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Crítica | The Vigil
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Miedo al remordimiento

Si se indaga en su interior, las particularidades de los personajes añaden perturbadores elementos que convierten el trabajo de su director en algo interesante

Javier Ocaña

Pasar una noche junto a un cadáver y a una anciana con demencia senil no parece el mejor de los trabajos. Por eso el protagonista de The Vigil, curiosa ópera prima del estadounidense Keith Thomas, pide un dinero extra a sus empleadores. El problema es que los que le pagan son los rabinos de una sinagoga y él mismo no tiene un empleo al uso, sino una labor religiosa que, en principio, parece enfrentada con el dinero: es un shomer, el encargado de custodiar el cuerpo. Y, sin embargo, las remuneraciones existen en la práctica, con el acicate de que en la historia de Thomas el vigilante ha perdido la fe y, al tiempo, parece gangrenado por el remordimiento.

Desde fuera, en una mirada superficial, The Vigil surge como una película de terror al uso: minimalista, de ambientación casi única, limitada a un margen de tiempo muy estrecho, con sus sustos, sus presencias fantasmales y sus estallidos de música. Una obra que, en su aspecto formal, recuerda en algún momento a Paranormal Activity y sus secuelas, con su ausencia de luz y la textura de aspecto casi rudimentario del rodaje en digital. Pero, si se indaga dentro, las particularidades de los personajes añaden perturbadores elementos que convierten el trabajo de Thomas, producido por el sello de calidad de Blumhouse, en algo más interesante.

La presentación del vigía, en apenas diez minutos, se configura como un notable ejercicio de definición: su pasado ultraortodoxo apenas le ha dejado margen para la vida personal, y ahora se enfrenta a un complejo devenir contemporáneo con jóvenes como él, que salen a tomar algo, se mandan mensajes y sienten pasiones quizá prohibidas por dentro. Una existencia para la que no está preparado. Es el choque entre la tradición y la modernidad, y esa exposición inicial es la que lleva al relato hasta sus aspectos más sobrecogedores, cuando más tarde los conceptos de descanso y desasosiego batallan entre sí, tanto en el muerto, superviviente del campo de Buchenwald, como en el cuidador, y cuando otro término hebreo, mazzik o el demonio que destruye, hace acto de aparición.

THE VIGIL

Dirección: Keith Thomas.

Intérpretes: Dave Davis, Lynn Cohen, Menashe Lustig, Malky Goldman.

Género: terror. EE UU, 2020.

Duración: 89 minutos.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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