El gran relato fotográfico de la pandemia en España
La iniciativa Archivo Covid, impulsada por la Universidad de Alcalá de Henares, será una web con imágenes tomadas por cerca de 400 profesionales en 2020
La frustración por no poder fotografiar la pandemia en España como se quería, debido a las prohibiciones para documentar el drama, y la constatación de que no había mercado para dar salida a los trabajos que se estaban haciendo durante el estado de alarma llevaron al reportero gráfico Santi Palacios a agitar a su colectivo, “que iba esas semanas como almas en pena”, afirma. Palacios, acostumbrado a retratar crisis humanas para los principales diarios del mundo, escribía a hospitales para poder acceder, “y la respuesta era: por vuestra seguridad no se permite”. “Es cierto que esto nos pilló de nuevas a todos y puedo entender los límites, pero creo que tendría que servir para que se regule desde ahora”, explica.
GALERÍA | El gran archivo fotográfico de la pandemia
Junto a Palacios formaron el núcleo de esa idea otros como Silvia Omedes, Esteban Martinena, Ana Palacios, Anna Aguiló y Clara Soto. Después, se crearon varios grupos de trabajo, uno de estos contactó “con unos 800 profesionales” de todo el país para invitarles a participar en un trabajo que sirviera “de memoria colectiva” de una tragedia que ha matado en España a más de 92.000 personas, según el exceso de mortalidad con respecto a años anteriores calculado por EL PAÍS.
Esa iniciativa se llama Archivo Covid, una web que, con el respaldo de la Universidad de Alcalá de Henares, albergará a partir de junio buena parte de las casi 9.000 fotografías recibidas sobre todo lo relacionado con el coronavirus en 2020. Hasta que llegue el lanzamiento, Archivo Covid publica una foto al día en redes sociales, ya son más de 100, como la de la trabajadora de una residencia en Celanova (Ourense) que da el desayuno a Marina, de 93 años y en la cama, tomada por Brais Lorenzo; la de Marc Sanye de un enfermo de covid boca abajo en el hospital Universitario de Vic (Barcelona) para mejorar su oxigenación; los estantes vacíos de un hipermercado en Madrid que fotografió Guillermo Navarro; la Plaza Mayor de Madrid, en blanco y negro y con solo una persona caminando, por Carmenchu Alemán, o una de las últimas, esperanzadora, la de la enfermera que muestra una dosis de la vacuna de Pfizer, en una residencia de ancianos de Asturias, de Vanessa Casteleiro.
Sin embargo, el proyecto necesitaba “incorporar una institución”, subraya Palacios. La Universidad de Alcalá de Henares ha puesto el soporte técnico y archivístico que permita gestionar y conservar las imágenes. “Habrá un repositorio con las fotografías y nos comprometemos a que durante 10 años los servidores estén funcionando. Además, el fotógrafo no pierde la propiedad de sus imágenes, solo las cede”, explica el responsable del Archivo Covid en la universidad alcalaína, José Raúl Fernández del Castillo.
¿Por qué esta institución dio ese paso al frente? “Una universidad pública debe estar cuando la sociedad lo necesita. Tenemos un perfil archivero y el Aula de fotografía, muy viva, que organiza charlas, exposiciones…”, añade Fernández, delegado del rector para la Cultura, la Ciencia y la Cooperación. No obstante, se están buscando mecenas, micromecenazgo, espónsores… “Con el objetivo de construir una web útil tanto para el ciudadano como para el investigador. La idea es que se puedan buscar las imágenes por referencias geográficas, fechas, por elementos de la imagen, autores…”. Todas las fotos tendrán pies y se pondrán enlaces a las webs de los fotógrafos.
La convocatoria para aceptar trabajos, en fotografía y vídeo, se abrió a primeros de diciembre y finalizó el 24 de enero de este año. Llegaron propuestas de 388 autores. En total, se recogieron 9.363 imágenes —en dos categorías, individuales y reportajes—, de las que más de la cuarta parte, 2.538, procedieron de Cataluña. Le siguió Madrid, con 2.085, y ya más lejos Andalucía (601). Por meses, de abril (el primero completo en estado de alarma) llegaron 3.161 imágenes, seguido de mayo, 1.961, y marzo, con 1.353. Los promotores de Archivo Covid subrayan que “jamás una iniciativa había unido en España a tantos fotógrafos, que han desarrollado una labor solidaria”.
Dos mesas de editores, siete para fotografía y cinco para vídeo, se han encargado de seleccionar el material definitivo —sus integrantes no podían presentar trabajos—. Entre estos editores están Silvia Omedes, gestora cultural y comisaria de exposiciones, y el fotógrafo Chema Conesa. Sobre las dificultades que han tenido los profesionales en lugares como residencias, morgues… Omedes señala, vía Zoom: “Deberíamos haber podido abrir esas puertas, pero hay que ser respetuosos. Una familia que tiene a alguien en la UCI debe poder decir si deja que lo fotografíen”. De las propuestas enviadas, Omedes subraya que el 23% sean de mujeres: “Es una maravilla porque a nivel internacional el porcentaje de fotorreporteras está en el 15%. Además es un archivo cuyos componentes tienen un perfil marcadamente freelance, así que va a ser también un catálogo nacional de fotorreporteros”.
La Universidad de Alcalá de Henares ha puesto el soporte técnico y archivístico para gestionar y conservar las imágenes
Esta frágil situación laboral de los que se dedican a la cámara de fotos sirve a Conesa para apuntar otra cuestión: lo que se ha querido ver y lo que no. “Las empresas periodísticas necesitan salir adelante por la publicidad y a los anunciantes ese tipo de imágenes les molesta. Estamos en una sociedad biempensante que solo quiere mostrar de sí la mejor imagen”. Ambos coinciden con Santi Palacios en que se debía haber confiado en los profesionales, que saben cuáles son los límites y qué imágenes podían ser innecesarias por su crudeza.
Por último, los tres hacen memoria de qué asuntos han abordado las fotografías escogidas: las UCI y residencias, morgues, funerales, fotos de la vida familiar confinada, calles vacías, cómo se desarrolló la naturaleza por la ausencia humana, los homenajes a los sanitarios, con los aplausos desde los balcones; las colas del hambre y los que se han prestado voluntarios para ayudar. También, las cuestiones y polémicas políticas, las manifestaciones y los negacionistas… Todas las piezas del puzle, de la gran cápsula del tiempo que en el futuro podrá ser contemplada para hacerse una idea del horror que fue realmente el año de la pandemia.
Babelia
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