El Mad Cool pone la semana próxima como fecha límite para llegar a un acuerdo con Madrid
Valladolid se muestra dispuesto a negociar con el macrofestival, que sigue sin hallar estabilidad ni compromiso por parte del Ayuntamiento de la capital
La continuidad del Mad Cool en Madrid se juega ya a una última carta. Mientras el tiempo corre en contra de todos para encontrar una ubicación para la celebración del macrofestival en 2021, las posturas entre Mad Cool y el Ayuntamiento de la capital siguen igual de distanciadas. La próxima semana hay convocada una reunión clave, pero el certamen musical más importante de Madrid por volumen de negocio y público mantiene su negativa a aceptar las propuestas de terreno presentadas por la ciudad, que no tiene previsto dar más opciones, según fuentes municipales, y a la que le ha surgido en Valladolid un rival en firme para ser “la alternativa”, en palabras de su alcalde Óscar Puente.
“Nosotros nos marcamos en fecha límite para principios de febrero y se lo transmitimos al Ayuntamiento de Madrid. Si para esta próxima semana no hemos tenido algún planteamiento en firme, muy a nuestro pesar, entenderemos que tenemos libertad para poder comenzar a negociar con otras ciudades”, comentan fuentes de Mad Cool, después de que el festival se vea obligado a trasladarse de su actual recinto en Valdebebas por las obras de ampliación del Ifema.
Fuentes de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid consultadas por EL PAÍS explican que el área que dirige el concejal Mariano Fuentes (Cs) lleva trabajando “tres meses” en la búsqueda de alternativas dentro del municipio. “Por eso mismo, se ha hecho un trabajo de estudio profundo de posibilidades y se han ofrecido tres parcelas del inventario municipal, dos en el sur y una en el norte, que oscilan entre los 100.000 y 150.000 metros cuadrados y que cumplen las necesidades técnicas, urbanísticas y de orografía”, explican las fuentes.
La parcela del norte se sitúa en el distrito de Fuencarral-El Pardo, pero carece de transporte público cerca. Lo mismo le sucede al terreno ofrecido en San Blas, en el área del Wanda Metropolitano. La mejor comunicada sería la de Villa de Vallecas, pero sus dimensiones obligarían al Mad Cool a reducir mucho su tamaño, una opción que sus responsables no contemplan.
Las tensiones entre el festival y el Ayuntamiento también proceden por asumir los costes de las inversiones en materia de instalaciones para el nuevo emplazamiento. El consistorio no está dispuesto a poner más dinero y Mad Cool, que ya hizo una inversión “muy importante” para el recinto de Valdebebas, observa que con este movimiento tiene “falta de una estabilidad y un compromiso por parte de las instituciones”.
Desde el Ayuntamiento se reitera que el macrofestival cuenta con la mayor partida pública destinada a un promotor cultural privado, que asciende a un millón de euros, y, desde el área de Cultura, dirigida por la concejala Andrea Levy (PP), hay compromiso porque el Mad Cool se quede en Madrid, pero “no a costa del contribuyente ni alterando la filosofía programática cultural municipal”, que busca reforzar las salas de música en vivo y recuperar centros para los directos como el Conde Duque y el pabellón del Parque Juan Carlos I –con capacidad para 9.000 plazas-.
A día de hoy, el acuerdo se antoja igual de lejano que días atrás. Mad Cool dice estar “fuera de plazo” para poder garantizar un cartel competitivo para 2021. El retraso en la confirmación de un recinto apropiado afecta a las contrataciones de los grandes cabezas de cartel.
En esta carrera contrarreloj, Valladolid ha contactado con Mad Cool, un evento con un presupuesto anual de 20 millones euros, para “estar en primera línea de salida” si no hay acuerdo con Madrid. En conversación con EL PAÍS, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, asegura que el festival vendría con “llave en mano” a la ciudad porque no nace de cero y tiene experiencia para organizarse. “En Madrid están muy nerviosos porque les asusta perder Mad Cool. Nosotros podemos con el festival. Probablemente no podamos darle la misma dimensión, pero no tenemos ningún problema con el suelo ni las instalaciones. Tenemos capacidad”, afirma Puente, quien recuerda que Valladolid “está cerca de Madrid, tiene tren de alta velocidad, 21 trenes al día a Chamartín y autovía”. Además, la ciudad entra en la ruta de los artistas de camino a Lisboa, donde se celebra el NOS Alive, un festival que comparte muchos músicos con Mad Cool.
Valladolid tiene cerca de 6.000 habitaciones hoteleras, insuficientes para los 50.000 asistentes que registró Mad Cool por día el año pasado, aunque su alcalde dice que podría adaptarse también “a un formato de camping como otros festivales” mientras recuerda que la ciudad acoge otros eventos destacados como la Seminci, el festival de cine de Valladolid, y Pingüinos, una concentración motera que reúne a más de 20.000 personas. “Haríamos Mad Cool con más mimo que Madrid”, concluye. El alcalde del municipio madrileño de Arganda del Rey, Guillermo Hita, también movió ficha para seducir al Mad Cool con las instalaciones de la Ciudad del Rock, localizada a 35 kilómetros de la capital.
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