‘Síbaris’, la obra teatral póstuma de Domingo Villar sobre el éxito y la creación
El único texto dramático que dejó escrito el fallecido escritor gallego se estrena en castellano en los Teatros del Canal de Madrid
Dicen los que conocieron de cerca a Domingo Villar, una de las voces más singulares de la novela policiaca, el creador del inspector Leo Caldas, que el autor gallego amaba el teatro, que llegó a comunicar a sus padres su deseo de ingresar en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid y que siempre fue un apasionado conversador sobre las bambalinas y el fascinante mundo de la escena. Fallecido en 2022, a los 51 años, el escritor vigués dejó inconclusa una novela a la que ya había puesto título, Olas de invierno, pero había dejado rematada su única obra de teatro, Síbaris, una comedia negra y disparatada en torno al éxito y la creación, que ahora sube a los escenarios de los Teatros del Canal de Madrid (hasta el próximo día 27 de junio), en su versión en castellano, con el reparto que él soñó para su escenificación: los actores Carlos Blanco y Belén Constenla y el director Lois Blanco. El sueño que no pudo cumplir Domingo Villar fue el de subirse al escenario para interpretar él mismo a uno de los personajes, como era su pretensión.
Síbaris, una producción de la compañía gallega Condetrespés, que se estrenó el año pasado en gallego en Vigo, ciudad natal de Villar, tras lo que inició una gira exitosa por toda Galicia, contiene y transmite buena parte del universo literario y personal del autor de la trilogía formada por Ojos de agua, La playa de los ahogados y El último barco. Empezando por la primera lectura del texto (publicado por la editorial Siruela), que tuvo lugar en un chiringuito en la isla de Arousa, con unas navajas recién pescadas y con la compañía de su gran amigo el actor Carlos Blanco, conocido por su participación en series como Fariña o La unidad.
Así lo recordaba el viernes pasado el propio intérprete, emocionado por lo que él vive como un homenaje a un autor tan comprometido y leal con el lector y que conoció el favor de público y crítica. “Mi compromiso con él fue poner la función en pie, llenar los teatros, como hemos hecho en Galicia, y estrenar en Madrid”, aseguraba Blanco, que lamentó no compartir escenario con el escritor, “un autor maravilloso y dramaturgo novel”. “Me da mucha pena lo que Domingo ha dejado sin escribir no solo en novela, sino en teatro”, añadió el actor, poco antes de realizar un ensayo en la sala negra de los Teatros del Canal.
En el único espacio de la obra, el salón de una casa con vistas a un hermoso jardín arbolado y reproducciones de arte, una enorme librería repleta de libros y un sofá algo ajado, Síbaris se adentra en la historia de Víctor Morel, una estrella rutilante en el mundo literario, un hombre excéntrico que mantiene profundas conversaciones con su gato, Capone, y con una maniquí de nombre Señora Simmons, que acaba de regresar de una conferencia en París que no ha salido como todos deseaban. Angustiado por la falta de inspiración —lleva veinte años sin publicar nada—, con una situación económica más que delicada y harto de un mundo literario centrado en el dinero, Laura, su pragmática mujer, le ofrece una salida con la que iniciar una nueva vida y anónima. Es entonces cuando empieza una trama delirante y divertida, con muerto incluido, que el actor Carlos Blanco comparó con el cine de Woody Allen.
Como recordaba en la presentación de la función su editora Ofelia Grande, directora de Siruela, también Domingo Villar atravesó una época de bloqueo creativo tras la publicación de La playa de los ahogados. Tuvieron que pasar 10 años hasta que salió a la luz El último barco. “Domingo se bloqueó porque estaba acostumbrado a leerle a su padre, cada día, antes de acostarse lo que había escrito. Cuando su padre murió, se quedó sin poder hacerlo”, aseguró Grande, que recordó que la primera vez que Villar le habló de esta obra de teatro fue en 2019, en un vuelo de México a Madrid. “¿Quieres que te la lea?’, me dijo. Y allí, en el avión, me leyó la obra entera, que no tenía el título actual”, añadió la editora, quien mostró su ilusión por poder cumplir el sueño de Villar. “Es un regalo que nos da la vida, el poder dedicar a Domingo nuestro compromiso con el estreno de su única obra teatral”.
También se habla en Síbaris de la muerte temprana de un escritor, tal y como le sucedió al propio autor, obsesionado por la perfección como el personaje de la función. “Villar nos marcó todo en este texto, que es un ejemplo de comedia de teatro burgués y urbano. Nosotros nos centramos, entonces, en los detalles y los momentos. Fue todo muy fácil y agradable”, apuntó el director, Lois Blanco, hijo del actor Carlos Blanco, que se estrenan juntos con esta función.
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