Con ustedes, Washington Poe, el nuevo ‘enfant terrible’ de la novela negra
M. W. Craven, ganador de la Gold Dagger en 2019 con 'El show de las marionetas', desgrana en esta entrevista las claves de su detective
Washington Poe es un policía caído en desgracia, cínico, con problemas serios con la autoridad, que busca su camino al precio que sea, con un pasado turbulento… ¿Les suena? Pues así es el protagonista de El show de las marionetas, una novela de M. W. Craven que ganó el Gold Dagger en 2019 y que ahora publica Roca en España. Y, sin embargo, Poe engancha desde el primer momento sin caer en el tópico o regodeándose en él. Craven, que se alistó a los 16 años en el ejército británico y estuvo una década dando vueltas por el mundo para terminar como oficial de libertad condicional, vuelca su experiencia vital en una trama bien construida, que se apoya en la figura de un psicópata y en un contrapunto al protagonista, Tilly Bradshaw, una superdotada con pocas habilidades sociales.
Un libro con ingredientes conocidos y que, nos confiesa Craven a su paso por Madrid, es solo el inicio de una larga saga. En Reino Unido sale la tercera en junio, pero él ya está pensando en el argumento de la séptima. “Estamos hablando de 2024”, comenta divertido. “Poe me cae bien. Si nos encontráramos en el pub me gustaría hablar con él y posiblemente me mandaría a hacer puñetas. Me vería como un tipo demasiado liberal para su gusto”, asegura sobre su criatura.
PREGUNTA: Frente al protagonista tenemos a un psicópata que está quemando gente en círculos de piedra prehistóricos. Un asesino listo que no deja huella y que se permite, invocando a Poe, jugar con la policía. Las historias con psicópatas bien resueltas, con personajes que, bien hechos, resultan inmensos (Hannibal Lecter, el Snowman de Nesbo, el Mr Pudd de Connolly…) funcionan muy bien, pero, si están exagerados o fallan en algo hacen que todo se caiga. ¿Por qué arriesgarse en una primera novela?
RESPUESTA: Es verdad que si no está bien escrito es casi un personaje de tebeo. Para mí, aunque este psicópata esté haciendo cosas terribles, la motivación y lo que pasa al final está basado en la realidad, en lo que conocí desde mi experiencia directa como oficial de la condicional. Mi trabajo en la comisaría consistía en descubrir por qué la gente había hecho lo que había hecho. Todos los asesinos de mis libros van a tener una motivación legítima a su modo de ver, que explique por qué están haciendo lo que están haciendo.
P: Tilly Bradshaw es el contrapunto a Poe, un personaje que recuerda mucho a la Holly que acompaña a Bill Hodges en Mr Mercedes, de Stephen King. Aprovecho para preguntarle ¿Cuáles han sido sus influencias dentro del género?
R: Tilly recibe influencias de la trilogía de King, Mr Mercedes, que he leído y me encanta. También hay algo de The Big Band Theory. Es una combinación de gente que he conocido en mi vida. Me va a matar si lo digo, pero mi mujer tiene mucho que ver en ese personaje. En un sentido más amplio mis grandes influencias en este género son los peces gordos (Michael Connelly, Dennis Lehane, Don Winslow...) o un autor fantástico que no es tan conocido como debería en España, Chris Withaker, que ganó el Dagger con su primer libro. También trato de leer libros de autores que no han publicado nada, porque es interesante leer ideas frescas de autores que llegan.
P: Su biografía es muy distinta a la de la mayoría de los escritores pero ¿qué le aporta toda esa vida anterior a la hora de escribir?
Poe ignora algo malo porque cree que, de alguna manera, la justicia ha sido honrada. ¿Creo que está bien? No sé si es la pregunta correcta. ¿Empatizo con algo así? Sí
R: Soy como una esponja. Recuerdo conversaciones que he tenido hace 30 años, aunque luego olvide el nombre de la mejor amiga de mi mujer. Soy capaz de recordar un insulto divertido que alguien dijo en el Ejército en el 85 y utilizarlo en el momento preciso. Obviamente lo que escribo es una mezcla de todo esas experiencias que he vivido, que también han zarandeado mis valores y que supongo que también afloran en Poe.
P: La relación de los personajes con el mal es compleja. Hay un momento en el que uno ellos dice: “No se trataba de hacer justicia. Era venganza”. El propio Poe transgrede las normas para salvar vidas si lo cree necesario o para castigar a los malvados. ¿Es legítimo hacer el mal para luchar contra un mal mayor?
R: Poe ha hecho cosas que sin duda habrían acabado con él en la cárcel si hubiera sido llevado ante un juez. Y hay partes en las que ignora algo malo porque cree que, de alguna manera, la justicia ha sido honrada. ¿Creo que está bien? No sé si es la pregunta correcta. ¿Empatizo con algo así? Sí. ¿Haría lo mismo? No creo que sea tan fácil responder a no ser que estés en esas circunstancias.
P: En este procedimental la investigación avanza con tensión, sin necesidad de manipulaciones excesivas, todas las piezas encajan. ¿Tenía pensada la estructura del relato desde el principio?
R: No. Siempre empiezo con el crimen porque por mi trabajo anterior siempre me pregunto por la motivación. Una vez que tengo claro el crimen pongo a Poe y a Tilly a resolverlo. La investigación tiene que dar impresión de que es muy real y esto significa que no haya mucho que quede a merced de la deducción, que no haya demasiados saltos, ni grandes sorpresas al final. Si algo va a ser importante tiene que estar muy claro antes.
P: En la novela se apunta directamente al poder (al económico, al policial que oculta la verdad, al eclesiástico). ¿Cree que la denuncia social es un elemento esencial en el género policiaco?
R: En mi etapa en la comisaría trabajaba sobre todo con personas que no tenían voz en la sociedad, que habían crecido sin que les dieran la oportunidad de expresarse. La gente que está en el cargo, en situaciones de poder, suelen ser idiotas, tienen intereses velados y los defienden manteniendo a personas que los han llevado allí y mintiendo y Poe vive esta realidad
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