Sílvia Pérez Cruz, premio nacional de Músicas Actuales 2022: “Busco la belleza de lo imperfecto”
La cantante catalana lleva más de una década con una propuesta valiente y ecléctica alejada de todo tipo de modas
“Estoy superada, la verdad. Qué bello que me hayan concedido este premio”. Sílvia Pérez Cruz ha ganado el Premio Nacional de Músicas Actuales 2022, un galardón que se ha fallado en la mañana de hoy lunes. La cantante catalana responde a este periódico por teléfono desde un estudio de grabación en Barcelona, donde está registrando su nuevo trabajo. Se encuentra grabando las cuerdas de una canción que se titula Todos los finales del mundo. “Para alguien que ama la música tanto como yo me ha parecido maravilloso el momento en el que me he enterado del premio, con músicos y en un estudio”, señala emocionada.
Pérez Cruz (Palafrugell, Girona, 39 años) es una artista que desde hace más de una década viene ofreciendo proyectos arriesgados y eclécticos. El jurado ha destacado “su inquebrantable compromiso con la belleza” y “la calidad creativa e interpretativa de su carrera”.
Hoy, la artista se acuerda de su profesor de saxo, Manuel Mañogil Lucas, que se encargó de su formación de los siete a los dieciocho años. “Es la primera persona que se me viene a la mente ahora para dedicarle el premio. Él siempre me decía: ‘No te olvides de que la música es para pasárselo bien’. Me hizo entender la música desde un punto de vista muy bello”, señala. Luego, se acuerda de la familia: “Mi madre me ayudó a reconocer la belleza y mi padre me animó a expresarme en un escenario”. También se lo dedica a su hija, claro, de 14 años.
El premio Nacional de Músicas Actuales, concedido por el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros. Los ganadores en ediciones anteriores fueron: Rozalén (2021), Chano Domínguez (2020), María Rodríguez Mala Rodríguez (2019), Christina Rosenvinge (2018), Javier Ruibal (2017), Martirio (2016), Jorge Pardo (2015), Carmen París (2014), Luz Casal (2013), Kiko Veneno (2012), Santiago Auserón (2011), Amaral (2010) y Joan Manuel Serrat (2009).
El jurado de esta edición ha estado compuesto por Javier Ruibal (Premio Nacional de las Músicas Actuales 2017), Rozalén (Premio Nacional de las Músicas Actuales 2021), Tomás Fernando Flores (director de Radio 3), Almudena Heredero (Primavera Sound), Jordi Herreruela (director del Festival Crüilla), Paula Quintana (Radio 3) y Carmen Zapata (Mujeres de la Industria de la Música).
Estamos ante una artista singular que va haciendo carrera alejada de las concentraciones masivas. Pérez Cruz cursó desde pequeña enseñanzas artísticas: solfeo, saxo, piano, cajón, armonía, canto (jazz y flamenco), improvisación o saxo. Antes de la lanzarse en solitario formó parte de varios grupos, quizá el más popular Las Migas. En 2012 publicó su primer disco en solitario, 11 de novembre. Su último trabajo, titulado Farsa, se publicó en 2020. De él escribe en EL PAÍS Fernando Neira: “La ensalzada artista catalana recorre sus geografías musicales predilectas en su trabajo más genuino y menos complaciente”. Pérez Cruz ha trabajado para danza, cine o teatro. También ha experimentado la interpretación con éxito: fue nominada a Actriz Revelación por Cerca de tu casa (2016). Por esa misma película consiguió el Goya a la Mejor Canción Original por Ai, Ai, Ai.
La cantante posee una voz pura que se mueve entre las músicas tradicionales con destreza y verdad. Pocos géneros de la tierra se le resisten. Pero siempre, desde una visión moderna y respetuosa. Flamenco, copla, bossa, jotas... Muchos estilos ha tratado y en todos se ha manejado con emoción y originalidad. Aficionada a experimentar con otros músicos, ha colaborado con Serrat, Lluís Llach, Rocío Molina, Toquinho, Natalia Lafourcade, Jorge Drexler o Javier Colina. “Lo que intento es mantener el equilibrio entre la humildad y la seguridad. Reivindico la belleza de lo imperfecto. Me parece un punto de vista muy sano”, señala. Cuando escucha la palabra “riesgo” para definir su condición de artista, señala: “Lo arriesgado sería hacer algo que no amo. Siempre he intentado sentirme viva y desde ahí transmitírselo al público para que sienta cosas”.
Alimento para el alma
Tampoco tiene problema en afrontar diferentes formatos de conciertos: puede ofrecer espectáculos a voz y piano, o arroparse de una extensa orquesta. Sus conciertos son alimento para el alma: intensos, hermosos y en cierta forma sofisticados. Así define su posicionamiento sobre el escenario: “Es como olvidarse del cuerpo. Una sensación de canal, de que algo pasa a través de ti, y lo que has de intentar es que no se cierre la puerta por el pensamiento, o el miedo. Es como salirse de ti. Cantando no soy joven ni vieja. Se para el tiempo. Entro en trance”.
Vistas sus condiciones y su actitud, una de las mejores cosas que se pueden decir de ella es que lo mejor está por venir. “La música es mi amparo para entender el mundo”, dice antes de despedirse y regresar al estudio para dar forma a lo que será su próximo trabajo. Mientras ella intenta entender con sus creaciones este tiempo que nos ha tocado vivir, el resto nos evadimos de las cosas feas que nos rodean escuchando su música.
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