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Leo Bassi: “El verdadero espíritu del circo está hoy en TikTok”

El irreverente artista cómico reivindica la provocación a cualquier edad en su espectáculo ‘70+’

Leo Bassi, en la sede del Paticano en Madrid el 19 de abril.
Leo Bassi, en la sede del Paticano en Madrid el 19 de abril.INMA FLORES
Raquel Vidales

Leo Bassi nació en Nueva York en una larga familia de artistas circenses. Desde niño asumió su herencia y se hizo malabarista, pero pronto descubrió que le gustaba más ser bufón y llevó al extremo el arte de la provocación no solo en las carpas, sino también en los teatros y los platós de televisión. Radicalmente anticlerical, antifascista y establecido en España desde hace casi tres décadas, un grupo de ultracatólicos llegó a ponerle una bomba junto a su camerino en 2006. A sus 72 años conserva el mismo espíritu combativo y lo reivindica en su obra 70+, que representa este jueves en el Teatro del Barrio de Madrid, mientras celebra misas, bodas y funerales cada domingo en el Paticano, un lugar minúsculo en el que dios es un patito de goma, con rituales similares a los del catolicismo.

PREGUNTA. ¿A los 72 uno se puede divertir tanto como a los 20?

RESPUESTA. Sin duda. Es el mejor momento de mi vida.

P. ¿Mejor que la juventud?

R. La juventud está llena de dudas, incertidumbres y muchas luchas: familia, hijos, dinero. Ahora que ya tengo todo eso resuelto puedo dedicarme a divertirme.

P. ¿Qué le divierte?

R. Necesitamos provocación, cosas que nos impacten. Si no, la vida es muy aburrida. Le voy a poner un ejemplo: hace poco un periodista americano al que admiro mucho, Christopher Hedges, que tiene un Pulitzer y fue corresponsal de The New York Times en Israel, fue a una manifestación a favor de Gaza y fue detenido por la policía. ¡Este hombre tiene 80 años! Ese es el espíritu.

P. El espíritu que siempre le ha guiado a usted, ¿no?

R. Es el espíritu del circo que he heredado de mi familia. Provocar para llamar la atención o hacer reír.

P. Pero hoy parece ya difícil escandalizar. Y al mismo tiempo lo políticamente correcto impone muchos límites.

R. Esa idea de que ya no se puede ser provocador es mentira. Menos mal que ya no se pueden hacer chistes sobre enanos, pero es que cada generación tiene que encontrar su manera de provocar. Hay que estar atento al presente y conectar con los jóvenes. Mi bisabuelo y su hermano, por ejemplo, eran payasos y grabaron uno de sus números con los hermanos Lumière. Yo he intentado también adaptarme.

P. ¿Cómo ha sido su evolución?

R. A los 21 años yo era malabarista y la provocación consistía en hacer cosas increíbles, emociones impactantes. Eso fue pasando a la televisión y me mudé a ese formato. Hasta que la televisión decayó también y se trasladó a las redes: el verdadero espíritu del circo está hoy en TikTok.

P. Es paradójico que diga eso un artista criado en una carpa de circo.

R. El circo de carpa está acabado. Y esos otros como el Circo del Sol son impresionantes, pero no tienen alma. En TikTok encuentras gente que no tiene miedo de hacer el ridículo para llamar la atención. Es lo mismo que el circo: siempre más grande, más imposible, más difícil todavía. Yo estoy orgulloso de tener muchos seguidores en TikTok y seguir siendo provocador para los jóvenes.

Leo Bassi posa con uno de sus patitos de goma frente al Paticano en Madrid, el 19 de abril.
Leo Bassi posa con uno de sus patitos de goma frente al Paticano en Madrid, el 19 de abril. INMA FLORES

P. O sea, que la provocación está ahora en las redes.

R. Exacto. Justo por eso la batalla política está ahí y hay que tener cuidado porque los que están triunfando son superconservadores. ¿Conoce usted a alguien de izquierdas con tantos seguidores como esas influencers tan bien vestidas y tan de derechas?

P. ¿Por qué cree que la izquierda está perdiendo esa batalla?

R. No lo tengo claro. A lo mejor es que se ha hecho demasiado racional, mientras que la derecha está apelando a los instintos. Fíjese en Italia: yo viví allí en los años ochenta-noventa y la izquierda entonces sabía conectar con los jóvenes. La política y la cultura estaban en las plazas. Ahora es Meloni la que les engancha.

P. Usted siempre se ha reivindicado como bufón. Es decir, el que dice las verdades al rey. ¿Qué le diría a Felipe VI?

R. Preferiría ser el bufón de Elon Musk. Tiene más poder. Con el rey de España tendría la sensación de perder el tiempo.

El circo de carpa está acabado. Y esos otros como el Circo del Sol son impresionantes, pero no tienen alma”

P. ¿Qué le diría entonces a Musk?

R. Intentaría que manifestara su verdadera personalidad con provocaciones. Le diría “tus coches eléctricos son una mierda” o “hablas mal inglés”. A ver cómo acepta el chiste.

P. ¿Cuál es la clave para que un chiste haga reír?

R. Tocar las emociones. Un chiste te puede hacer sonreír, pero si tú sueltas una carcajada quiere decir que te ha tocado en lo más profundo. Es un viaje entre la racionalidad y la irracionalidad. ¿Y sabes qué? Cuando ríes a carcajadas pierdes la noción del tiempo, no sabes si te has reído diez segundos o diez minutos. Yo he visto a algún espectador caerse de la silla. ¡Imagina la fuerza de algo que llega a afectar a la psicomotricidad! El problema es que hoy la comicidad ha perdido la capacidad de la carcajada, estamos más en la sonrisa y la ironía.

P. ¿Se podría organizar una revolución a base de carcajadas?

R. Por supuesto. Los surrealistas quisieron hacer la revolución del pan. El plan era cocinar un pan gigante a los pies de la torre Eiffel para provocar a los viandantes: que se enfadaran por ese derroche mientras tanta gente pasaba hambre. No llegaron a consumarlo, pero fue una bonita idea.

hoy la comicidad ha perdido la capacidad de la carcajada, estamos más en la sonrisa y la ironía”

P. Uno de sus objetivos ha sido siempre la Iglesia católica. ¿Sigue siendo necesario un anticlericalismo tan radical?

R. En absoluto. Hace unas semanas el Papa calificó de genocidio lo que está pasando en Gaza y apenas hubo reacciones. ¿Imagina lo que habría pasado hace 100 años si hubiera dicho algo así?

P. ¿Por qué el culto al patito de goma?

R. Porque por debajo de su aparente intrascendencia tiene una enorme fuerza. Conecta con los recuerdos de la familia, con la infancia, con ese momento en el que todo es posible todavía. Por eso es poderoso. Es curioso porque en los últimos años se han multiplicado las tiendas de patitos por todo el planeta. Está en el aire.

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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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