_
_
_
_

Ocho mujeres señalan al director de cine Ciro Guerra por acoso y abuso sexual

El cineasta colombiano niega las acusaciones y anuncia que acudirá a los tribunales para defenderse

Sally Palomino
Ciro Guerra, en el Festival de cine de Venecia de 2019.
Ciro Guerra, en el Festival de cine de Venecia de 2019.Matteo Chinellato (GETTY)

A veces solo falta que alguien escuche y le crea a una víctima de violencia sexual para que otras se atrevan a denunciar. A principios de este año la periodista y escritora colombiana Matilde de los Milagros Londoño fue contactada a través de un amigo por una mujer que había sido acosada por el director de cine Ciro Guerra y quería contarlo. Después de ella aparecieron otras voces que decían haber pasado por lo mismo. En total, ocho mujeres que no se conocían se encontraron en un mismo chat narrando lo que habían sufrido por haber estado cerca del director colombiano. Este miércoles, la revista digital Volcánicas reveló sus testimonios y apenas unas horas después han ido emergiendo más historias que tienen en común el acoso por parte de Guerra, cuenta Matilde, quien junto a la escritora Catalina Ruiz-Navarro se dedicó durante varios meses a seguir los relatos de las víctimas, revisar mensajes de texto y contrastar algunos hechos con personas que podían soportar las denuncias: son siete por acoso y una por abuso sexual en hechos ocurridos entre 2013 y 2019, en el marco de eventos como el Festival de Cine de Cannes, el Colombian Film Festival y el Festival Internacional de Cine de Cartagena. El cineasta ha negado las acusaciones y ha anunciado que acudirá a los tribunales para defenderse.

“Los casos demuestran que hay un patrón, un comportamiento que se ha repetido por muchos años”, dice Matilde. Los testimonios revelados están llenos de detalles y se sitúan en ciudades específicas: Bogotá, Medellín, Cartagena, Ciudad de México, Nueva York y Berlín. Todos los relatos coinciden en que el director, cuya película El abrazo de la serpiente fue nominada a un Oscar en 2016, usa su prestigio para intimidar a las agredidas. “¿Tú sabes que voy a ser uno de los jurados en Cannes, de la Semana de la Crítica?”, le preguntaba a una de ellas después de haber intentado besarla a la fuerza y antes de volverlo a hacer con más agresividad, según uno de los testimonios.

En la investigación no aparecen los nombres reales de las víctimas y ninguna denuncia fue llevada a la justicia penal. “Hay un camino [al denunciar] de revictimización con un costo en sus carreras profesionales que no están dispuestas a pagar”, explica Matilde. La abogada y especialista en género, Viviana Bohórquez, agrega que el temor de hacer una denuncia es extendido en Colombia y una de las razones para que así sea es la misma ley: “El delito de acoso en Colombia es muy general y hay pocas sentencias”. Este año, Bohórquez y su equipo han llevado seis denuncias por este delito ante la Fiscalía y ninguna ha prosperado. “Al menos el 70% de los jueces son hombres, que todavía creen que es exagerado hablar de abuso cuando se toca una pierna o se besa a alguien a la fuerza”, señala la abogada, que, sin embargo, cree que escuchar las denuncias de las mujeres, como las que señalan a Ciro Guerra, está abriendo una conversación que podría llevar a Colombia a ver su propio Me Too.

“Recuerdo estar en la cama aprisionada por el man [Ciro Guerra] y sintiendo el peso de su cuerpo; en un momento intenté resistirme, y él me cogió la cabeza con violencia. Todo sigue siendo muy reciente y muy vivo, y no soy capaz de contar más. Por eso he dudado tanto en compartir este testimonio, no quiero revivirlo en la cabeza, ni encontrarme con más recuerdos, ni contestar preguntas, ni sentir que tengo que rendir cuentas”, se lee en el testimonio de la mujer que denuncia haber sido abusada sexualmente por Guerra. Los hechos, según la víctima, ocurrieron en noviembre del año pasado en Bogotá. Hay testigos que con sus relatos respaldan la denuncia, que estuvo guardada por varios meses ante la intimidación del director. “Me dijo: ‘Este va a ser nuestro secreto y espero que así sea’. Yo le dije que sí, porque me daba miedo que se pusiera a hacerme daño profesionalmente”, cuenta Adriana, como la nombran en la publicación, que también revela el acoso del director incluso en medio de rodajes.

“En este caso se suma un nuevo elemento al patrón descrito: el contexto laboral, donde Guerra se encuentra en una clara posición de poder sobre la acosada”, señalan las autoras del reportaje, en el que citan al colectivo RecSisters, que recoge información sobre la violencia de género en el gremio audiovisual de Colombia, y que en una encuesta realizada encontraron que el 81% de las entrevistadas ha sufrido acoso sexual laboral y el 84% decidió no denunciar, una de ellas afirmó: “Cuando los productores lo supieron solo me dijeron que me acostumbrara, que no podía andar quejándome por eso”. Según el mismo estudio, las que denunciaron se enfrentaron a burlas, despidos, ser juzgadas como problemáticas, veto y marginación en el gremio. Los abusos más graves y las violaciones normalmente no son denunciados por miedo a ser despedidas o excluidas, según el estudio del colectivo RecSisters.

“Cuando una mujer habla con nombre propio se le cuestiona su vida privada, nadie le cree, en lugar de cuestionar al agresor. No solo pasa en Colombia, en general falta solidaridad con las víctimas”, apunta Bohórquez.

Horas después de la publicación, el cineasta emitió un comunicado y difundió un vídeo en el que rechaza todas las acusaciones. “Me permito manifestar que no he cometido ninguna de las faltas de las que se me señala, y que no tengo otra opción para limpiar mi nombre, que recurrir a las vías legales”, dice Guerra, quien se encuentra en Ciudad de México, donde antes de las restricciones decretadas por la pandemia de coronavirus había empezado a rodar una serie sobre Hernán Cortés y Moctezuma. El director, que lleva años encadenando éxitos de la crítica, afirma que los relatos son falsos y califica a los ocho testimonios como “horrorosas, mentirosas y malintencionadas palabras”. “Les pido que por favor antes de juzgar, todos esperemos que la justicia evalúe y arroje total claridad de los supuestos hechos mencionados”, asegura.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_