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David Rodríguez Caballero, escultor: “Nunca había visto tenis; ahora me apasiona”

El artista ha diseñado por segundo año consecutivo el trofeo que se entregará a los ganadores del Mutua Madrid Open

David Rodríguez Caballero, el martes en su nave de Arganda del Rey (Madrid) con una maqueta del trofeo.
David Rodríguez Caballero, el martes en su nave de Arganda del Rey (Madrid) con una maqueta del trofeo.Jaime Villanueva
F. Javier Barroso

Una nave industrial en Arganda del Rey (Madrid) es el punto elegido, el lugar donde se para el tiempo para el escultor David Rodríguez Caballero (Dueñas, Palencia; 52 años). El sitio en el que se registra toda su fuerza creadora y donde culmina sus obras. Entre las últimas que ha hecho se encuentran la que recibirán el próximo fin de semana los ganadores del Mutua Madrid Open de tenis. Criado en Pamplona, estudió Bellas Artes en el campus de Leioa de la Universidad del País Vasco. Inició su carrera como pintor, pero pronto viró hacia la escultura. Ahora reside a medio camino entre Nueva York y Madrid. Su obra se puede ver en la Biblioteca Nacional de la capital, en Washington, Alcobendas o Nueva York y, dentro de unos días, en Mónaco.

Pregunta. ¿En qué se ha inspirado para hacer el trofeo del Mutua Madrid Open?

Respuesta. El trofeo se llama Agón, que es un concepto de la Grecia clásica. Es el concepto de la competición, de la competitividad entre dos personas a través del honor. He partido de los módulos ovalados de la raqueta para construir una esfera o la pelota de tenis. El interior está recubierto de tierra batida de la Caja Mágica.

P. Es el segundo que hace, tras el del año pasado.

R. Sí. Empecé con las medallas del campeonato del mundo femenino de baloncesto para la FIBA. Se trataba de hacer una pieza y convertirla en una medalla. Después vino lo del Open de Madrid y surgió la idea de hacer una escultura que sirva como trofeo, dotarle de contenido, de un concepto. De esta forma, el ganador tiene, aparte de la remuneración económica, un objeto de arte. Y el propio Open Mutua crea una colección de arte.

P. ¿Le gusta el tenis?

R. Si he de decir la verdad, no había visto ningún partido de tenis hasta el año pasado, pero luego ha sido una pasión. Me metí en todo esto y leí varios libros y me pareció un deporte muy sofisticado, lleno de detalles y de cosas interesantes.

P. Su tenista favorito.

R. Soy muy fan de Rafael Nadal, pero fue muy interesante conocer a Carlos Alcaraz el año pasado, que fue el momento de una explosión cuando se le percibía totalmente virgen. Es ver a alguien que va a tener una trayectoria fulminante. Me gusta Roger Federer, que es una persona muy elegante y que le acompaña la danza en el juego.

P. ¿Por qué se decantó por los metales, como el bronce, latón, aluminio, acero o cobre?

R. Por un flechazo realmente. Los artistas funcionamos por emociones. Al final descubrí el metal y sus posibilidades en 1997 cuando yo era un pintor. El material para mí ha sido muy importante, porque me ha marcado el vehículo en mi forma de hacer.

P. ¿Nueva York o Madrid?

R. Las dos, soy Géminis (sonríe). Me gusta tener todo. Para mí, Madrid es una ciudad más fácil, más relajada. Nueva York supone una tensión constante. Es una ciudad sujeta a muchos altibajos, que te da mucho pero que también te quita mucho. Tiene gran excelencia en las artes, pero ahora mismo, tras la covid, la veo muy afectada. Esa riqueza que encontrabas en la calle ha disminuido.

P. ¿Qué ha supuesto Nueva York en su carrera?

R. Mucho. Creo que la obra mejora cuando vas allí. El nivel de exigencia sube mucho y es una gran ventana donde exponer tenía una repercusión importante. Absorbes muchas cosas y eso te hace crecer más.

David Rodríguez Caballero, en su estudio en Arganda del Rey este martes.
David Rodríguez Caballero, en su estudio en Arganda del Rey este martes. Jaime Villanueva

P. Llegó a ser el artista más joven de la galería Marlborough. ¿Eso cómo se consigue?

R. Eso fue hace años. Era muy jovencito, con unos treinta y pocos. Supuso una responsabilidad y un reto. Me dije: “David, tienes que poner el nivel altísimo”. Esos momentos son importantes para crecer. Eso te da nivel y presencia para trabajar.

P. ¿Cómo ha evolucionado su obra desde entonces?

R. Ha evolucionado muchísimo. Creo que soy bastante valiente y estudio a mis apetencias y mis pulsiones. La galería no me ha puesto ningún límite y estoy muy agradecido porque al final ha sido hacer lo que quiera y que el mercado lo absorba. Eso es el lujo del lujo.

P. ¿Cuánto tiempo le lleva crear una obra?

R. Trabajo las piezas en grupos. Tampoco hay un proceso. Ahora estoy trabajando unas esculturas monumentales y llevo meses. Soy muy obsesivo y le voy dando vueltas, lo dejo un tiempo y luego vuelvo a ver si me sirve. Es un proceso muy destructivo-constructivo. Vas construyendo a través de crear y destruir cosas y de la desilusión. Todo eso hasta que al final ya decides que se puede llevar al metal y a una realidad.

P. ¿Cómo es el proceso de creación?

R. Mi vehículo, mi medio, es el papel. Hago dibujos automáticos, de pensamiento visual, que me van acercando hacia una idea de obra. Después empiezo a trabajar con papel, de una forma tridimensional para probar cosas. De nuevo regreso al papel, a la bidimensionalidad, para concretar espacialmente. Después, sigo trabajando con maquetas en papel y luego en metal. Si es monumental, de grandes dimensiones, lleva un proceso, y si es más pequeña, voy a las fábricas y encargo las planchas para hacerla. E incluso, cuando voy produciendo, voy cambiando y veo otras posibilidades.

P. ¿Dónde le gustaría tener expuesta una obra que todavía no la tenga?

R. La verdad, no lo he pensado nunca. Más que en dónde, me gustan los lugares. Me gustan mucho las esculturas en parques, en contacto con la propia naturaleza. En Madrid sí me gustaría tener una escultura.

P. Es uno de los pocos artistas que siente interés por el mercado.

R. Creo que el mercado es el que te permite producir. Para los escultores, si no estás en el mercado, no vendes y no puedes producir. El arte ha cambiado. El artista ya no es la persona que se encierra y que puede producir obras solo para él. Si yo no tengo un encargo, no puedo hacer la obra. Ahora estoy haciendo un encargo de obras de siete metros para una exposición en París. Si yo no lo tuviera, no se ejecutarían.

P. ¿Qué proyectos tiene pendientes ahora?

R. Estoy haciendo para un parque en Arabia Saudita dos esculturas monumentales y las de París.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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