La odisea de la película de terror española que “no debería existir”: del rechazo de la industria a la recomendación de Stephen King
‘La mesita del comedor’, de Caye Casas, llega a la plataforma Filmin con el beneplácito del rey del terror y después de la negativa de festivales y distribuidores
“La hicimos para estrenarla en Sitges, y la primera bofetada fue que no la quisieron. Luego un gran distribuidor nos dijo que La mesita del comedor no debería existir. Y una persona importante del circuito de exhibición me apremió a dejar el cine, que esta película solo se debería ver en un manicomio”. El recorrido del segundo largometraje de Caye Casas, como él mismo recuerda, no pudo comenzar peor. Lo llegó a calificar de “maldito”. Pero en cuestión de una semana las tornas han cambiado. Su odisea de dos años acaba este viernes con su estreno en la plataforma Filmin, gracias al impulso de Stephen King. Un nombre con el que jamás hubiera esperado cruzarse esta película rodada en 10 días, en casa de una amiga del director en Terrassa.
El genio del terror se ha convertido en una máquina de recomendar series y cine, vengan de donde vengan, y no siempre con la misma calidad. Lo hizo con La casa de papel, Servant y Noche de bodas. El pasado viernes, el escritor volvía a sorprender con su elección en un mensaje en la red social X: “Hay una película española llamada La mesita del comedor. Creo que jamás en vuestra vida habéis visto una película tan oscura como esta. Es horrible y terriblemente graciosa. Pensad en el sueño más oscuro de los hermanos Coen”.
There's a Spanish movie called THE COFFEE TABLE on Amazon Prime and Apple+. My guess is you have never, not once in your whole life, seen a movie as black as this one. It's horrible and also horribly funny. Think the Coen Brothers' darkest dream.
— Stephen King (@StephenKing) May 10, 2024
El mensaje pronto llegó a las oficinas de Filmin y se encendió el teléfono rojo. La plataforma tenía previsto estrenar la película el 16 de junio, pero había que adelantarlo. Temían que las copias piratas comenzaran a multiplicarse, reconoce Jaume Ripoll, director editorial de la compañía, que vio la película por primera vez a finales de 2022. Dicho y hecho: tras una ardua carrera para su distribución, La mesita del comedor llega al streaming español, paradójicamente, después de haberse estrenado en el extranjero. Un maná que llega gracias a uno de los grandes prescriptores de internet. “El país donde menos la querían era España”, recuerda Casas a EL PAÍS por teléfono.
Pero ¿de qué trata esta película para que recibiera tanto rechazo? El director reconoce que es mejor no saberlo, pero avisa de que no es para todos los públicos ni estómagos débiles: “Soy muy fan del terror, pero veo más de lo mismo, cada vez me perturba menos y da menos miedo. Están hechas con mucha pasta, pero no me remueven. Así que mi coguionista Cristina Borobia y yo pensamos en crear algo realmente perturbador, que la gente no olvide y le haga sentir emociones fuertes”.
La pregunta que se hicieron fue: ¿qué es lo que más miedo da en la vida? “No son zombis ni fantasmas, sino la mala suerte que puedes tener si el destino es cruel. ¿Cómo sobrevives a que te pase una de las mayores tragedias? Queríamos capturar el terror cotidiano. Una de esas historias bestiales de las noticias, una tragedia que no se cuenta, algo peor que la muerte. No hay gore, solo ansiedad y estrés”. Todo centrado en la angustia del protagonista, interpretado por David Pareja.
El género tiene creyentes por todo el mundo, y, pese a la falta de distribución, eso le abrió puertas. La película ha llevado a Casas a 15 países y a ganar más de 30 premios en festivales como el BIFFF de Bruselas, la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y Terror Molins, aunque el creador se queda con un momento en Rumania. Una sala de 1.000 personas se llenó de silencio cuando, en el coloquio, una mujer les contó que a ella le había pasado lo mismo: “Me quedé helado, pero nos agradeció que nos arriesgáramos. Nos dijo que había sido catártico y que se iba a casa con más tranquilidad”.
En todo ese tiempo no solo “no hubo nadie que quisiera distribuirla en España”, sino que, además, el pasado diciembre se murió una de las secundarias del filme, Itziar Castro, musa de los cortos de Casas y con quien preparaba otros proyectos. “Dos días antes de que falleciera, hablamos para ir a un coloquio. Hicimos estrenos en salas muy pequeñas, eran casi bolos de teatro”, recuerda. Sí que se estrenó en otros países. Entre ellos: EE UU, a través de Amazon Prime Video. “Ese fue el momento del cambio. Empezaron a recomendarla tiktokers e influencers de cine. Hasta el director Mick Garris, que ha adaptado obras de Stephen King como El resplandor y Apocalipsis, la vio en un festival. Compartió que le había flipado. King vio su mensaje, y llamó a su amigo: ‘¿Qué mierda es esta? ¿Cómo puedo verla?”, rememora Casas. Entonces, el catalán recibió un mensaje privado del director por Facebook pidiéndole un enlace de visionado para el autor de It: “A las seis horas la había visto, y me escribió diciéndome que le había encantado, que era como un cuento de Poe con muy mala leche. Es surrealista. Había más posibilidades de que me alcanzara un rayo”.
Casas, que viaja esta semana a presentar la película a Italia y luego a venderla en el festival de Cannes, asegura que, 20 minutos después del mensaje de King, le llamaron representantes de Estados Unidos. De momento, sigue trabajando por vender sus ideas y los cuatro guiones que tiene escritos, que van del terror a la comedia negra. “No sé si saldrá nada, pero solo aspiro a poder hacer mi próxima película con recursos. Lo contrario es agotador”, cuenta el director, que, aunque no revela el coste total, asegura que tuvo que poner 1.000 euros de su bolsillo para acabarla: “Hay cortos con mucho más presupuesto. Nunca me han dado una subvención. Es una experiencia que no recomiendo a nadie”.
“Para mí el problema son los que mandan. Creo que deberían ampliar su línea editorial, porque cuando presentas una película de emociones fuertes o arriesgada, puede crecer por el boca oreja. No teníamos un euro para promoción”, recuerda. Así pasó con El hoyo, el cuarto estreno no en inglés más visto de la historia de Netflix y a punto de estrenar secuela. Ripoll también recuerda Amigo, que tuvo un mejor recorrido internacional que en España. Casas agrega: “Se equivocan al depender solo del algoritmo. Espero que esto sirva para tener el presupuesto para trabajar como dios manda, pagar bien a mi gente y cobrar yo. Y si tengo que aprender inglés con [la aplicación] Duolingo, iré sin miedo. Solo quiero contar mis historias”.
Babelia
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