Cuarentena con Alain Souchon, por Fernando Trueba
Para el director de cine y productor musical, Alain Souchon demuestra que la ‘chanson’ no desapareció con Brassens, Ferré o Brel
En el verano de 1998 estábamos en Praga rodando La niña de tus ojos. Mi libro de cabecera era Easy Riders, Raging Bulls, de Peter Biskind, lo más parecido a “la gran novela americana”, y mi disco Beyond Missouri Skies de Pat Metheny y Charlie Haden, que regalé a medio equipo. Mi amigo Pierre, ingeniero de sonido, me descubrió a Alain Souchon.
Lo conocía apenas de la canción para L’amour en fuite, la película de Truffaut, pero reconozco que no me había llamado la atención. Gracias a Pierre descubrí esa joya mágica que es La vie ne vaut rien y después otras que me cautivaron como Foule sentimentale, o una canción llena de una nostalgia que hace que se me salten las lágrimas: Rive gauche...
Souchon es la prueba de que la chanson francesa no desapareció con sus clásicos (Brassens, Trenet, Ferré, Brel, etc...). Como todos los grandes tiene un estilo y un sonido propios, pero, aún más importante, posee una mirada, una formar de mirar y contar la vida, llena de poesía irónica y a la vez romántica.
Sus discos de estudio son estupendos, sus discos en vivo también, pero tengo un favorito que escucho todo el tiempo y del cual la lista de hoy es una selección casi completa.
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