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Peridis: “La Edad Media vuelve siempre, está en la guerra de Ucrania, en la covid”

José María Pérez, arquitecto, dibujante, divulgador del románico y viñetista de EL PAÍS, publica una novela sobre Beato de Liébana, que auspició en la Península en el siglo VIII los beatos, “los cómics de hoy”

Peridis novela
José María Pérez, 'Peridis', arquitecto, dibujante y escritor, retratado en su casa el 10 de febrero.Jaime Villanueva
Manuel Morales

José María Pérez González, siempre conocido como Peridis, ha publicado una novela sobre “el artista español de más categoría de la Edad Media, Beato de Liébana, hoy famoso a nivel mundial”, dice en su casa, en Madrid. “Personaje fascinante”, fue un teólogo del siglo VIII que ha dado nombre a unos códices ilustrados, los beatos, “de los que quedan una treintena en todo el mundo, la mayoría en España, pero también los hay fuera, como en la Biblioteca Nacional de París, en bibliotecas de Estados Unidos…”, señala Peridis mientras hojea el facsímil de uno de ellos, el Beato de Valcabado, cuyo original está en la Biblioteca Histórica de Santa Cruz, de la Universidad de Valladolid. La relevancia de Beato, unido a que Peridis nació hace 81 años en Cabezón de Liébana (Cantabria), “a cuatro kilómetros” del monasterio en el que moró el religioso, y a que es dibujante, motivó que se decidiera a contar sus vicisitudes en El cantar de Liébana (Espasa). Un libro en el que reivindica “la visión ibérica que había en aquella época del bien y el mal, porque los beatos son parte de nuestra memoria”.

Dibujo de Peridis para su novela 'El cantar de Liébana'.
Dibujo de Peridis para su novela 'El cantar de Liébana'.PERIDIS

Sin embargo, no es una novela histórica, aclara el también arquitecto, viñetista de EL PAÍS y gran divulgador del románico. Está ambientada en la época actual, “trata sobre una sexagenaria, Eulalia, que se ha quedado viuda y quiere dar algo de sentido a su vida, por lo que acude a un seminario en la Universidad de Valladolid sobre beatos, las más prodigiosas creaciones iconográficas de la historia del arte occidental”, como los definió Umberto Eco, recuerda Peridis. El semiólogo y escritor italiano es uno de los personajes con cameos en la obra, como la fotógrafa palentina Piedad Isla, fallecida en 2009, o el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. No obstante, Peridis, que también ha ilustrado su libro, se lo dedica a las mujeres como Eulalia. “Esas señoras que sostienen la cultura porque llenan los teatros, las exposiciones, los conciertos, las conferencias… Es admirable, algunas son viudas, sus hijos ya no están en casa, pero ellas se arreglan y quieren estar ágiles, curiosas…”.

Pese a una trama cercana, “el libro no es fácil”, admite. En sus 480 páginas hay historia medieval de España, disputas teológicas, arte románico… aunque como en sus anteriores obras, en su trilogía sobre la Reconquista, Peridis se ha entregado a la máxima horaciana de deleitar enseñando. Él es primero que ha aprendido de Beato, “que probablemente nació hacia el 730 y se sabe que huyó de Córdoba, más o menos con 40 años, a Liébana, zona cristiana, y que estaba bajo la férula del arzobispo de Toledo, Elipando, primado de España”.

Pero Beato se rebela contra su jefe porque este, “para tener una entente con los musulmanes”, que habían invadido la Península en 711, “adoptó la doctrina del adopcionismo, que sostenía que Jesucristo era hijo adoptivo de Dios, lo que desafiaba los fundamentos de la fe cristiana, como la divinidad de Cristo y su resurrección”, explica. El monje se va de la España musulmana a un monasterio en Cantabria, hoy conocido como Santo Toribio de Liébana, “donde vive hasta los sesenta o setenta años”. Allí se marca como misión refutar la doctrina de Elipando escribiendo “en un latín muy poco culto, según los expertos”, sus célebres Comentarios al Apocalipsis de San Juan. “Como sus argumentaciones teológicas resultan muy farragosas y él quería llegar a todo el mundo eclesiástico, incluye en los pergaminos unas imágenes muy potentes, cuasi psicodélicas”.

