Teatro documental para tiempos revueltos
Nuevas obras de Andrés Lima, Àlex Rigola y Jordi Casanovas se estrenarán en 2020
El primer acontecimiento teatral de 2020 ya ha ocurrido: el 1 de enero Alfredo Sanzol asumió su cargo como nuevo director del Centro Dramático Nacional (CDN). Comenzó así un año que llega marcado por el terremoto que sufrieron las artes escénicas en 2019, durante el cual cambiaron los responsables de buena parte de los grandes centros de producción públicos del país: algunos de manera ordenada, como los dependientes del Ministerio de Cultura (CDN, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Compañía Nacional de Danza y Ballet Nacional de España), la Abadía de Madrid o el Lliure de Barcelona (después de la dimisión tormentosa de Lluís Pasqual); otros de forma abrupta por decisiones políticas, como los Teatros del Canal, el Centro Internacional de Artes Vivas de Matadero (que ha desaparecido) o el Conde Duque de Madrid.
El baile de cargos no se refleja todavía demasiado en las programaciones, pero para otoño se espera un cambio de rumbo en estos espacios. Las únicas certezas, de momento, son los espectáculos que van a estrenarse hasta el verano.
Hambre de realidad. Si algo caracteriza el teatro de los últimos años es su exploración de la realidad inmediata. El género documental se ha desarrollado como nunca en España y ha brindado éxitos como la aclamada Jauría, obra de Jordi Casanovas que reconstruye el juicio a La Manada, que justo ahora se repone en el Pavón Kamikaze de Madrid y luego retomará su larga gira por España. Para finales de 2020 se espera otra bomba del mismo autor: una pieza sobre el procés.
El último ganador del Premio Nacional de Teatro, Andrés Lima, también apuesta por el género documental. Si el año pasado dirigió Shock (El Cóndor y el Puma), que reconstruye el golpe de Estado de Pinochet, su nuevo proyecto no es menos ambicioso: Prostitución, que se estrena la próxima semana en el Teatro Español de Madrid, condensa decenas de entrevistas realizadas a prostitutas reales que serán encarnadas en el escenario por Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste.
Sin ser estrictamente documental pero inspirada claramente en el contexto actual, a mediados de febrero el Teatro Nacional de Cataluña estrenará Justicia, una obra de Guillem Clua que recorre las transformaciones de la sociedad catalana en las últimas décadas a través del personaje de un juez que ha estado en el centro de la vida pública, protagonizada por José María Pou y Vicky Peña.
Otros títulos en esta misma línea que hay que tener en cuenta: Atentado, de Félix Estaire, que se desarrolla en los minutos posteriores a un ataque terrorista perpetrado en un importante museo europeo; Españolas, Franco ha muerto, reconstrucción de la Transición desde el punto de vista de las mujeres, dirigida por Verónica Forqué; Curva España, de la compañía Chévere, que indaga en el extraño accidente de un ingeniero que hace un siglo marcó la llegada del tren a Galicia.
Hijos de Beckett. La conmemoración el mes pasado del 30 aniversario de la muerte de Samuel Beckett, padre de la dramaturgia contemporánea, ha impulsado unos cuantos montajes. Aparte de dos Esperando a Godot presentados en noviembre en Madrid y Barcelona, el CDN ha programado para febrero una versión de Pablo Messiez de Los días felices. Hijo directo de Beckett es José Sanchis Sinisterra, que estrenará una nueva obra en el CDN, Naufragios de Alvar Núñez. Y a su vez, hijos de Sanchis Sinisterra son muchos de los dramaturgos españoles de última generación que estrenarán en los próximos meses: Pablo Remón, Claudia Cedó, María Velasco, Lola Blasco, Carolina África o Antonio Rojano.
Imprescindibles. Àlex Rigola hace doblete: en febrero se verá en la sala Beckett de Barcelona su última obra, Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap dels seus viatgers, y en marzo estrenará en La Villarroel su particular versión de La gaviota de Chéjov.
El Teatro de la Abadía celebrará su 25 aniversario del 30 de enero al 23 de febrero con una programación especial en la que participarán artistas vinculados a la sala, además de un homenaje a su fundador, José Luis Gómez, y el estreno de la obra Antropoceno, de Thaddeus Phillips. El Lliure inaugura el año homenajeando al grupo La Calòrica con la reposición de su primer espectáculo, Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I, diez años después de su fundación. Otras compañías imprescindibles que estarán muy activas son La Tristura, Baró d'Evel, Matarile, La Joven o El Pont Flotant.
El CDN ha programado en Madrid dos espectáculos que han triunfado en Barcelona: Jerusalem y Como una perra en un descampado. El Pavón Kamikaze estrenará la nueva obra de Pascal Rambert, José, además de una de Harold Pinter y otra de Sarah Kane dirigidas por Israel Elejalde y la adaptación de Una novelita lumpen de Bolaño. No es la única novela que llevará al teatro: en el Español se verán Mujercitas y La casa de los espíritus.
Internacionales. Terminados ya los grandes festivales internacionales de otoño y a falta de saber lo que traerá en verano el Grec, quedan aún algunas visitas interesantes: Milo Rau, Frank Castorf, Katie Mitchell y Angélica Liddell, entre otros.
Danza. El jueves empieza en la Cuarta Pared el ciclo Mover Madrid, un empeño de esta veterana sala alternativa madrileña de ofrecer a la danza el refugio estable que no suele encontrar en los grandes teatros. Lo dirigen los coreógrafos Poliana Lima y Lucas Condró y lo inaugura la pujante compañía La Phármaco, dirigida por Luz Arcas. Son agrupaciones como esta las que están tirando de la danza contemporánea en España. En los próximos meses estarán de gira por España agrupaciones consolidadas como Kukai, La Veronal, Daniel Abreu, Manuel Liñán o Animal Religion. Entre los grandes teatros, destacan las programaciones de los Teatros del Canal de Madrid, el Mercat de les Flors de Barcelona, el Central de Sevilla y el Arriaga de Bilbao.
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