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Numerosas caídas en un rápido y limpio cuarto encierro de San Fermín

Solo cuatro corredores sufrieron contusiones en la carrera protagonizada por los toros gaditanos de La Palmosilla

Antonio Lorca

Se notó que los novatos toros de La Palmosilla —se estrenaron en esta feria en 2019— no lo son tanto, y que están tan acostumbrados a la carrera en el campo gaditano de Tarifa que ni siquiera extrañaron a los muchísimos corredores que entorpecieron su carrera hacia los corrales de la plaza.

Veteranos en estas lides, toros muy nobles y disciplinados, no dejaron heridos por cornadas y solo se contabilizaron cuatro contusionados entre los participantes: uno por un golpe en la cabeza y la cara y tres por deformidades en los brazos.

Los de La Palmosilla permitieron que cuatro cabestros lideraran el encierro en la empinada Cuesta de Santo Domingo, donde, sorprendentemente, había menos mozos que en días anteriores. Veloz y compacta llegó la manada a la plaza del Ayuntamiento, y enfiló la bajada a la curva de Estafeta con cierta precaución, de modo que rozaron, pero no se estrellaron contra los duros tablones que indican el cambio de marcha. Tampoco en esa esquina había esta mañana ningún despistado, carne de cañón para las pesadas pezuñas de los animales de cuatro patas.

La calle de Estafeta fue un día más una magnífica pista de atletismo en la que se produjeron vistosas carreras, y muchas, muchísimas caídas de mozos que se estorban y compiten entre ellos para sentir el calor de los astifinos pitones o tocar el pelo de los toros. Uno de los mozos intentó cruzar la calzada y produjo la caída de un cabestro que quedó rezagado, con cara de pocos amigos.

Compacta llegó la manada al tramo de Telefónica, atestada de gente variopinta, que no consiguió que toros y cabestros aminoraran su marcha; un día más algún mozo pegado a las tablas cercanas a la entrada al callejón sufrió el empuje de los astados, aunque por fortuna todo quedó en un buen susto.

La manada entró casi completa en la plaza cuando el reloj se acercaba a los 2 minutos y 28 segundos; un último miembro del grupo gaditano se incorporó con presteza al grupo y ya descansan todos en los corrales.

Los mozos corren ante los toros de la ganadería de José Escolar durante el tercer del encierro de San Fermín, este sábado. Foto: Jesús Diges (EFE)

Allí esperarán a que suenen las seis y media de la tarde, cuando comience la corrida, y sea el turno de Sombrerito, Pueblerino, Vinatero, Arrumbadito, Memorable y Remilgado, de entre 500 y 530 kilos, que serán lidiados por Rafaelillo —que vuelve a San Fermín después de la gravísima cogida que sufrió en 2019 a manos de un toro de Miura—, Manuel Escribano, que ha corrido esta mañana el encierro en Pamplona, y Leo Valadez.

Hoy se cumplían 13 años de la muerte de Daniel Gimeno, mozo de Alcalá de Henares que falleció el 9 de julio de 2009 a causa de una cornada que le infirió un toro de la ganadería de Jandilla. Como cada aniversario, sus padres se han trasladado a Pamplona para depositar un ramo de flores en el poste 66, donde ocurrió la tragedia.

Por cierto, un último dato señala que la participación femenina ha aumentado del 5 al 10% en los encierros de San Fermín; es verdad que se ven más mujeres en los instantes previos a la carrera, pero se diluyen entre los mozos varones durante la carrera y no se les ve el pelo. O eso parece…

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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