Andrea Riseborough: la inesperada polémica de los Oscar
La Academia mantiene la nominación de la actriz inglesa después de abrir una investigación por la campaña, muy criticada, a su favor apoyada por múltiples estrellas
La sorprendente nominación al Oscar de la actriz inglesa Andrea Riseborough (Newcastle, 41 años) ha provocado un debate desde su anuncio. La Academia hollywoodiense del cine debatió el martes en una reunión de directivos si la candidatura de la protagonista de To Leslie debía mantenerse en uno de los apartados más importantes de los premios. Al final, no hubo cambios, aunque algunos de esos académicos mostraron su preocupación por las formas en las que se ha creado la campaña de promoción para alcanzar los premios. Riseborough entró en la selección final junto a Cate Blanchett, Ana de Armas, Michelle Yeoh y Michelle Williams.
To Leslie es una selección atípica dentro de la categoría. A diferencia del trabajo que Ana de Armas hizo para encarnar a Marilyn Monroe en Blonde, por ejemplo, la película de Riseborough había estado fuera del radar del público y de la crítica. Con algunas excepciones. En este drama, la actriz interpreta a una madre soltera y alcohólica que despilfarra una pequeña fortuna ganada en la lotería. Sin embargo, algunas de las actrices más influyentes de Hollywood comenzaron a nombrar a Riseborough, veterana muy apreciada por sus compañeros que ha aparecido en la reciente Ámsterdam y en otros títulos como Birdman, Animales nocturnos, La muerte de Stalin o Mandy. Cate Blanchett, una de las favoritas para llevarse la estatuilla el 12 de marzo, la mencionó en su discurso de ganadora en los premios Critics Choice. “[Este galardón] es extremadamente arbitrario considerando la cantidad de interpretaciones excepcionales que ha habido de actrices, no solamente las presentes aquí... como la de Andrea Riseborough”, soltó la protagonista de Tár.
Kate Winslet afirmó que el trabajo de Riseborough era “la mejor interpretación femenina que había visto en pantalla” en toda su vida. Para alguien de fuera de la industria —Riseborough es a cambio muy popular y tiene mucho prestigio entre el resto de los intérpretes— fue una sorpresa que actrices de esa reputación dedicaran los últimos días de la campaña a las nominaciones a una oscura ópera prima rodada en Los Ángeles durante la pandemia, en 19 días y con menos de un millón de dólares de presupuesto (unos 921.000 euros). Ellas no fueron las únicas. El productor Judd Apatow y los actores Edward Norton, Gwyneth Paltrow y Alan Cummings, entre otros, también impulsaron su candidatura a través de las redes sociales. Además, la comunidad afroamericana ha subrayado que su inclusión en la categoría ha desplazado, posiblemente, a otras candidaturas de actrices negras, como las de Danielle Deadwyler (Till) o Viola Davis (La mujer rey).
Una apuesta pagada por ella misma
La campaña puede verse como un final feliz para una película que tuvo problemas de distribución y que recaudó en las salas menos de 30.000 dólares (unos 27.700 euros). Un David que derrotó a Goliat en una industria que cuenta con millonarios presupuestos destinados para promover filmes que generalmente son estrenadas en festivales como Cannes, Venecia o Nueva York. To Leslie, en cambio, comenzó su camino en el tejano South by Southwest (SXSW) en marzo de 2022 (el mismo certamen en que empezó Todo a la vez en todas partes). Recibió críticas tan positivas que Riseborough decidió invertir su propio dinero en la campaña, y contó con el apoyo de su publicista Jason Weinberg, representante también de actrices como Emma Watson.
Sin embargo, algunos profesionales de las relaciones públicas en Hollywood consideran que el esfuerzo fue ilegal. “Las reglas son muy claras y se ha hecho trampa deliberadamente”, considera Álvar Carretero, de la agencia Joshua Jason Public Relations/JJPR y especialista en este tipo de campañas publicitarias. Las normas a las que se refiere el publicista son las que publica la Academia cada año para “el rito anual conocido como hacer campaña”. Reglamentan hasta los detalles más nimios en el proceso de promoción. Las compañías, por ejemplo, solo pueden enviar una publicidad semanal a los votantes, y se prohíbe que las proyecciones sean acompañadas por recepciones, fiestas u eventos con comida o bebida.
“Las reglas están realizadas para ayudar a los pequeños”, considera Carretero. Igualan el nivel entre los grandes estudios y los independientes. Las invitaciones deben ser monocromáticas y con medidas específicas, para evitar que los más grandes despilfarren en florituras o grandes diseños. Estas no deben llevar firmas, saludos, hacer peticiones para ver la película o incluir los méritos o premios de la producción. “El dinero no designa a los ganadores aquí”, zanja el especialista, quien indica que el precio más bajo para una estrategia de estas está entre los 1,5 y los 2 millones de dólares.
Las proyecciones con coloquio posterior deben tener un solo moderador y no podrá regalarse ningún producto promocional. Amy Adams, una actriz nominada seis veces al Oscar y amiga personal de Riseborough, fue la moderadora de uno de los eventos donde se vio To Leslie. También lo hicieron en otras sesiones Charlize Theron, Gwyneth Paltrow y Minnie Driver, todas nominadas o ganadoras en alguna ocasión. Además, hubo envío de correos electrónicos que llamaban la atención sobre Riseborough. “Si están dispuestos a postear en redes sociales todos los días entre ahora y el 17 de enero, sería increíble”, afirmaba un mensaje obtenido por Variety. Estaba escrito por la actriz Mary McCormack, esposa de Michael Morris, el director de la película.
La Academia, cuando habla sobre lobby (presión), asegura que está “expresamente prohibido” contactar con académicos con derecho a voto directamente para promocionar una película o un logro de los profesionales. Impide también destacar títulos o nombres. Al comentario de McCormack, en cambio, hicieron eco en Twitter Susan Sarandon, Jennifer Aniston, Helen Hunt, Rosie O’Donnell y Mira Sorvino. “To Leslie es una película pequeña con un gran corazón”, indica un mensaje que se repetía en varias cuentas. El mismo aseguraba que Riseborough “realizaba la actuación del año”.
La estrategia dio resultado. La Academia, que aún no se ha recuperado del escándalo de sopapo de Will Smith, inició una investigación. En un acto de equilibrismo, parece dar razón a ambas partes. Bill Kramer, el presidente de la institución, calificó la operación en las redes sociales como “tácticas de campaña que han generado preocupación”. Con todo, la junta de gobernadores de la organización mantuvo la nominación. Lo contrario habría generado una nueva polémica. Demasiadas para un organismo que quiere pasar página.
Babelia
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