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Todos los hijos de Stephen King

Con ‘Billy Summers’, su segunda novela en un año, el rey del terror vuelve a su mejor nivel. Sus herederos literarios glosan la figura del hombre que cambió el género para siempre

Stephen King Billy Summers
Stephen King, en París en noviembre de 2013.Ulf Andersen (Getty Images)
Laura Fernández

Stephen King, el rey del terror, el genio de Maine, el escritor que ha vendido más de 350 millones de ejemplares en todo el mundo y publicado más de 60 libros, el fabricante de escritores —desde Bret Easton Ellis hasta Kelly Link, pasando por Mariana Enriquez y los hermanos Duffer lo consideran su big bang—, el lúcido tuitero —lo mismo apunta y dispara contra todo lo que no le gusta de la política estadounidense que felicita a Mary Karr por sus años sobria, barre a J. K. Rowling por terf (acrónimo en español de feminista radical trans excluyente) o encumbra a desconocidos escritores de género—, acaba de cumplir 75 años. Pero sobre todo acaba de publicar nueva novela, un Billy Summers (Plaza & Janés) con aspecto y calado de obra mayor. Y es la segunda en un año en el que también ha firmado el guion de la compleja y personalísima Historia de Lisey (Apple TV). ¿Ha vuelto el viejo Stephen King? ¿O en realidad nunca se fue?

Mariana Enriquez, tras recibir el Premio Herralde en 2019 por 'Nuestra parte de la noche'.
Mariana Enriquez, tras recibir el Premio Herralde en 2019 por 'Nuestra parte de la noche'.

“No sé si es un regreso, pero sí que es un buen momento en un escritor maduro, hiperprolífico y que casi exploró todo lo que podía explorarse”, contesta Mariana Enriquez (Buenos Aires, 48 años), la artífice de la monumental Nuestra parte de noche (Anagrama), que, dice, le debe “mucho” a Ojos de fuego, de King. “Recuperar el punch del principio es complicado porque hablamos de un autor que empezó su carrera con Misery, Cementerio de animales, Carrie, El resplandor, La zona muerta... No sé si eso puede ser superado, siquiera igualado, siendo como es uno de los comienzos de carrera más desconcertantes que he visto porque empieza genial y se mantiene genial durante muchísimo tiempo”, añade. Ahí ve Enriquez la comparación que hace Rodrigo Fresán, otro ilustre fan del de Maine, cuando asegura que King es el Charles Dickens de nuestro tiempo.

Para el autor de La parte inventada, el escritor “tiene la misma adoración por parte de sus seguidores, el mismo éxito comercial y la misma intriga que tuvo Dickens, que es la que produce todo aquello que comienza entendiéndose como cultura popular para, poco a poco, ir alcanzando la categoría de clásico”. Fresán (Buenos Aires, 58 años) incide además en su condición de escritor que, aparte del terror, ha explorado a fondo en qué consiste escribir y cuánto de sobrenatural tiene. “King probablemente sea el escritor norteamericano que, luego de Henry James, más y mejor narró acerca del oficio ligándolo a lo fantástico y a lo extraño. Eso de ‘trabajar en las sombras’ y aquello de ‘la locura del arte’. Y en Billy Summers —como ya lo hizo en Misery— King insiste en la idea de que escribir es sobrevivir y que no hay nada más importante que el vivir para contarlo”.

Stephen King, durante la presentación en Hamburgo de una de sus obras, en 2013.
Stephen King, durante la presentación en Hamburgo de una de sus obras, en 2013.MAJA HITIJ (picture alliance via Getty Image)

Que Bret Easton Ellis considere It “el Ulises del terror” y que tratara de imitar a King en su obra más frondosamente imaginativa, Lunar Park, apunta en la misma dirección en la que lo hacen los hermanos Duffer, Matt y Ross, cuando confiesan que, al construir la serie Stranger Things, estaban construyendo un universo King a su manera. “El propio logo de la serie imita las ediciones que leíamos de niños de sus libros”, dijeron en su momento, y hay escenas que prácticamente calcan la serie, basada precisamente en It, que se filmó en los noventa, y se llega a decir que “esto”, el mundo en Hawkins, lo que les pasa, “parece sacado de una novela de Stephen King”.

Un tuit que cambia una vida

“El miedo puede considerarse infantil, y la literatura que lo trata, ridícula. Pero nada más lejos de lo real. El miedo siempre estará ahí y que existamos hace sentir al lector menos solo”. La que habla es Catriona Ward (Washington), autora de la aterradora y perfecta La última casa en Needless Street (Runas). Premio Shirley Jackson, galardón que reconoce las mejores obras de suspense, horror y fantasía, a Ward le cambió la vida un tuit de Stephen King. “Estaba en un pub con mi novio y vi que Stephen King me había mencionado en un tuit. No me atreví a leerlo. Se lo pasé a mi chico y le dije: ‘Si es algo malo, no me lo digas’. Y él me dijo: ‘Creo que te va a encantar’. Aún lo estoy procesando”, cuenta. Lo que decía King era que la novela de Ward era de una genialidad aplastante. Que no había leído nada mejor desde Perdida. Después de aquello, le llovieron las ofertas. Ya se prepara, de hecho, la película. “Crecí mudándome sin descanso. He vivido en Kenia, en Madagascar, en Estados Unidos, en Yemen y en Marruecos. Tuve una infancia increíble pero solitaria. Mis únicos amigos eran los libros de Stephen King”.

