Blur sube la moral de Primavera Sound Madrid con un gran concierto eufórico
El grupo inglés, que tenía previsto actuar en Arganda para 30.000 personas, lo hace para 1.800 en La Riviera. Después de suspender los conciertos del jueves, el festival celebrará la jornada de hoy y mañana en la Ciudad del Rock
Cuando sonó Parklife los vasos grandes de cerveza volaban, llenos, entre las cabezas de la gente. Con lo caros que son: 11 euros. Cuando atacaron Song 2, ya eran cuerpos humanos los que surfeaban en volandas. Con Girls and Boys no hubo ni un alma que no bailara: hasta se zarandeó el hirsuto tipo que vendía las camisetas del grupo. Blur tuvo una misión anoche que cumplió sobradamente: subir la moral a un festival, Primavera Sound Madrid, que andaba cabizbajo después de la suspensión de la primera jornada en la Ciudad del Rock de Arganda del Rey. Hoy, viernes 9 (con Depeche Mode como cabeza de cartel) ya abre el festival, que se completará el sábado 10 (con Rosalía).
Debatía la gente en la puerta de La Riviera de Madrid antes del concierto cuándo habían visto a Blur ante una audiencia tan reducida, 1.800 personas. Alguien dijo que en 2003, en esta misma sala. Hace diez años de aquella gira, la del disco Think Tank. Blur tenía que haber actuado anoche en Madrid ante 30.000 personas, pero cuando salió al escenario de La Riviera la audiencia no alcanzaba los dos millares. Un lujo ver prácticamente en petit comité a una banda que solo se presenta en grandes recintos. El local estaba lleno y el ambiente era eléctrico, inmejorable. El responsable de este cambio de recinto fueron las lluvias y las tormentas que llevan días visitando recurrentemente la capital.
La primera jornada de Primavera Sound Madrid, prevista este jueves en Arganda del Rey, se canceló el miércoles por la tarde y la organización reubicó en La Riviera a la banda británica, que ejercía de cabeza de cartel. Las entradas se pusieron a disposición de los poseedores de abono para las tres jornadas y pase de día del jueves en Accessticket (la aplicación que está utilizando el festival para la gestión de los tíckets) y se agotaron en “un minuto”, señala la organización. Y allí estaban esos 1.800 afortunados pegando botes con los clásicos del grupo, aunque abrieron con St. Charles Square, un tema de su nuevo disco, The Ballad of Darren, que se publica el 21 de julio.
Damon Albarn fue el maestro de ceremonias; con una imagen de intelectual maduro, con sus gafas de pasta, pero con unos movimientos muy de aficionado futbolero inglés. Estuvo simpático y se gustó con poses desafiantes y sacando la lengua. Se cansó de decir “muchas gracias” en español y bajó en varias ocasiones a cantar con el público. Todo el sonido de Blur pasó por el guitarrista Graham Coxon, pletórico, sacando sonidos ardientes a su amplia colección de instrumentos. La de anoche probablemente fue la versión más rockera del cuarteto inglés. Además de las canciones citadas interpretaron There’s No Other Way, Tracy Jacks, End Of The Century, Tender o The Universal, con la que finalizaron después de una hora y 45 minutos con todo el público coreando aquello de “it really, really, really could happen. / Yes, it really, really, really could happen”.
“Ayer estaba amargada y hoy estoy muy feliz. Me había comprado la entrada de día de Primavera solo para ver a Blur. Y ahora estoy aquí, casi al lado de ellos”, decía Verónica San Juan, 34 años, dentro de la sala. Natalia Cárdenas, de 40 años, era la cara amarga. Merodeaba fuera de la sala junto con cinco amigos. Habían viajado desde Chile para ver a Blur. “Entramos en la aplicación a la hora que dijeron, pero ya no quedaban entradas. Estamos desolados. En Chile es complicado ver a Blur, porque van poco. Nos hemos gastado mucho dinero en el viaje. ¿Tú no tendrás una entrada de sobra, no? ¿Por cuánto nos vendes la tuya?”, interrogaron al periodista recurriendo al humor a pesar de su decepción.
La tormenta perfecta
“Teníamos muchas cosas en la cabeza que podían pasar, pero era difícil llegar al extremo. No nos quedó otra”, asumen los responsables de Primavera Sound Madrid después de tener que suspender la primera jornada del festival en Arganda del Rey. “Fue por un cúmulo de cosas. Se juntó todo lo llovido en las semanas previas y que hoy la previsión anuncia una tormenta por la tarde. Si no hubiese llovido anteriormente, es posible que, a pesar de la tormenta, se hubiese podido celebrar. Y si no estuviera la previsión de tormenta esta tarde, también es posible que hubiésemos seguido adelante. Pero con las dos cosas no es viable. Es lo que nos recomendaron las autoridades”, explica Aleix Ibars, jefe de prensa del festival, en conversación con este periódico.
Uno de los temas que están comentando los clientes del festival es por qué, en similares circunstancias climatológicas, no se suspendió un Glastonbury, en Inglaterra. “No sé cómo lo harían ellos. De lo que puedo hablar es de lo que está pasando aquí. Igual llovió solo el día del festival, pero si se te juntan todas las cosas…. Obviamente, nadie quiere cancelar, pero nos hemos visto obligados”, responden. El concierto del miércoles en el estadio Metropolitano, gratuito, de Pet Shop Boys (también dentro de la programación de Primavera Sound Madrid), se celebró con normalidad, salvo un pequeño retraso.
Este incidente da la razón a los que ya miraban con la ceja arqueada la elección de lugar, Arganda del Rey, a 37 kilómetros del centro de Madrid. Argumentaban que quedaba demasiado lejos, lo que complicaría la llegada y, sobre todo, la salida, más teniendo en cuenta que los cabezas de cartel tienen previsto terminar su concierto a las 3:30 de la madrugada (salvo Depeche Mode, que acaba sobre las 23.00). Conscientes de estas reticencias, la organización llevaba un año trabajando con una empresa especializada en movimientos de masas. Están dispuestos 100 autocares gratuitos desde el Metropolitano a la Ciudad del Rock en horario de tres de la tarde a las ocho de la mañana
La previsión de aforo era de unas 30.000 personas el jueves, 35.000 el viernes y 50.000 el sábado. Las entradas adquiridas para el jueves en la Ciudad del Rock podrán utilizarse el viernes o el sábado. En caso de no usarse ninguno de esos días, la organización devolverá el importe de forma automática.
Babelia
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