El Mad Cool de 2021 peligra en Madrid por el desacuerdo con el Ayuntamiento
El macrofestival, el más importante de la ciudad por volumen de negocio y público, estudia trasladarse a otra comunidad por la falta de “un recinto en condiciones”
El futuro del Mad Cool, el festival musical más importante de Madrid, se tambalea. La falta de acuerdo entre el macrofestival y el Ayuntamiento de la ciudad sobre el recinto que alojará la edición de 2021 ha llevado a los organizadores a explorar alternativas fuera de la Comunidad de Madrid, un hecho que supondría la pérdida de un valioso activo cultural y económico para la capital.
Mad Cool ya ha tenido contactos con otras ciudades de Castilla y León y Andalucía, que han mostrado su interés en acoger un festival que nació en la capital en 2016 con el objetivo de “crear una marca en Madrid”, según anunciaron sus organizadores y las autoridades aquel año, y “consolidar un gran evento que sirviese de eje transversal entre el turismo, la cultura y la economía”.
Sin embargo, ahora Mad Cool (que debe su nombre a la conjunción de las palabras Madrid y cool, que en inglés significa guay) estudia saltar a otra ciudad española ante “la falta de estabilidad en el recinto”. “La ampliación de Ifema nos obliga a salir de allí después de la edición 2020 y necesitamos un acuerdo global, con estabilidad en el tiempo, para trabajar con plenas garantías y conseguir que Mad Cool sea el gran festival de referencia que Madrid siempre había ansiado”, afirman fuentes de la organización. Las alternativas ofrecidas por el Ayuntamiento de Madrid, según las mismas fuentes, son espacios “inviables” al ser “más pequeños, peor comunicados y sin buenos servicios”.
Desde el Consistorio madrileño, principal organismo público del que depende el festival y la elección del recinto, se recalca que existe “un compromiso con Mad Cool”, que recibe una subvención pública de un millón de euros —“la más alta destinada a un promotor cultural privado”, subrayan—, pero que las opciones son las que hay. “La voluntad del Ayuntamiento es que Mad Cool no se marche de Madrid, pero nuestra política cultural pública no solo se centra en los grandes festivales”, asegura Andrea Levy, delegada de Cultura, Turismo y Deporte.
Desde hace dos años el macrofestival se celebra en el recinto de Valdebebas-Ifema, con una capacidad para 80.000 personas, aunque en la edición del año pasado se limitó a 50.000 asistentes por día después de los problemas de aforo de 2018. La ampliación de Ifema, que comenzará en octubre y sumará 50.000 metros cuadrados de superficie para exposiciones y reuniones, contempla la construcción de dos nuevos pabellones, un edificio de servicios, un centro de convenciones y tres áreas de aparcamiento, lo que obligará a trasladar el recinto del festival a otro lugar.
Este sería el tercer cambio de ubicación de Mad Cool desde su nacimiento. Las dos primeras ediciones se celebraron en la Caja Mágica, en el estadio multiusos del barrio de San Fermín. En 2018 se trasladó al recinto de Valdebebas, un espacio de 196.000 metros cuadrados que a partir de la edición de este año se dejará de usar. Las opciones que se barajan para 2021 supondrían, según fuentes del Mad Cool, convertir el certamen en “otra cosa que nada tiene que ver con el actual festival”.
Las mismas fuentes aseguran que están “fuera de plazo” para garantizar un cartel competitivo para 2021. El retraso en la confirmación de un recinto apropiado para alojar el Mad Cool afecta a las contrataciones de los grandes cabezas de cartel, que se cierran con más de un año de antelación y están supeditadas a todo tipo de cláusulas y garantías. La información sobre el recinto y las infraestructuras es una de las más básicas. “Lo que estamos solicitando es un apoyo de continuidad para el festival. A día de hoy no nos lo aseguran y no podemos seguir con el proyecto, invirtiendo y arriesgando, si no vemos un respaldo por parte de los organismos públicos”, dicen las fuentes.
Tras muchos proyectos fracasados, Madrid consiguió situarse en el mapa de los grandes festivales de Europa con el Mad Cool. Gracias a la iniciativa privada y el apoyo de la promotora Live Nation, el gigante mundial en el sector de los conciertos, el macrofestival se convirtió en una alternativa a los certámenes más importantes de España como el Primavera Sound, Sónar, el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) y el Bilbao BBK Live. Este año tiene algunos de los cabezas de cartel más destacados del panorama internacional como Taylor Swift, Billie Eilish y Kings of Leon. En ediciones anteriores pasaron Neil Young, Pearl Jam, Dua Lipa, Foo Fighters, Depeche Mode, The Cure o Arctic Monkeys. La revista británica New Musical Express lo considera uno de los diez mejores certámenes del mundo.
Un gigante económico
Además de ser el festival más grande de Madrid, Mad Cool es una referencia internacional con más de 663.000 asistentes en cuatro años, de los cuales 200.000 proceden de 100 países diferentes, y con 1.200 medios de comunicación acreditados. Más allá de la celebración de conciertos de grandes artistas extranjeros y nacionales, Mad Cool es un gigante económico, el mayor en cuanto a volumen de negocio en la música en directo en Madrid. Con un presupuesto anual de 20 millones de euros, las cifras oficiales, elaboradas por la consultoría Price Waterhouse Cooper, recogen que el certamen ha generado un impacto económico en la ciudad de más de 174 millones de euros y ha creado 14.200 empleos en sus cuatro ediciones celebradas hasta ahora. Según el festival, por cada euro que recibe de las administraciones públicas genera 50 en Madrid. Además, en sus cuatro ediciones ha causado una recaudación fiscal a las instituciones de más de 34 millones de euros.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.