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El museo de la academia del cine en Los Ángeles abre sus puertas al horror mexicano

La organización inicia este jueves un ciclo de veinte películas de terror filmadas entre 1950 y 1990

'La maldición de la llorona' (1963), dirigida por el mexicano Rafael Baledón.
Cartel publicitario de la película 'La maldición de la llorona' (1963), dirigida por el mexicano Rafael Baledón.IMDB
Luis Pablo Beauregard

En 1975, los legendarios Frank Zappa y Captain Beefheart unieron un sentido del humor único en la industria musical para burlarse de una oscura joya del cine de terror mexicano. Los rockeros dedicaron Debra Kadabra a El barón del terror, una película de 1961 que cuenta la historia de un aristócrata quemado en la hoguera por la Inquisición en 1660 y quien jura volver de entre los muertos para vengarse tres siglos después. El barón vuelve en forma de una criatura que se alimenta de cerebros humanos que más que miedo provocó risas a Zappa y Don Van Vliet (Captain Beefheart). “Es jodidamente estúpida”, dijo el líder de las Madres de la Invención, quien era un declarado conocedor del horror mexicano. Su película preferida era La maldición de la momia azteca, de 1957.

El despliegue de absurdos efectos especiales de El barón del terror, conocida en los circuitos de culto de Estados Unidos como The Brainiac, llegará el próximo 16 de octubre al Museo de la Academia de Hollywood. La organización abre desde este jueves sus puertas a 20 películas mexicanas de terror realizadas entre 1950 y 1993, cuando Guillermo del Toro filmó Cronos. El primer programa doble de esta tarde arranca con el clásico El Vampiro (1957), protagonizada por Germán Robles, quien se convirtió con esta interpretación en el chupasangre favorito en México a pesar de haber nacido en Gijón. A esta le sigue la ópera prima del director que creó El laberinto del fauno.

La selección está conformada por cintas pobladas por criaturas que han vivido a la sombra de otros brillantes clásicos del cine mexicano. Aunque han sido relegadas e incluso miradas con desprecio por parte de la industria, muchos de los títulos que serán proyectados hasta el 27 de octubre lograron muy buenos ingresos de taquilla y provocar pesadillas entre la audiencia.

“Este es un momento muy violento en México y entiendo que hay gente que no quiere lidiar con el terror, pero este es como el picante. Ahí está y uno elige si lo consume o no. Es importante porque es un reflejo de nuestra psique. Siendo un país profundamente católico, cree también en el más allá, el diablo y las cosas sobrenaturales”, explica en una conversación por Zoom Abraham Castillo Flores, quien curó la selección para el museo del Oscar, en Los Ángeles.

Castillo, quien fue programador del festival Mórbido, que se ha convertido en una referencia para los aficionados del género en América Latina, cree que la selección es un intento por “resucitar” los nombres de creadores y sus obras que han sido olvidadas con el tiempo.

Entre estos se encuentra Chano Urueta, nacido Santiago Eduardo Urueta, el director de El barón del terror. El cineasta falleció en 1979 después de haber trabajado en la industria por 50 años, en los que dirigió a gente como Cantinflas, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz y lanzó la carrera de Blue Demon, el luchador que rivalizó con El Santo. Este es solo un puñado de talento con el que trabajó en las 140 películas que dirigió. Este viernes podrá verse El mundo de los muertos (1970), la película número 25 del enmascarado de plata, originario de Guanajuato y quien interpreta a un miembro de la Santa Inquisición, un soldado de Cristo.

El barón del terror' (1962), dirigida por el mexicano Chano Urueta
Una de las escenas de 'El barón del terror' (1962), dirigida por el mexicano Chano Urueta.Alameda Films

“Urueta comenzó como asistente. Tenía tres carreras universitarias y las dejó todas por irse al cine. Era un hombre brillante”, señala Castillo. La bruja (1954), otra de las cintas de Urueta, se proyectará el 21 de octubre en el teatro Ted Mann del museo. “Tiene uno de los maquillajes más elaborados del cine mexicano y no es una película a la que le hayan hecho mucho ruido”, añade el comisario, quien vivió “una aventura” para poder dar con esta película e incluirla en la muestra. La bruja da un angustiante giro al relato Pigmalión de George Bernard Shaw, le seguirá Santa Sangre (1989), donde Alejandro Jodorowsky mezcla en un mismo culto ocultista la vida circense y la vida de Goyo Cárdenas, el asesino serial mexicano.

Los espectadores de La maldición de la Llorona (1961) podrán apreciar a Rita Macedo en todo su esplendor. Un torbellino fuera de la pantalla, Macedo encarna a la villanada que atormenta a su joven sobrina, interpretada por Rosita Arenas. “Es una película que presenta un gótico latinoamericano muy divertido y perverso”, la describe Castillo, quien también reconoce que es notoria la influencia del cineasta italiano Mario Bava, quien revolucionó el terror en Europa en los años 60 con La máscara del demonio. La Llorona compartirá pantalla el mismo día, el sábado 8 de octubre, con Veneno para las hadas, uno de los grandes clásicos del terror mexicano, escrita y dirigida por Carlos Enrique Taboada.

Además de Macedo, otra gran figura femenina del cine mexicano destaca entre la selección. Isela Vega protagoniza y dirige Las amantes del señor de la noche (1983). Vega, nacida en Hermosillo, se convirtió con esta película en la primera mujer en México que dirigió una película de género, de acuerdo con Castillo. Como compañera de viaje en la producción eligió a Irma Serrano, una extravagante personaje que vivió muchas vidas en una. Fue senadora, cantante de música ranchera y escritora. Nunca negó que practicaba abiertamente la brujería.

Las amantes del señor de la noche cerrarán la muestra el jueves 27 de octubre. La doble función la complementa Alucarda, la hija de las tinieblas, de Juan López Moctezuma, quien es considerado un genio maldito del cine mexicano. Fue el primer productor de las películas que Jodorowsky hizo en México y un distinguido ejecutivo de Televisa, el gigante de las comunicaciones latinoamericanas (que ha ayudado junto a Univision a dar forma a la muestra gracias a su fundación). Hacia el final de su vida, López Moctezuma donó todos los derechos de su obra a sus seguidores, lo que probó ser un desastre. Hoy no existe ninguna copia de Alucarda en 35 milímetros que no esté dañada y en condiciones de ser proyectada. El único negativo que existía en Estados Unidos de esta cinta, donde figuran escenas de tortura católicas inspiradas por Goya, fue quemado. “Es aterrador pensarlo”, dice Castillo.

López Moctezuma acabó en un manicomio. Hasta allí fueron a buscarlo dos fanáticos de su obra, quienes realizaron un ritual de psicomagia con las películas que había dirigido para recordarle quién había sido en su vida fuera de allí. Alucarda fue un fracaso de taquilla y para la crítica. Ahora ha resucitado en Hollywood.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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