Dibujo de Peridis para ilustrar su novela 'El cantar de Liébana'.
Dibujo de Peridis para ilustrar su novela 'El cantar de Liébana'.PERIDIS

Ha nacido el códice conocido como Beato de Liébana. “Un corta pega maravillosamente ilustrado, aunque infumable para la lectura actual. Es un refrito porque Beato cogía una frase de un santo padre del Evangelio, aunque no decía de quien, y añadía sus comentarios, pero tampoco aclaraba qué parte del texto era suya y cuál no. Es un hombre que intenta nada menos que explicar lo que quería decir el Apocalipsis”.

Peridis hojea en su casa un facsímil del Beato de Valcabado.
Peridis hojea en su casa un facsímil del Beato de Valcabado.Jaime Villanueva

¿Fue él el artista que iluminó ese y otros manuscritos? “Mi impresión es que en el monasterio montó un buen scriptorium en el que se hacían copias(sala dedicada a este fin como la que puede verse en la película El nombre de la rosa). “Creo que fue el patrono de aquellos ilustradores. Esas obras eran como los cómics de hoy, con un argumento, que Jesús era hijo de Dios y que los que predicaban el adopcionismo son herejes. Beato escribe entre líneas, como se hacía en la Transición, porque no cita a su jefe ni al islam”.

La fe de Beato y su habilidad como comunicador lograron movilizar a Carlomagno y al Papa contra su superior, que acabó excomulgado. “Y el libro se convierte en un best seller del que se harán copias a lo largo de cinco siglos, seguirá vigente gracias a las Cruzadas y la Reconquista, pero cada ilustrador crea sus propias imágenes según la época, como pasó con el Quijote, con lo que cada beato es distinto”. Curiosamente, el beato primerizo no se ha encontrado, aunque hoy quedan descendientes como el mencionado Beato de Valcabado, en Valladolid, o el Beato de San Andrés de Arroyo, en París, en la Biblioteca Nacional de Francia.

Página del Beato de Fernando I y doña Sancha (siglo XI), con iluminaciones de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, que está en la Biblioteca Nacional de España.
Página del Beato de Fernando I y doña Sancha (siglo XI), con iluminaciones de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, que está en la Biblioteca Nacional de España.JORDI SOCÍAS

¿Por qué Beato, que murió en torno al 800, se fijó con el Apocalipsis y no con otros textos sagrados para echar un pulso a Elipando? “El Apocalipsis había sido un libro de resistencia en la época de Diocleciano”, emperador romano que persiguió con especial odio a los cristianos. “Y como estamos en época de los musulmanes en la Península, Beato siente que su iglesia está perseguida, que los cristianos eran ciudadanos de segunda”. El apocalipsis para estos bellísimos manuscritos llegó con la desamortización, en el siglo XIX: “Los conventos estaban en ruinas y antes de que se vinieran abajo, vendían su beato”.

Con esta, son cuatro novelas en las que Peridis escribe del medievo, al que le lleva siempre su amor por el románico, como también hizo en los años que estuvo al frente de la Fundación Santa María la Real, para la conservación del patrimonio. “La Edad Media es el mundo cuando éramos niños como sociedad, vivían muy pocos años”. En contra de lo que pueda parecer, no tiene una mirada romántica de aquel periodo que duró 10 siglos, del V al XV, “como sí hizo Walter Scott, yo no habría querido vivir en aquella época, me habría muerto varias veces”.

Dibujo de Peridis para su novela 'El cantar de Liébana' con el personaje de Umberto Eco en el centro.
Dibujo de Peridis para su novela 'El cantar de Liébana' con el personaje de Umberto Eco en el centro.

“Fue una edad de mezclas”, continúa, “estaba el mundo romano como sustento, y luego los germanos, los normandos, los musulmanes… todo confluye en el Danubio y en los Balcanes casi hasta hoy. En algunas etapas fue una edad muy dura, con pestes terribles, sequías, hambrunas… sobrevivir era una heroicidad porque la naturaleza estaba contra del hombre. Además, no había estructura de Estado y la guerra era una constante por las sucesiones de los reyes, y encima se metía por medio la religión”. Y asegura: “La Edad Media vuelve siempre, está en los conflictos, en la guerra de Ucrania, en la covid…”.

Por suerte, no todo fue oscuridad entonces. “Las luces fueron los beatos, las catedrales, Giotto, Petrarca…”. Peridis apunta que de aquellas pobres gentes que malvivían en un valle de lágrimas se podría hoy aprender algo: “El sentido que tenían de las tradiciones; compartían, hacían los caminos entre todos, compartían las alimañas, los incendios… Había una aproximación personal grande dentro de que vivían de forma miserable”.

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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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