Andrés Suárez: “Quiero ver al público saltando unos encima de otros”

Durante la pandemia de la covid-19, Andrés Suárez (Ferrol, 39 años) escribió una tirada de canciones que, como hijo de sanitaria, revivían “el infierno”. Decidió descartarlas y volver a empezar. Y apostó por la vitalidad. Así nació Viaje de vida y vuelta, el noveno álbum del cantautor gallego que publicó a principios de año y que hace unos días presentó a un grupo de suscriptores de EL PAÍS en el Teatro Real de Madrid. El artista confesó que su intención no es otra que la de poner a su público a bailar. “Quiero ver al público saltando unos encima de otros”, enfatizó en referencia a la gira que comienza en abril.

Suárez lleva 20 años recorriendo salas y recintos, contando intimidades y exponiendo sentimientos. En este disco no se traiciona, sigue hablando del amor, la vida y el sexo, pero desde un lugar más feliz. Después de sufrir el miedo de la pandemia y haber pasado él mismo la covid-19, se imaginó a sus seguidores celebrando y disfrutando junto a él. “Uno de mis mejores amigos escribió en lo peor de 2020: ‘A mí me gusta la vida’; va de eso mi nuevo disco”, explicó a los lectores del diario, que acudieron gracias al programa de actividades exclusivas de EL PAÍS +.

Viaje de vida y vuelta se presenta en 10 temas que dan sentido al título. El viaje se concentra en canciones como Nuestra generación, en la que el artista señala algunos males de la sociedad, como las ofensas que se lanzan “escondidas en las redes sociales”. Aunque incluso en este tema más mordaz se muestra laxo y se ofrece como “amigo en tu recreo”. Las siguientes canciones son la parte correspondiente a la vida y ahí están temas como el dedicado a sus padres, Teresa y Andrés. Cierra el disco la única composición que no quemó en 2020, cuando decidió dar el giro vitalista a su trabajo: Pienso en ti. Quiso incluirla para aplacar el mal de alzhéimer de la sociedad.

El artista repasó con los lectores del diario los meses de encierro, pero también sus inicios como cantante de orquesta en Galicia; su primer viaje a Madrid y las salas vacías de la capital en las que tocó durante varios años. Aseguró volver de vez en cuando a esos locales. “Si no sería un cretino”, aseveró. Recordó que sin el apoyo de esos espacios y sus dueños, sin los primeros seguidores que todavía ni sabían quién era e incluso la gente que, como Eva Amaral, le daba dinero en el metro, no podría haber llegado hasta esta gira en la que busca llenar recintos como el WiZink Center de Madrid el próximo 11 de mayo.