Paralizada la tala de árboles en el monasterio rupestre de la Ribeira Sacra
El propietario del terreno ha interpuesto un contencioso que frena, de momento, la deforestación del entorno
El proyecto de la Diputación de Ourense, avalado por la Xunta de Galicia, para ampliar la carretera de acceso al monasterio rupestre de San Pedro de Rocas mediante la tala de árboles con el objetivo de que puedan acceder grandes autocares ha sido paralizado. El propietario del terreno sobre el que la Diputación decretó la expropiación forzosa ha interpuesto un contencioso administrativo que frena por el momento la eliminación de parte de la masa arbórea del bosque por el que se accede al cenobio.
El afectado hace constar además en su recurso judicial el “engaño” del organismo provincial, ya que sostiene que no son 83, como consta en el proyecto, sino 114 los árboles que la Diputación tiene previsto talar.
El valor prehistórico del monasterio ha sido determinante para que la Unesco eligiese a la comarca gallega de la Ribeira Sacra candidata a Patrimonio de la Humanidad. Con ese objetivo, la Xunta, que ahora autoriza la tala, declaró Bien de Interés Cultural (BIC) su paisaje cultural. La deforestación de ese entorno, incluido en el área de protección del monasterio -está en suelo rústico de Protección de Patrimonio Arqueológico-, tiene como único objetivo ensanchar la carretera.
En ese mismo entorno, aunque fuera ya del ámbito de protección patrimonial, la Diputación de Ourense quiere además construir una glorieta que facilite “el cambio de sentido de los vehículos de grandes dimensiones”, que ahora no pueden circular, en su ruta hacia el monasterio, enclavado en el municipio ourensano de Esgos.
Con el mismo objetivo de frenar esta actuación, que podría echar por tierra la elección de la Ribeira Sacra como Patrimonio Mundial, la asociación Umia Vivo, junto con los colectivos Irmandade Illa de Campo, A Forneiriña y Anovaterra, ha denunciado el proyecto ante el representante permanente de España en la Unesco, Juan Andrés Perelló. Según consta en la respuesta que han difundo estas asociaciones, el embajador español reconoce que carece de competencias para paralizar el proyecto y conmina a los denunciantes a que se dirijan a las autoridades autonómicas. No obstante, Perelló deja claro que la Ribeira Sacra “no ha sido todavía inscrita en la lista del Patrimonio Mundial”.
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