Menos árboles y más cemento para el monasterio rupestre de la Ribeira Sacra
La Diputación de Ourense, con el apoyo de la Xunta, quiere talar 83 árboles y construir una carretera para el tráfico de grandes autocares en el espacio protegido que rodea el templo milenario de San Pedro de Rocas
Las excavadoras de la Diputación de Ourense arrasarán, si nadie lo impide, huellas arqueológicas conservadas durante siglos en el entorno del monasterio de San Pedro de Rocas, en la vertiente ourensana de la Ribeira Sacra. Se trata de uno de los templos más antiguos que se conocen en la península Ibérica: excavado en roca natural, una lápida acredita que hubo moradores desde el año 573, si bien las últimas investigaciones sitúan en el año 10.000 antes de Cristo sus orígenes sacros paganos. Y su valor prehistórico ha sido determinante para que la Unesco eligiese a la Ribeira Sacra candidata a Patrimonio de la Humanidad. Para ello, la Xunta declaró BIC su paisaje cultural. El mismo Gobierno gallego autoriza ahora la tala de 83 árboles para ensanchar la carretera al monasterio y hacer una glorieta. Los especialistas alertan de que ello afecta tanto al paisaje como al yacimiento arqueológico y pone en peligro la candidatura. Piden a la Xunta que rectifique. La Consellería de Cultura ha eludido responder a las cuestiones planteadas por este diario y la Diputación de Ourense resta importancia a las consecuencias de la intervención amparándose en el respaldo de Patrimonio de la Xunta.
“¿Cómo se pretende que la Ribeira Sacra sea Patrimonio Mundial si las administraciones ordenan y autorizan intervenciones que destruyen dicho patrimonio?”. Así se pronuncian, impactados por el proyecto en el entorno del monasterio, los arqueólogos Jorge López Quiroga y Natalia Figueiras Pimentel que en su trabajo de investigación en San Pedro de Rocas han hallado huellas que evidencian que esta arquitectura excavada directamente en la roca está vinculada al movimiento eremítico y anacorético.
López y Figueiras han documentado el valor arqueológico de una de las joyas naturales, medioambientales e históricas del gran complejo rupestre de San Pedro de Rocas que abarca al menos 30 hectáreas. Una significación a la que se añade la de su valor paisajístico; la asombrosa suma vertical de los viñedos de la Ribeira Sacra (la denominada viticultura heroica), “un elemento históricamente posterior en la configuración del paisaje, unido a la expansión del monacato benedictino, sin duda con un enorme valor antropológico y ejemplo de continuidad histórica”, sostienen los investigadores.
Xunta y Diputación permiten ahora el asfaltado del entorno “afectando a bienes patrimoniales arqueológicos, arquitectónicos y paisajísticos” para permitir “que llegue el turismo de masas al pie del monasterio”, denuncian. Y alertan de que la tala de los 83 árboles del bosque de coníferas por el que se accede al monasterio está a un kilómetro de las capillas, dentro del espacio arqueológico.
En la memoria del proyecto, al que ha tenido acceso este diario, la Diputación reconoce que una parte del ámbito de actuación “está dentro del área de protección del monasterio de San Pedro de Rocas, en suelo rústico de Protección de Patrimonio Arqueológico”. No obstante, destaca la institución provincial que se lleva cabo con el objetivo de mejorar la seguridad viaria en la proximidad del monasterio dado que, puntualiza, “presenta todavía un trazado anticuado, se trata de un tramo muy estrecho de vial y con curvas muy cerradas”. Algo que, sumado a la frecuencia de autobuses “complica la circulación del tráfico”, añade.
En el mismo entorno, aunque “fuera del ámbito de protección de patrimonio” la institución ourensana proyecta construir una glorieta para facilitar “el cambio de sentido de los vehículos de grandes dimensiones”. Todo ello, en el término municipal de Esgos (Ourense) en donde es teniente de alcalde el presidente del organismo provincial, José Manuel Baltar.
“En lugar de frenar el acceso masivo a una zona tan sensible quieren fomentarlo en grandes autocares”, claman los historiadores. Y sostienen que es “incomprensible e ilegal que se pretenda atentar contra las leyes de patrimonio natural y cultural, estatales y autonómicas en un espacio protegido, y que sea la misma administración, que debe velar por la ley, la que lo promueve”. Están convencidos de que esto puede malograr la candidatura de la Ribeira Sacra que ha llevado casi un cuarto de siglo conseguir.
La actuación de la Diputación de Ourense se realiza mediante expropiación forzosa “a quienes durante años han protegido y conservado el lugar”, los dueños de la casa de A Coutada, cuyos muros, según figura en el proyecto, se verán también afectados, así como un crucero y gran parte del suelo arqueológico que todavía esta por investigar y descubrir.
“No se puede permitir el acceso masivo de visitantes por la sencilla razón de que las visitas en masa provocan una agresión y un vertiginoso deterioro en el Patrimonio”, denuncian los arqueólogos . Y muestran su perplejidad porque en estos momentos, cuando la decisión de la declaración de Patrimonio Mundial de la Ribeira Sacra se encuentra a un breve paso de lograrlo, Diputación y Xunta, dos administraciones directamente implicadas en su consecución, promueven, financian y autorizan una intervención “que va totalmente en contra de los preceptos de la Unesco, así como de la adecuada conservación de la riqueza natural y cultural del propio BIC y su área protegida por la ley”.
La Asociación para a defensa do patrimonio cultural galego ha puesto el proyecto en conocimiento de ICOMOS (el consejo internacional asociado a la Unesco) así como Hispania Nostra (asociación pa la defensa del patrimonio cultural y natural español) con la confianza de que convenzan a la Xunta de que frene el proyecto.
Babelia
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