Los Premios Max coronan la obra teatral sobre el juicio a La Manada

No ha habido grandes sorpresas en la entrega de los Premios Max de las Artes Escénicas. La 23ª edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, celebrada este lunes en Málaga, ha coronado a Jauría como mejor espectáculo teatral del año 2019, coincidiendo así con el dictamen de la crítica y su éxito de público. Se trata de una obra basada en el juicio por violación a La Manada, escrita por Jordi Casanovas y dirigida por Miguel del Arco, que también ha recibido el premio a la mejor adaptación para Casanovas. Otra protagonista de la noche ha sido Shock (El Cóndor y El Puma), producción del Centro Dramático Nacional dirigida por Andrés Lima, basada en la dictadura de Pinochet, que ha recibido el galardón a la mejor dirección y al mejor diseño de espacio escénico. Se constata así el auge y el dominio del teatro documental.

Play, pieza dirigida al público familiar y producida por Aracaladanza, ha obtenido tres galardones: mejor diseño de iluminación, mejor composición musical para espectáculo escénico y mejor diseño de vestuario. Mientras, otra de las grandes favoritas de la noche, Come els Grecs (Como los griegos), producción del Teatre Lluire catalán, se ha ido de vacío.

Nacho Duato ha recogido el Premio de Honor por su carrera y Antonio Banderas la Medalla de Honor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), responsable de los Max. En cuanto a los principales premios individuales, Olga Pericet (Un cuerpo infinito) ha sido galardonada como la mejor intérprete femenina de danza, mientras que el masculino se lo ha llevado Marco Flores por Origen. El Max como mejor actriz ha sido para Verónica Forqué, por Las cosas que sé que son verdad, y el de mejor actor para Lluís Homar, por La nieta del Señor Linh. Por su parte, Gran Bolero, de Jesús Rubio Gamo, fue premiado como mejor espectáculo de danza.

El teatro Cervantes de Málaga se vistió de largo dos meses más tarde de lo previsto y apenas unos días después de la clausura del Festival de Cine de Málaga para celebrar las artes escénicas en una gala reivindicativa que contó con la presencia de José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte. Las restricciones de aforo (que dejaron al teatro malagueño con la mitad de público posible) fueron criticadas desde el inicio del evento. “Esta es, sin duda, la más excepcional gala de los Max de las que hemos vivido”, explicaba Juan José Solana, máximo responsable de la Fundación SGAE. “Se nos está desintegrando el tejido cultural”, añadía Antonio Onetti, presidente de la SGAE.

Ambos han comparado la reducción de aforo en los teatros frente a los aviones, trenes o autobuses repletos, con espacios más pequeños donde, además, se permite comer y quitarse la mascarilla. “Que nos dejen llenar los teatros como venía el avión esta mañana: completo”, resumía el autor y director Tian Gombau. “La cultura está demostrando que es segura”, decía la directora del Inaem, Amaya de Miguel ante la atenta mirada de Rodríguez Uribes, quien había querido subrayar, horas antes y en Twitter, su compromiso “con todos los sectores” de la cultura.

El coreógrafo Nacho Duato ha recogido el premio Max de Honor 2020. A sus 63 años, el valenciano, que dirigió la Compañía Nacional de Danza durante dos décadas y que tiene a su cargo ahora el ballet del teatro Mijáilovski, en San Petersburgo, recibió una larga ovación. “Mi carrera no ha acabado y no va a acabar nunca, tengo al menos que hacer otra vez todo lo que he hecho”, dijo durante un emotivo discurso. Como el de Duato, los otros galardones que ya se conocían antes de la gala han sido los otorgados al espectáculo flamenco ¡Viva! de la compañía Manuel Liñán, que ha recogido el Premio Max del Público, y la Escuela Pública Municipal de Teatro Ricardo Iniesta de Úbeda, que ha hecho lo propio con el de carácter social por sus dos décadas de trabajo utilizando “la escena como fuerza y motor de transformación y ayudando a personas que necesitan modificar sus realidades sociales y particulares”.

El que no pudo acudir a la gala fue Antonio Banderas, ganador de la Medalla de Honor de la SGAE. El actor había partido horas antes hacia Alemania para un rodaje, así que Antonio Onetti le entregó el galardón el domingo en el teatro del Soho y en un acto privado. El actor malagueño reivindicó el papel de la entidad y solicitó su ayuda. “Estamos viviendo en un mundo muy confuso donde todas las cosas están cambiando”, afirmó Banderas, que destacó la importancia de buscar “grietas” por donde colarse para seguir trabajando en un mundo envuelto en una pandemia. “Yo soy actor por el teatro y no por el cine”, subrayó en un vídeo emitido durante la gala.

La mejor autoría revelación fue para Marta Arán, por Els diez mentis (Todos los días que mentí), y el Max a la mejor coreografía lo ha recibido Sara Cano (Vengo!). Además, El viento es Salvaje, de Las Niñas de Cádiz S. L., consiguió el premio a mejor espectáculo revelación; Al otro lado, de Zanguango, el de mejor espectáculo de calle; Zapatos Nuevos, de Tian Gombau–L’home dibuixat, consiguió el de mejor espectáculo para público infantil, juvenil o familiar, y como mejor espectáculo musical o lírico fue designado Doña Francisquita, dirigido por Lluís Pasqual en el Teatro de la Zarzuela.

Elisa Sanz (Play) consiguió el galardón al mejor diseño de vestuario, mientras que el de Mejor diseño de espacio escénico fue para Beatriz San Juan por Shock (El Cóndor y el Puma). Pedro Yagüe (Play) obtuvo el Max al mejor diseño de iluminación y Luis Miguel Cobo (Play) recibió el de mejor composición musical para espectáculo escénico. En esta edición han concurrido un total de 386 espectáculos, de los que 35 resultaron finalistas.