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Gengoroh Tagame, de maestro del manga adulto gay a educador sobre el matrimonio igualitario

‘El marido de mi hermano’, traducido al español, ha contribuido como pocas obras japonesas de ficción a la discusión sobre la aceptación social y legal de las parejas homosexuales en el país nipón

El dibujante japonés Gengoroh Tagame.
El dibujante japonés Gengoroh Tagame.Gonzalo Robledo

La obra más revolucionaria de Gengoroh Tagame, un dibujante japonés de manga famoso por lo explícito y extremo de sus historias homoeróticas, no tiene escenas de sexo. Se titula El marido de mi hermano (Editorial Panini, 2018) y muestra a través de la mirada de Kana, una niña de 10 años, cómo se ve el matrimonio entre dos hombres sin el filtro de los prejuicios sociales. Con preguntas cándidas como “¿Quién era la esposa y quién el marido?”, Kana marca el tono didáctico de una historia que ha contribuido como pocas obras japonesas de ficción a la discusión sobre el matrimonio igualitario de cara a su aceptación social y legal. Japón es el único país del G-7 que no lo reconoce. Hasta hoy, solo ocho de las 47 prefecturas niponas emiten certificados para parejas LGTBI con el fin de facilitar gestiones de vivienda o sanidad, pero, al no ser vinculantes, distan mucho de los derechos de los matrimonios heterosexuales.

Tagame estuvo el 6 de junio en la Embajada española en Japón para participar en una charla organizada en paralelo a la exposición Somos, que repasaba la historia del movimiento LGTBIQ+ en España a través de la cultura o el deporte, poniendo además en conexión a figuras de ambos países como los escritores Federico García Lorca y Yukio Mishima o los historietistas Nazario y el propio Tagame. La portada y algunas viñetas de El marido de mi hermano se exhibieron en la muestra junto con obras de artistas españoles o paneles con deportistas como la defensa del F.C. Barcelona Mapi León o el esgrimista transgénero Fumino Sugiyama, que fue el primer hombre trans en conseguir en Japón un certificado de unión civil con su pareja, en 2015, sentando un histórico precedente para la futura aprobación del matrimonio homosexual.

El protagonista de El marido de mi hermano es Yaichi, el padre soltero de Kana, un japonés promedio cuya sosegada rutina da un vuelco radical con la llegada a su casa de Mike, un canadiense enorme y tierno que habla japonés y se presenta como el marido legítimo de su recién fallecido hermano gemelo. Las nerviosas reacciones de Yaichi a las situaciones más prosaicas son un compendio de prejuicios homófobos que, poco a poco, ayudado con la inocencia de Kana y la bonhomía de Mike, empieza a despejar.

Al contrario de toda la bibliografía anterior de Tagame, censurada en Japón y modificada en algunos países, El marido de mi hermano fue un éxito masivo de ventas tras su publicación en 2014. Recibió el Premio del Festival Artístico de los Medios de Japón, uno de los más altos galardones oficiales otorgado al género del manga, y en 2018 fue adaptada a televisión en una miniserie con actores que la cadena pública NHK emitió como “una historia familiar completamente nueva”. Sus cuatro tomos están en las bibliotecas públicas de todo el archipiélago y, hasta mayo de este año, habían sido publicados en 12 idiomas, entre ellos el español (Panini, 2019).

Portada del primer tomo en español de 'El marido de mi hermano'.
Portada del primer tomo en español de 'El marido de mi hermano'.Editorial Panini

Tagame nació en 1964 en la ciudad de Kamakura y estudió diseño gráfico en la Universidad de Bellas Artes de Tama, en Tokio. Empezó a usar su actual seudónimo en 1986, al tiempo que desarrollaba un universo fantástico y lascivo donde es habitual el sexo no consentido entre hombres barbudos y enormes como gladiadores, cubiertos de vello y muy parecidos a él mismo. Títulos que podrían ser traducidos como El hombre juguete o El entrenador de esclavos le ganaron el calificativo de maestro japonés del manga erótico gay y suscitaron comparaciones con autores occidentales como Tom de Finlandia, el legendario artista finlandés que a mediados del siglo pasado rompió con el tópico del gay afeminado al crear un imaginario de fornidos motociclistas vestido de cuero negro.

Portada del segundo volumen en español de 'El marido de mi hermano'.
Portada del segundo volumen en español de 'El marido de mi hermano'.Editorial Panini

Para ambientar sus historias de dominación y sumisión sexual, Tagame usa el folclore japonés y en sus composiciones recurre a menudo a poses de la pintura religiosa barroca que descubrió en un viaje juvenil a Europa. Más que Velázquez y Goya, recuerda, en el Museo del Prado le impresionó la obra de José de Ribera, El Españoleto, maestro tenebrista famoso por su descripción preciosista de torturas, martirios y penitencias.

La idea inicial para El marido de mi hermano fue de un editor y Tagame la aceptó tras conocer los resultados de una encuesta mundial que constataba lo poco familiarizada que estaba la sociedad japonesa contemporánea con la homosexualidad. El estudio decía que solo el 5% los japoneses conoce a algún homosexual, frente a porcentajes superiores al 60% en países como España. Tagame atribuye el ostracismo al que sigue sometido el colectivo LGTBIQ+ al temor del japonés promedio hacia lo diferente, expresado en el dicho popular siguiente: “Todo clavo que sobresalga, será martillado”. Descarta el factor religioso, aunque reconoce que la moral puritana importada de Estados Unidos con la apertura definitiva de Japón al mundo, a mediados del siglo XIX, obligó a modificar ciertos comportamientos tradicionales, como dividir los sexos en los baños públicos.

Viñetas del manga 'El marido de mi hermano'.
Viñetas del manga 'El marido de mi hermano'.Editorial Panini

Tagame anticipó que la propuesta de legalización del matrimonio homosexual caería sobre una sociedad poco informada y aceptó el encargo de crear una historia con un fuerte componente pedagógico dirigida al gran público. Describe la experiencia como un reto profesional que le obligó a aprender a dibujar “aparatos inservibles para el sexo, como neveras, tostadoras o cafeteras”. Para transmitir el candor de Kana, dibujó por primera vez en su vida unos ojos infantiles, enormes, luminosos y expresivos, clásicos del manga convencional. Además, “por tratarse de una historia sin estridencias”, prescindió de las sugerentes onomatopeyas que salpican sus tórridas escenas carnales.

La gran acogida mundial de la obra empujó a Tagame a escribir nuevos libros intimistas y sinceras, aptas para públicos de cualquier generación, como el recién traducido al español Nuestros colores (Panini, 2022). Eso sí, aclara, sin abandonar su obra erótica. También asegura sentirse satisfecho de haber propiciado un ambiente más favorable para sus compañeros de colectivo en la profesión. “Cuando empecé a dibujar El marido de mi hermano no había en el gremio en Japón dibujantes abiertamente gais. Ahora los hay, y es algo que agradezco”.

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