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OBITUARIOS

Fallece a los 75 años Barry Lopez, el escritor y viajero que iluminó de belleza el Lejano Norte

Autor del seminal ‘Sueños árticos’, contribuyó a despertar la conciencia ecológica y prefiguró la ‘Nature writing’

Jacinto Antón
El escritor estadounidense Barry Lopez.
El escritor estadounidense Barry Lopez.

En emotiva coincidencia con la llegada del frío y las borrascas se ha marchado Barry Lopez, el autor del maravilloso Sueños árticos. En ese libro señero e inolvidable (Planeta, 1987, reeditado por Capitán Swing), que contribuyó a despertar la conciencia ecológica del mundo y prefiguró el género del Nature Writing —la no ficción de hálito literario sobre la naturaleza—, Lopez, fallecido el viernes en Eugene, Oregón (EE UU), a los 75 años a causa de un cáncer de próstata, nos llevó como nadie desde Jack London al Lejano Norte para iluminar aquellas devastadas y gélidas regiones de una belleza inesperada. Allí, donde se escuchan “los gemidos y lamentos del mar helado en invierno cuando la cubierta del océano se retuerce y se astilla bajo el cielo cristalino”, la naturaleza, descubrió, destella con reverberaciones metafísicas.

Sueños árticos, que ganó el American Book Award de 1986 a la mejor obra non-fiction y a muchos nos descubrió términos como “permafrost” y “banquisa”, el sonido del remo de un kayak en el mar de Beaufort, y cosas como que los osos polares son zurdos, fue el resultado de cinco años de viajes de Lopez por los más agrestes parajes hiperbóreos solo o en las más variadas compañías: inuit cazadores de narvales (que saben a avellana), ecólogos marinos, artistas, arqueólogos estudiosos de las culturas de Dorset y Thule, trabajadores del petróleo, tripulantes de un carguero en el Paso del Noroeste. Y siempre con la historia de los primeros aventureros y exploradores (Barents, Parry, M’Clintock, Hudson, Baffin, Peary) bajo el brazo.

El autor, natural de Port Chester, Nueva York, escribió su libro en estado de gracia, demostrando una sensibilidad casi sobrenatural hacia el paisaje y la vida salvaje, que observó en condiciones durísimas en la tundra y los hielos del país de la Osa Mayor (Arktikós). “Vimos cazar a los búhos nivales y a los ratoneros calzados, y observamos el avance de los caribúes, como una espiral de humo sobre el valle”. Es releer pasajes de Sueños árticos y regresar a aquel mundo prístino, austero y peligroso, pero tan conmovedor, de lobos, bueyes almizcleros, págalos y zarapitos desplegando sus misteriosas vidas en la remota región, ante “la serena luz ártica que se proyectaba sobre la tierra como un suspiro, como un aliento”. Pocas veces la naturaleza y la poesía han ido tanto de la mano. Alguien ha dicho que Sueños árticos es un libro sobre el Ártico de la manera en que Moby Dick es un libro sobre las ballenas.

Barry Lopez añadía a la canción del Lejano Norte un tono nuevo: la alarma ante un mundo en cambio y en riesgo de desaparición. En la intersección de la fría belleza vibrante de centelleantes estrellas en la bóveda negroazulada del cielo invernal y la perspectiva del cataclismo que muestra ya sus huellas en el paisaje se mueven los sueños árticos de Barry Lopez, las esperanzas, no solo de que la preservación sea posible sino otras más individuales: “La esperanza de no haber vivido en balde la propia vida”. Un arrebatado existencialismo de la tundra. Y en el centro de la vivencia, “una simple y permanente convicción: es posible vivir sabiamente sobre la tierra, y vivir bien. Y si mantenemos una actitud respetuosa hacia todo cuanto contiene la tierra, es posible imaginar un momento en que nos desprenderemos del velo de una ignorancia paralizante”.

Autor de una veintena de libros de naturaleza, entre ellos Of Wolves and Men (1978), ensayos y algunos relatos, Barry Lopez, un Thoreau en movimiento, trazó en Horizon (2019) su autobiografía y plasmó sus viajes por más de 70 países. Gran fotógrafo de paisajes, colaborador de Harper’s Magazine y National Geographic, desde joven sintió un vehemente deseo de viajar y se le ha considerado el escritor de la naturaleza contemporáneo más importante de EE UU. Desde hace tiempo luchaba contra el cáncer y pasó sus últimos años (hasta los incendios de este septiembre en Oregón) en una cabaña de madera junto al río McKenzie, un buen lugar para recordar, como él mismo contaba, la respuesta que le dio un cazador inuit a Rasmussen cuando le preguntó por la felicidad: “Encontrar la huella fresca de un oso y llevarles la delantera a todos los demás trineos”.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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