Las secuelas del ‘caso Weinstein’ en la ficción
Cuatro años después de que se destaparan los abusos del productor de cine, su historia inspira obras como la novela ‘Harvey’, el documental ‘Intocable’ o la película ‘The Assistant’
Los rumores sobre el acoso sexual al que sometía a las mujeres llevaban años circulando, pero eso no había mermado su poder ni su influencia. Su estilo agresivo y sus tejemanejes para alzar o hundir filmes, directores y actores en la industria cinematográfica estadounidense eran parte indisoluble de la leyenda de Harvey Weinstein (Nueva York, 68 años), un hombre hecho a sí mismo que, primero desde su distribuidora Miramax y más adelante desde The Weinstein Company, había logrado convertirse en uno de los productores más potentes de Hollywood.
Todo en Harvey Weinstein tenía un punto excesivo, y su caída, que comenzó hace más de tres años, también estuvo a la altura. En los primeros días de octubre de 2017, arrancó el aluvión de artículos que en dos de los medios más respetados de la prensa de EE UU le señalaban como un depredador sexual, un abusón sistemático que llevaba años montando encerronas a actrices en habitaciones de hoteles por medio mundo. Detalles escabrosos sobre inyecciones para facilitar erecciones y millonarios acuerdos con las víctimas para frenar juicios fueron llenando titulares. Los rumores que rodeaban sus abusos dejaron entonces de ser susurros y se convirtieron en un furioso grito que levantó el huracán del movimiento Me Too.
Ahora, esta aparatosa y estruendosa caída de Weinstein, cuyo juicio terminó en febrero de 2020 con una condena de 23 años que está cumpliendo en el penal de Wende del Estado de Nueva York, ha dejado los titulares de prensa y se ha adentrado en el plano de la ficción, como si el productor fuera una especie de Barba Azul contemporáneo. Porque a los libros de no ficción que narraban las investigaciones periodísticas de Ronan Farrow (Depredadores, Roca) y de las periodistas de The New York Times Jodi Kantor y Megan Twohey (She Said, Libros del KO) se suman ahora novelas y películas.
Harvey (Anagrama), de Emma Cline, se adentra en la mente del productor el día antes de que se hiciera pública la sentencia del juicio. “Weinstein ocupó el centro blanco e incandescente de un mundo que era muy relevante culturalmente durante mucho tiempo. Él era epítome del poder en la parte más alta y poderosa de los medios”, apunta por correo electrónico el escritor y agente literario de Cline, Bill Clegg, para explicar el tirón de Weinstein como personaje de ficción. “Que abusara de su poder durante tanto tiempo y de forma tan violenta no es una historia muy original, pero al tratarse de alguien cuyo trabajo tenía un impacto en las vidas de escritores, directores y artistas no me sorprende que lo usen como emblema de un sistema que ha protegido y todavía protege a poderosos depredadores (aunque esperemos que con menos éxito)”. Así se demostraba en el documental Intocable, de la veterana cineasta británica Ursula Macfarlane.
La película The Assistant escrita, dirigida y montada por la australiana Kitty Green también tiene la alargada sombra de Weinstein de fondo. El filme narra una jornada de trabajo de una joven en la oficina de un gran productor. Hay mucha tensión y poco glamur en esta cruda y gris historia filmada con un tono más europeo que estadounidense, en la que la directora trataba de hurgar en “las estructuras de poder y el tema del consentimiento”, como explicó en una charla organizada por los premios BAFTA.
Green se entrevistó con cerca de 100 mujeres en Londres, Melbourne y Los Ángeles. Empezó con empleadas de Weinstein y luego fue ampliando el círculo. “El tema tenía un volumen tan alto, resultaba tan chillón, que quise hacer una película silenciosa”, ha aclarado la directora, que logra así plasmar la siniestra omertá que durante tanto tiempo ha rodeado los abusos. “A los hombres les gusta decir que esto era un problema hace cinco años y que ya no lo es, por eso no me gusta que digan que esta película es sobre Weinstein. El acoso no ha desaparecido porque él esté en la cárcel. No se trataba de una manzana podrida, sino de un problema sistémico”.
No deja de resultar irónico que el hombre que alcanzó el éxito y el poder lanzando y produciendo películas haya acabado reducido a la ficción. Quizá puede que en ello influyan los muchos interrogantes que hay en su historia a pesar de lo mucho que se ha escrito sobre el caso. Weinstein vivió rodeado de mujeres, tuvo varias esposas, amigas, secretarias, colaboradoras, hijos, y ahí puede haber margen para novelas y más historias. Además, hay muchos detalles del caso que parecen sacados de una película, como que el productor recurriese a una agencia de detectives israelíes para tratar de intimidar y controlar a los periodistas que investigaban.
Pero, ¿qué fue de aquella vieja regla que sostenía que deben pasar 60 años antes de que un hecho real pueda ser tratado como ficción? “Puede que ese sea el lapso necesario para que algo sea totalmente entendido”, responde Clegg, “pero la ficción puede empezar a sacar un significado de los hechos tan pronto como ocurren. Especialmente en clave de sátira. Desde un sketch de comedia en el programa Saturday Night Life al libro de Joseph Heller Trampa 22 o Ciudadano Kane de Herman Mankeiwitz, fijarse en las figuras y los hechos del momento es una de las maneras en que los creadores han respondido al tiempo en el que les ha tocado vivir. Algunas de esas obras resisten el paso del tiempo y otras no”.
El huracán editorial del Me Too
Más allá del caso Weinstein hubo muchas otras denuncias que arrancaron con el Me Too y muchos otros libros que tratan desde distintas perspectivas este asunto. Desde ensayos como el de Rebeca Traister sobre la ira de las mujeres Buenas y enfadadas, (Capitán Swing) hasta novelas como la de Mary Gaitskill Esto es placer (Literatura Random House) pasando por la más reciente En tierra de hombres (Península) de Adrienne Miller.
La violencia sexual contra las mujeres está en le centro de libros como La ternera (Anagrama) de Aurora Freijo; La memoria del aire (Tránsito) de Caroline Lamarche; La niña de la banquisa (Anagrama) de Adélaïde Bon; Grita (Flash) de Maria Fernanda Ampuero; o ¿Cerró usted las piernas? (Ediciones B) de Marta Jaenes y Rosa Márquez.Babelia
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