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LA VUELTA DE LA CULTURA | 1. EL NEGOCIO DEL LIBRO

Sed de lectura tras el confinamiento

La solidaridad con el pequeño comercio y el lento regreso a los cines y teatros explican, para libreros y editores, la notable recuperación del sector en mayo y junio

Carles Geli
Aspecto de la librería Calders, en Barcelona.
Aspecto de la librería Calders, en Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

El trazo es aún incierto, pero la recuperación del sector del libro parece tener forma de uve. Las cifras de mayo y, sobre todo, de junio, pueden leerse como brotes verdes. La pandemia del coronavirus dejó un erial: la caída de la facturación en librerías en marzo fue del 45%; en abril, del 90%; y en mayo, del 45%. “La segunda quincena de ese mes, en realidad, fue del 29%. Y junio ha cerrado con una caída del 7% con respecto al mismo mes de 2019. Las previsiones eran mucho peores”, explica un portavoz de LibriRed, el área de análisis de mercado de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) a partir de datos de ventas de 770 librerías independientes de España.

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“En el confinamiento, el mercado del libro ha caído un 43%, pero desde la segunda semana de junio el crecimiento es del 11%”, expone Núria Cabutí, consejera delegada de Penguin Random House Grupo Editorial, y añade que mayo y junio “han sido positivos” en su empresa.

No es sencillo explicarse las causas de esta recuperación en un país donde el 38% de la población no lee nunca. Teniendo en cuenta además que los centros comerciales y grandes superficies tardaron más en abrir. “Que desde marzo no se haya podido acceder a otro tipo de ocio, como el cine o los teatros, ha ayudado”, sostiene Joan Tarrida, director general de Galaxia Gutenberg, que cerró mayo perdiendo un 20% de la facturación, pero con unas ventas reales en junio un 12% por encima del mismo mes de 2019. Tarrida también considera clave “el componente solidario” que hubo con las librerías durante el confinamiento, con encargos online para recoger presencialmente tras la reapertura.

”Lo ocurrido con las librerías no está alejado de la voluntad de la gente de salvaguardar el tejido comercial de los barrios”, sostiene Silvia Sesé, directora editorial de Anagrama, sello que, tras un marzo y abril “catastróficos”, parece haber retomado la estela de “un enero y febrero muy buenos”. En mayo, asegura Sesé, ha habido unas ventas “por encima del año pasado” y en junio se han colocado “por encima de lo presupuestado, aunque inferiores a las del mismo mes de 2019, año de nuestro cincuentenario”. Sesé habla de la solidaridad también dentro del sector: “Los distribuidores han ayudado a frenar la devolución, posponiendo pagos”, recuerda.

Lluís Morral, responsable literario de la librería Laie, constata que “hay mucho movimiento; la gente ha venido con ganas a buscar lo que había encargado y llevarse alguna cosa más”. También existe una mayor oferta de novedades que en otros años por estas fechas, en buena parte surgidas de lo que quedó atrapado en almacenes e imprentas y de cierta descongestión de las programaciones editoriales, unos títulos que debían haber aparecido entre marzo y principios de mayo.

La ficción despega

”Es un hecho que se están vendiendo más libros de lo normal para esta época, y en muchos casos en librerías que lo necesitan”, confirma Diego Moreno, de Nórdica, que apunta que “mucha gente que no ha estado en ERTE ha podido ahorrar en los meses de confinamiento, de manera que han tenido más dinero para comprar libros”. En junio, las ventas de Nórdica, dice, han subido un 3% respecto al año pasado, aunque eso no compense el parón de marzo, abril y mayo. El director general de Edhasa, Daniel Fernández, apunta: “En junio hemos estado un 5% por encima; hay cierta recuperación, está claro. Veremos si la recuperación es cierta”, bromea con las palabras.

“Más de la mitad de los diez títulos que conforman la lista de los más vendidos estos días de julio no tiene nada que ver con los que aparecían cuando el confinamiento, y lo que salía entonces no se parecía en nada a lo vendido hasta marzo. Ahora dominan los títulos publicados tras el final del confinamiento”, señala Sesé. La novedad ha vuelto a imponerse frente a los títulos de fondo que reinaron en el pico del encierro. Quizá un espejismo.”Durante tres meses los editores no pudimos sacar novedades; y cuando han vuelto, las ratios se han normalizado”, ratifica Cabutí, que destaca que en los últimos años el fondo goza de mejor salud “porque la tecnología permite reimpresiones más cortas”. Para Sesé, “el comercio, en general, vive de la novedad y, no nos engañemos, nuestro gremio no es ajeno a eso”. La literatura infantil y la ficción están tirando de las ventas, según los consultados.

“Es muy pronto para hacer valoraciones; julio será capital para comprobar si se mantiene esta dinámica de recuperación o si ha sido algo puntual. La solidaridad va bajando y el teatro y el cine ya van arrancando; veremos también cómo va el Sant Jordi de verano del 23 de julio y si hay Feria del Libro en Madrid”, repasa el representante de LibriRed. “La colocación de libros está siendo buena ahora, pero veremos la devolución de otoño”, alerta Sesé. Y redoblan desde el área técnica de los libreros: “No olvidemos que el sector lleva hasta hoy una pérdida acumulada en lo que va de año del 35%; si en diciembre lo dejamos en un 20% será un éxito”.

Cautos ante la celebración de Sant Jordi y la Feria del Retiro

La euforia por las ventas en la segunda parte de mayo y en junio, sin embargo, es contenida en un sector como el del libro que vio como la última gran crisis de 2008 le golpeó con crudeza, pero en diferido. El gran batacazo de aquella crisis llegó casi un par de años después. “Mientras se mantengan los ERTE, el paro y la pérdida de poder adquisitivo estarán mitigados, y eso nos da un respiro”, argumenta Joan Tarrida, de Galaxia Gutenberg. Este editor es consciente de que cuando la crisis económica arrecia los españoles suelen soltar, raudos, lastre de gastos en el sector cultural.

Una reciente encuesta de la consultoría Open Evidence, vinculada a la Universitat Oberta de Catalunya, constataba que el 41% de españoles admite que ya ha disminuido su consumo de productos culturales desde que arrancó la crisis de la covid-19. Por el momento, y sin que hayan trascendido las ventas electrónicas de los gigantes del sector, parece que el libro se ha salvado en esta nueva fase de desconfinamiento. Así, los editores, distribuidores y libreros, que arrastran las pérdidas de marzo y abril y que no han podido celebrar dos de las citas fundamentales del año para las ventas como son Sant Jordi y la Feria del Libro (retrasadas a julio y octubre), se muestran cautos.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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