de lo que hemos vivido, de lo que hemos leído, viajado... “. Bayona se quedará unos días en Los Ángeles con sus padres, turisteando. Después, se tomará unas vacaciones para leer guiones, poner sus ideas en orden... ¿Eso es parar? “Bueno, sí, ya no es este ritmo. Tengo el cerebro seco”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.