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Feria de San Isidro
Crónica
Texto informativo con interpretación

La épica sobrehumana, la estética sobrenatural

Lección de entrega de Joselito Adame tras una espectacular voltereta a manos de un toro fiero, y naturales excelsos de Ángel Téllez

Un momento de la espectacular voltereta sufrida por Joselito Adame en el cuarto toro.
Un momento de la espectacular voltereta sufrida por Joselito Adame en el cuarto toro.Javier Lizón Efe
Antonio Lorca

Joselito Adame, un torero macho, capaz de sobreponerse a la tremenda voltereta que le propició el cuarto toro, que lo atropelló con la fuerza de un autobús cuando el torero lo esperaba por estatuarios junto a las tablas; Ángel Téllez, un artista, que dibujó varios naturales de ensueño a un toro apocado y de noble calidad.

Estos fueron los dos vértices de la desigual y astifina corrida de Araúz de Robles, la cara y la cruz de la épica y la estética, que acabó con el diestro mexicano en el hospital y descubrió a quien quiere ser un nuevo valor de la torería andante.

Cuando aún permanecía en el ambiente el intenso perfume del toreo hondo del joven Téllez, y momentos después de que Fernando Sánchez clavara uno de los pares de banderillas de la feria, el mexicano Adame, derecho como una vela, esperó al toro junto a las tablas con la intención de iniciar la faena por estatuarios. El animal se acercó con un galope furioso y en el último instante decidió hacer caso omiso a la muleta y atropellar al torero con su fuerza descomunal. Adame, que además es corto de envergadura, saltó por los aires, dio una vuelta de campana y cayó de cabeza, de forma parecida a como lo hizo Emilio de Justo la tarde del Domingo de Ramos en esta misma plaza.

Hizo el hombre de tripas corazón, pero al poco rato logró sobreponerse hasta el punto de plantarle cara, con enorme gallardía, a su fiero oponente, aguantar la mirada desafiante del animal y trazar muletazos desbordantes de decisión y firmeza. Así surgieron un par de tandas emocionantísimas, el toro galopando y con irregular embestida, y el torero asentado en la arena, al tiempo que los pitones rozaban la taleguilla del mexicano y a los tendidos les atenazaba un nudo en la garganta. Más bronco fue el toro por el lado izquierdo, pero no se dio por vencido el torero, que aún tuvo fuerzas para trazar dos nuevas tandas con la mano derecha, exponentes de una entrega ilimitada. Adame dio la vuelta al ruedo maltrecho, con la cara demudada y el dolor en el semblante; así entró en el callejón, y por su propio pie acudió a la enfermería, desde lo enviaron a un hospital para ser sometido a pruebas radiológicas.

Minutos antes, había toreado muy bien el joven Ángel Téllez, que ha lidiado muy poco desde que tomó la alternativa en 2019, pero que se ha descubierto como un torero con un hondo sentimiento artístico.

Ocurrió en el tercero de la tarde, un toro que no ofreció esperanza alguna en el inicio del último tercio, muy desigual cuando embistió por el lado derecho, pero que se transfiguró cuando su lidiador lo citó, bien colocado, con la muleta en la zurda. Entonces, apagado y noble, humilló, la mirada fija y el paso quedo, y permitió que Téllez dibujara dos sobrenaturales que hicieron crujir la plaza, y dos más, espectaculares, en la tanda siguiente, abrochados con un largo pase de pecho. Y Las Ventas quedó iluminada por el resplandor del arte. Lo intentó el torero, valiente y decidido, ante el sexto, que acudía al cite con la cara alta, y con el que no pudo más que justificar su inclusión en la feria y merecer nuevas oportunidades.

No estuvo bien Joselito Adame ante el sobrero de Chamaco, corrido en el primer lugar. Fue un manso con movilidad que le permitió una labor tan larga como insulsa, en la que hubo muchos pases, pero poco toreo de peso. Entonado y afanoso estuvo el mexicano, pero muy por debajo de las condiciones de su oponente.

Pepe Moral no tuvo suerte con su muy rajado y dificultoso primero, y no encontró el camino adecuado ante el quinto; abundaron los enganchones y la sensación de que el torero no tiene las ideas claras. Mató bien, pero no se lo tuvieron en cuenta.

Araúz de Robles / Adame, Moral, Téllez

Toros de Araúz de Robles -el primero, devuelto al partirse una pezuña-, bien presentados, mansurrones en los caballos; rajado el segundo; noble y apagado el tercero; fiero y violento el cuarto, y sin entrega y deslucidos los dos últimos. Primer sobrero, de Chamaco, devuelto; segundo, del mismo hierro, manso y con movilidad. 

Joselito Adame: pinchazo y estocada (ovación); pinchazo -aviso- y estocada trasera (vuelta al ruedo). Parte médico: contusión cérvico-dorsal con erosiones múltiples en el cuero cabelludo. Pendiente de estudio radiológico. Pronóstico reservado.

Pepe Moral: dos pinchazos -aviso-, seis descabellos -2º aviso-, un descabello y el toro se echa (silencio); estocada fulminante (silencio).

Ángel Téllez: pinchazo y estocada (petición y vuelta al ruedo); estocada -aviso- (ovación).

Plaza de Las Ventas. 17 de mayo. Décima corrida de la Feria de San Isidro. Más de media entrada (13.602 espectadores, según la empresa). Se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Javier Araúz de Robles, fallecido el pasado enero.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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