‘Being The Ricardos’: Lucille Ball, la novia de América, ¿infeliz o comunista?
Nicole Kidman y Javier Bardem encarnan este ‘biopic’ de Aaron Sorkin sobre la legendaria cómica televisiva y su marido, el cubano Desi Arnaz
Being The Ricardos, la nueva película de Aaron Sorkin, pone el foco en la tormentosa relación entre la famosa cómica estadounidense Lucille Ball y su marido, el cubano Desi Arnaz, y en el acoso que la actriz sufrió por parte del senador McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas. Entre 1951 y 1956 el sitcom de Ball, I Love Lucy, se convirtió en el programa más famoso de la televisión de Estados Unidos, todo un icono de la posguerra que también fue acechado por el paranoico anticomunismo de la caza de brujas macartista. Por si la sombra de esta filiación política fuera poco, la sonrisa de Ball estaba congelada por la carga de un marido juerguista y mujeriego. En televisión, Ball y Arnaz interpretaban a Lucy y Ricky Ricardo, un dúo cómico en el que ella era la absoluta estrella. Fuera del plató, la lucha de egos se tradujo en un matrimonio en permanente crisis.
Escrita y dirigida por Aaron Sorkin, Being The Ricardos entrelaza la vida familiar, laboral y creativa de sus dos personajes principales a través del tira y afloja de la grabación de un episodio del programa. La cronología, estructurada a través de las voces de tres viejos colaboradores de la pareja, le permite a Sorkin tomar una distancia que acaba afectando al propio espectador. A Being The Ricardos le vuelve a pasar algo parecido que a su anterior película, El juicio de los 7 de Chicago: promete más de lo que finalmente ofrece por culpa de unos personajes demasiado escorados a la caricatura.
Sorkin configura su biopic a partir de un triple conflicto: el político, el creativo y el amoroso, un caudal argumental que fluye de forma desigual. La parte que sale peor parada es la política, porque no logra ir más allá de la anécdota sobre uno de los episodios más atroces de la historia de Hollywood. La parte más lograda es la que tiene que ver con el propio programa y el trabajo creativo de Ball y Arnaz. Y la amorosa discurre entre una y otra de forma desigual. La fama de mujeriego de él —un cubano que había huido con su familia de la isla para despuntar en el mundo del espectáculo gracias a orquestas como la de Xavier Cugat— sobrevuela por un filme en el que las noticias (ser comunista o infiel) solo parecen importantes cuando las publican los periódicos.
En el centro de todo, y pese a todo, Nicole Kidman y Javier Bardem logran dar cuerpo a dos personajes muy conocidos en Estados Unidos. Aunque cuesta un poco acostumbrarse a los efectos digitales que les rejuvenecen, sobre todo a ella, el compromiso de ambos prevalece. Kidman lleva a un terreno de áspera contención una crisis doméstica en la que parece haber un único culpable, un marido de otra época que Bardem humaniza con los gestos de un galán histrión, un fiestero de mambo y playa trasnochado que necesita alimentar su vanidad. Aunque Arnaz solía bromear con la “apertura” de su vida en pareja, la película solo muestra una cara de la moneda. “El matrimonio está bien, pero está mucho mejor el adulterio. O que le pregunten a Lucy”, decía Arnaz señalando la nada desdeñable lista de “amigos” de ella: George Raft, William Holden, George Sanders, Peter Lawford, Robert Mitchum y, el que más trascendió, Henry Fonda.
En definitiva, Being the Ricardos es la historia de una semana crucial en la vida de la que fue novia de América, una cómica atrapada en las miserias del matrimonio que parece mucho más preocupada por dónde ha pasado la noche su marido que por ser objetivo de una aterradora caza de brujas.
BEING THE RICARDOS
Dirección: Aaron Sorkin.
Intérpretes: Nicole Kidman, Javier Bardem, Nina Arianda, J. K. Simmons, Alia Shawkat.
Género: drama. Estados Unidos, 2021.
Plataforma: Amazon.
Duración: 131 minutos.
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