Fallece por coronavirus el veterano taurino Pablo Lozano
Conocido como ‘la muleta de Castilla’, fue torero, ganadero, empresario y descubridor de nuevos valores
El que fuera matador de toros y hombre de negocios taurinos -empresario, ganadero y descubridor de nuevos valores- Pablo Lozano, que estuvo al frente de la monumental de Las Ventas durante catorce años, ha fallecido este jueves en Madrid, a los noventa años de edad, a causa del coronavirus.
Nacido en la localidad toledana de Alameda de la Sagra el 29 de agosto de 1930, Pablo Lozano era el segundo de los hermanos que formaron una larga y famosa dinastía de gentes del toro, con presencia tanto en los ruedos como en los despachos y la ganadería.
Después de una larga carrera como novillero, Pablo Lozano tomó la alternativa en Barcelona, de manos de Luis Miguel Dominguín, el 25 de septiembre de 1951, con toros de Samuel Flores. Confirmó en Madrid el 18 de mayo del año siguiente de manos de Antonio Bienvenida y Paco Muñoz, de testigo, ante toros de José Ignacio Vázquez. Uno de sus mayores éxitos tuvo lugar el 14 de julio de 1957 cuando toreó como único espada en la plaza de toros de Madrid en la corrida del Montepío de Toreros. Hasta su muerte ha sido, después de Julio Aparicio y Miguel Báez Litri, uno de los decanos de los matadores de toros de todo el mundo.
Después de varias temporadas discretas, con idas y venidas, ‘la muleta de Castilla’, como se le llamaba en la prensa taurina, se retiró de los ruedos para dedicarse, en asociación con sus hermanos, José Luis y Eduardo, a negocios taurinos, bien como apoderados o bien como empresarios.
Siguiendo la estela de la familia Dominguín, que la ideó, Lozano dio dimensión a la famosa “Oportunidad” de Vista Alegre en 1964, de la que salió lanzado Palomo Linares para ser apoderado por estos tres hermanos hasta convertirlo en primera figura.
Respetado en todo el mundo taurino, Pablo Lozano ha pasado por ser un gran experto en el campo y por su gran conocimiento del toro bravo, tanto como ‘veedor’ para elegir las corridas como ganadero al frente al hierro de Alcurrucén.
Además de esa faceta, también ha sido reconocido como descubridor y maestro de nuevos toreros, a los que ayudó en distintos momentos de su carrera y entre los que destacan el propio Palomo Linares, Espartaco, César Rincón, Manuel Caballero, Vicente Barrera o Eugenio de Mora.
Junto a sus hermanos, Pablo Lozano también fue empresario de varias e importantes plazas de todo el mundo, pero en especial de la monumental de Las Ventas, de Madrid, que dirigió desde 1990 a 2004.
Además, dos de sus hijos, Fernando como matador y Luis Manuel como novillero, siguieron sus pasos en la profesión, mientras que un tercero, Pablo, es un reconocido escultor.
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