Los Planetas trafican con nostalgia ante 10.000 personas en Madrid
El grupo granadino apela en el festival Tomavistas a unas sensaciones irrecuperables al recordar los 30 años de ‘Super 8′ mientras que los noveles Alcalá Norte lo contrarrestan con el excitante presente
Qué momento. Quiso el programador del festival Tomavistas que coincidieran el etéreo pasado y el efervescente presente. Fue a las 21.30 y en distintos escenarios. Qué hacer: ¿chapotear en el barrizal de nostalgia que habían preparado Los Planetas para celebrar el 30 aniversario de su primer disco, Super 8, o presenciar a ese grupo de veinteañeros que está a punto de petarlo y que se llama Alcalá Norte? Los granadinos convocaron a unos 10.000 espectadores, los madrileños a 3.000 y otros 1.000 optaron por recorrer los 100 metros que separaban los dos escenarios para picotear de uno y de otro. Estos últimos fueron los que aprovecharon más la noche.
Jota y Florent, los jefes de Los Planetas, tenían 25 años cuando editaron Super 8, el primer disco largo del grupo granadino. La mayoría de los que acudieron anoche al festival Tomavistas (en La Caja Mágica, Madrid) a la celebración de las tres décadas del álbum más relevante del indie noventero español, también eran veinteañeros por aquel 1994. Hoy, las vidas de los que estaban en el escenario y de los espectadores (cuarentones y cincuentones) no son tan excitantes e interesantes como entonces y las letras de hastío y alienación de aquel Super 8 suenan a una letanía vaporosa. Ya no golpea eso de “y si todo va tan bien, ¿por qué este dolor que siento?”, de Si está bien; y aquel “de viaje por el sol en una nueva dimensión” pertenece al universo de la memoria. Porque ayer había niños acompañando a los padres y preguntando: “Papá, ¿jugamos al escondite?”. “No, hijo, que es peligroso con tanta gente”.
El propio Jota se tomó con ironía este ejercicio de morriña y dijo, al principio del recital: “Mejor Los Planetas que los imitadores. Después de 30 años todavía vivos”. Sin Eric Jiménez a la batería y sin Banin a los teclados y guitarra, Los Planetas sonaron rotundos y potentes en el repaso completo de Super 8. Con la voz, esta vez sí, en primer plano. Nos lo debía Jota después de enterrar las voces en la grabación por ese absurdo complejo de inferioridad noventero con el idioma español. Y con un Florent Muñoz estelar, produciendo sonidos con su guitarra y toqueteando con maestría su pedalera. Nos esforzamos por trasladarnos durante una hora a los noventa, esa década donde, como cuenta el escritor Chuck Klosterman, “lo peor que podías ser es un vendido, y no porque venderse quisiera decir que había dinero de por medio”. Esa era la base sobre la que se edificó Super 8, para meses después claudicar sonando en las radiofórmulas.
El concierto de los granadinos propuso una puesta en escena sin grandes montajes. Los cuatro miembros del grupo casi siempre en esa espesa luz morada que tanto les gusta y una pantalla detrás que proyectaba motivos psicodélicos y las circunferencias y el muñeco indie deprimido que diseñó Javier Aramburu para Super 8.
Hicieron bien los que aprovecharon los momentos flojos de Super 8 (que los tiene: Estos últimos días, por ejemplo) para escaparse al escenario de Alcalá Norte. Allí presenciaron a unos chicos preparados para comerse el mundo, una banda hambrienta justo en el momento vital donde se encontraban Los Planetas en 1994. Descarados, ingenuos, valientes y con misiles pop como Los chavales, La calle Elfo y ese himno que es ya La vida cañón.
Los Planetas completaron los 65 minutos de concierto con temas no incluidos en Super 8, pero más o menos de la época, como Prefiero bollitos, Nuevas sensaciones o Mi hermana pequeña. Y se marcharon. “Muchísimas gracias. Dentro de 30 años estaremos aquí. No nos mata nadie”, apuntó un sarcástico Jota. Los Planetas siempre fue un grupo poco dado a mirar al pasado. Se han reinventado varias veces, siempre han concebido sus conciertos como una celebración del presente, tocando audazmente discos nuevos enteros, y hoy son muchísimo más independientes que en 1994 (no olvidemos que Super 8 se editó en una discográfica multinacional). Anoche optaron por revolcarse en el pasado. Estuvo bien, pero ya.
Anoche también actuaron en Tomavistas grupos como Editors, The Hinds, Dinosaur Jr. o The Blaze, y hoy se espera a Phoenix, Bele and Sebastian, The Jesus and Mary Chain o Los Estanques.
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