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FERIA DE HOGUERAS
Crónica
Texto informativo con interpretación

La apabullante autoridad de Roca Rey

Para el alicantino Manzanares, todo pareció un paseo en barca a orillas de sus paisanos en su primer toro

El diestro peruano Andrés Roca Rey sale por la puerta grande tras cortar tres trofeos en el festejo taurino de la Feria de Hogueras que se celebró ayer jueves e n la plaza de toros de Alicante.
El diestro peruano Andrés Roca Rey sale por la puerta grande tras cortar tres trofeos en el festejo taurino de la Feria de Hogueras que se celebró ayer jueves e n la plaza de toros de Alicante.Manuel Lorenzo (EFE)

Salió por delante El Fandi, para calentar ambiente y predisponer al personal. Una estrategia de los que mandaban en la terna: que se caliente la gente desde el primer toro. Y vaya si se calentó la gente, el ambiente. Tres largas de rodillas y un extenso racimo de lances, chicuelinas y demás: todo un batiburrillo nada más levantarse el telón. Por supuesto que el segundo tercio pasó como si nada, porque no fue casi nada. O, más bien, nada. Y delirium tremens en banderillas: tres pares, tres. Un derroche de facultades y, eso sí, un acierto al clavar con milimétrica puntería. Locura general. Mas luego vino la realidad. Y con la muleta El Fandi se perdió en un afán de llegar al tendido, pero sin dar una a derechas con la muleta. Muletazos por doquier, algunos celebrados en el tendido, y, otros, que pasaban desapercibidos. Un buen toro. Desaprovechado. Una media, soltando la muleta en el encuentro, y oreja al canto.

Tan fácil como si tal cosa, Manzanares con su primero. Toro obediente, sin poner una sola condición. Para el alicantino, sobrado y fácil, todo pareció un paseo en barca a orillas de sus paisanos. La gente, encantada. Una labor de manifiesta superioridad ante un toro más amigo que enemigo. Entre toda esa faena, se soltó algún natural de bella pintura, y uno de pecho hermoso y profundo. Tras un pinchazo en todo lo alto, una estocada que fue todo un monumento a la suerte suprema. Solo por esto valió la oreja.

Un clamor la plaza, pero diferente clamor que, en el primer acto de la corrida, la faena de Roca Rey al tercero. Toro fino de cabos, un dije, de esos que los taurinos llaman “bonito” (y tan bonito), que se rindió en las manos de un todopoderoso torero. De principio a fin, la faena no tuvo desperdicio. Alzó el telón de rodillas: dos muletazos por alto y otros tantos cambiados por la espalda. La traca se había encendido. De todo lo demás, el toreo sobre la derecha fue lo fundamental: mano baja y ligar los muletazos sin solución de continuidad. No fue lo mismo por el lado izquierdo, solo una serie ligera y sin acople. De vuelta a la derecha, se reanudó la fiesta en el tendido. Mucha variedad a partir de entonces. Cambios de mano improvisados sobre la marcha y un “tres en uno” brillante: derechazo, cambio de mano para ligar un natural y el de pecho en trenza continua. Las bernadinas finales, cambiando la embestida del toro, fue de final apoteósico. Para entonces, el buen toro ya había buscado las tablas. La estocada cayó algo baja, pero fue fulminante. Pidieron hasta al rabo.

La segunda parte de la corrida ya no empezó igual. Un toro de alzada considerable, defensivo y de pitonazo al aire, no dejó a El Fandi ser El Fandi. Cumplidor en banderillas, con la muleta El Fandi se perdió en búsqueda de una faena que nunca encontró. El quinto, sin trapío alguno, pero de obediencia infinita, también dejó a Manzanares recrearse. Sin mucho ajuste, la faena se decantó por el pitón derecho del toro. La poca entidad del astado no resultó factura impagable para el personal, que se volcó con su paisano. Por el pitón izquierdo, apenas un intento frustrado. Luego, la espada no fue aliada como en el turno anterior. El sexto, con casi seis años cumplidos, fue casi el fiel reflejo de su edad. Hondo, lo que se dice un toraco, pero que tampoco sacó malas intenciones. Solo que no tuvo entrega y sí muy corto viaje. Roca se dejó querer todo lo que el toro podía quererle. No hubo brillantez, pero abundante actitud. Y hasta fue capaz de robar alguna serie con apabullante autoridad. Las cercanías finales pusieron el broche a una inapelable demostración de poderío.

Victoriano del Río / Fandi, Manzanares, Roca

Toros de Victoriano del Rio y Toros de Cortes (1º y 4ª), correctos de presentación, desiguales de hechuras, con un quinto muy chico. Muy nobles.
El Fandi: media perdiendo muleta (oreja); media (saludos).
José María Manzanares: pinchazo y gran estocada (oreja); dos pinchazos y estocada -aviso- (saludos).
Roca Rey: estocada caída (dos orejas); estocada (oreja).
Plaza de Alicante. Tercera de Feria. Tres cuartos.


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