Por eso aún no puede creerse que “el escritor que me formó como escritora” sepa siquiera que existe. ¿Cómo ha cambiado lo que nos da miedo desde que King reina en la narrativa de terror? “Creo que el terror primigenio, esa mano que se abre camino hasta ti en la oscuridad, no ha cambiado en absoluto. El temor es siempre temor a lo desconocido. Lo que King entiende como nadie es que la esperanza es tan importante como el miedo en la narrativa de género”, responde Ward. Enriquez, sin embargo, cree que King lleva medio siglo tomando el pulso de lo social y adelantándose a miedos muy concretos. “En muchos sentidos considero Mr. Mercedes una novela pre-Trump y sin duda El visitante se adelanta al temor a que los datos mientan, al fake data, a que lo real deje de tener valor”, explica. Y también que “nunca fue un escritor limitado por los tropos del terror”.

Creo que el terror primigenio, esa mano que se abre camino hasta ti en la oscuridad, no ha cambiado en absoluto. Lo que King entiende como nadie es que la esperanza es tan importante como el miedo en la narrativa de género
Catriona Ward

En su última película, Mona Lisa and the Blood Moon, la primera de una cineasta en inaugurar el Festival de Sitges, este año, Ana Lily Amirpour (Kent, Inglaterra, 45 años) actualiza la premisa de la novela que sacó a King del parque de caravanas, Carrie, esto es, adolescente con poderes telequinéticos, capaz, en su caso, de controlarlos. ¿Y habla eso de cómo ha cambiado también el papel femenino en el género? “Creo que Carrie está consumida por el miedo y la inseguridad, y Mona Lisa no sufre por nada. Solo siente curiosidad por el mundo. Y no busca que la valide nadie. Se muere por comerse el mundo, literal y metafóricamente”, contesta la directora desde Londres. “El terror ha cambiado radicalmente desde el #MeToo”, opina Jesús Cañadas (Cádiz, 41 años), uno de los nombres más destacados del género en España. “El terror cambia porque el mundo cambia, o dicho de otra manera, el mundo cambia y el terror lo atestigua”, añade.

Sissy Spacek en la escena más conocida de la película 'Carrie' (1976).
Sissy Spacek en la escena más conocida de la película 'Carrie' (1976).

El regreso

¿Y qué ha pasado con King en los últimos cinco años? Llegó a decir que, cuando culminase La Torre Oscura, tal vez no volvería a escribir y pasó un tiempo en el que cada nueva entrega se espaciaba un poco más, hasta que encontró una forma de volver a entrar a través de, como apunta Enriquez, “el noir sobrenatural”. Pero eso desembocó en 2018, gracias a El visitante, en un horror que traía de vuelta a un King que casi se autodisecciona. Desde la cuenta de YouTube de Simon & Schuster, Jonathan Carp apunta la posibilidad de que Billy Summers esté siguiendo los consejos que King dio en su famoso manual de escritura, Mientras escribo. King no tardó en retuitearlo y decir que le encantaba.

“En los dos últimos títulos ha vuelto a la figura del escritor, pero sigue tomando el pulso de la época”, opina su editora en España, Alix Leveugle. “Dos cosas han cambiado en la última década. La primera es que se ha quitado por fin el estigma. Que ha habido un cambio de percepción, gracias a que grandes escritores lo reivindican. Pero él sigue siendo el King de siempre. Otra cosa que ha cambiado es que, en el plano editorial, se han acelerado los procesos de traducción, porque el lector puede hoy leer la edición en inglés, y la española debe salir casi a la vez para no perder al fan”, explica. ¿Se ha dejado de vender en algún momento? “No, las ventas han permanecido estables y, de hecho, en los últimos años se ha producido un crecimiento por la incorporación de los jóvenes, gracias a Stranger Things”. Leveugle, que también creció leyendo a King, se emociona cada vez que recibe un nuevo manuscrito. “Sabes que detrás hay alguien que controla su oficio como nadie, y que es a la vez como de la familia”.

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Sobre la firma

Laura Fernández
Laura Fernández es escritora. Su última novela, 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' (Random House), mereció, entre otros, el Ojo Crítico de Narrativa y el Premio Finestres 2021. Es también periodista y crítica literaria y musical, y una apasionada entrevistadora de escritores y analista de series de televisión.

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