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25 años sin Antonio Flores: sus mejores diez momentos musicales

Un 30 de mayo de 1995 falleció el cantante, 15 días después que su madre, La Faraona. Tenía solo 33 años, tiempo en el que dejó muestras de su talento

Carlos Marcos
Antonio Flores en una imagen de los años ochenta.
Antonio Flores en una imagen de los años ochenta.Pepe Franco (Cover/Getty Images)

Antonio Flores murió con 33 años, así que nos quedamos sin saber su verdadero potencial como artista. Después de su trágico fallecimiento (15 días después de su madre, Lola Flores), algunas voces definieron al músico como un poeta genial. Escuchando su deslavazada discografía cuesta llegar a esa conclusión. En 15 años de carrera editó solo cuatro discos: Antonio (1980), Al caer el sol (1981), Gran Vía (1988) y Cosas mías (1994). Como se aprecia, hay dos parones importantes de varios años, producidos por sus choques con las discográficas. Él quería controlar plenamente su carrera y los responsables de las compañías no hacen normalmente gala de esa generosidad.

Solo en 1994, cuando edita Cosas mías, su trabajo más completo, se aprecia que el cantante empieza a dar personalidad a su carrera. Pero un año después moriría. Estos son los diez momentos más destacados de su trayectoria…

- ‘No duraría’ (1980)

Con esta canción se abre el primer disco largo de Antonio Flores, un trabajo en general inconexo e ingenuo. No dudaría es lo mejor del lote. Fue su primer éxito. El músico tenía 19 años, poca experiencia y algunas ideas interesantes. El sonido del álbum tiene todo lo bueno y todo lo malo de las producciones de los ochenta. Se agradece la inclinación hacia lo festivo, pero adolece de contundencia. No dudaría es un tema pacifista donde, curiosamente, el gancho es un “parachururuchuru”.

- ‘Libre’ (1980)

También de su primer álbum. Es interesante porque es un manifiesto de Antonio Flores y su relación con la industria discográfica. A pesar de que era su primer experiencia discográfica ya se las tenían tiesas. Dice así este Libre: “Yo no quiero que nadie me diga. / Lo que tengo o no tengo que hacer. / Ni que nadie organice mi vida. / Porque soy como tengo que ser. / Cada cual que se meta en sus cosas. / Pero a mí que me dejen en paz. / No me tiendan caminos de rosas, porque sé donde quiero pisar”. Por primer vez en todo su primer álbum, Flores canta con garra, con un estilo que concretaría en el futuro. Musicalmente este Libre es heredero de Los Chichos y Las Grecas.

- ‘No puedo enamorarme de ti’ (1981)

Una de las mejores baladas de Antonio Flores. Claramente influída por Knockin’ On Heaven’s Door (Bob Dylan), el cantante madrileño se luce vocalmente, los coros femeninos ensalzan el estribillo y el solo de guitarra confiere garra a la canción. Pertenece a segundo disco, Al caer el sol, bastante más acertado que su debut. En cuanto a la letra, con Flores ocurre lo mismo que con Antonio Vega, que se ve la sombra de la droga por todas partes. Esta canción puede referirse a la heroína, o a una relación con una mujer.

- ‘Pongamos que hablo de Madrid’ (1981)

Resulta curioso que alguien que destacó por su labor como compositor consiguiera su canción más recordada con una versión. Flores supo imprimir rockerío a esta pieza de Joaquín Sabina. El cantante ya exhibe su voz rasgada, característica que cultivó desde entonces. Flores vio con claridad que acelerando la versión de Sabina, añadiendo unos coros y creyéndose la letra (que le va muy bien, la verdad) tendría posibilidades de trascender. Y así fue.

- ‘De ley’ (1992)

Cuando se empezó a tomar en serio como músico a Antonio Flores fue con él en un segundo plano, como compositor. De ley es el disco que puso en el mapa musical a su hermana Rosario. El álbum está lleno de composiciones de Antonio: el popularísimo Mi gato, Sabor, sabor, Escucha primo, Quiero que me beses, La gaviota… Un disco alegre, vitalista y sentido en una España, la de 1992 (con la Expo, los Juegos Olímpicos, la inauguración del AVE…), eufórica y derrochadora. Antonio ayudó a su hermana Rosario a conseguir lo que todavía él anhelaba: un disco entero coherente y exitoso.

- ‘Cuerpo de mujer’ (1994)

El 1994 Antonio Flores publica su disco más logrado, Cosas mías. Bien producido, canciones a la altura y una compañía discográfica grande que elabora un plan para poner al artista en la primera línea del pop español. Y lo consigue. Cuerpo de mujer es uno de los buenos temas de este disco. Un medio tiempo balanceante y caliente que le hubiese sacado también mucho partido su hermana Rosario. Mientras se va deslizando una guitarra country, Flores consigue (algo inaudito) fundir la ternura de la infancia con el sexo: “El garabato de un niño es tu cuerpo de mujer”. Tiene mérito, sí.

- ‘Siete vidas’ (1994)

Su gran balada, dedicada, como él aseguró, a su relación con Ana Villa, la madre de su única hija (la hoy actriz Alba Flores), con la que se casó en 1986. Se trata de una carta de disculpa y de súplica. Una personalísima letra donde el artista reconoce sus bajadas al infierno y promete no reincidir: “Tranquila, mi vida, he roto con el pasado./ Y mil caricias para decirte que siete vidas tiene un gato./ Seis vidas ya he quemado y esta última la quiero vivir a tu lado”.

- ‘Alba’ (1994)

La canción dedicada a su hija, Alba, a ritmo de rumba y muy en la línea musical de lo que compuso para su hermana Rosario en De ley. Un tema alegre que tiene tanta trascendencia sentimental como artística.

- ‘Una espina’ (1994)

Una de las mejores letras de Antonio Flores. Solo a piano y voz, el artista escarba en sus demonios interiores con versos como estos: “Una espina se clavo en la cima de mi montaña./ Y una nube se posó sobre mi tela de araña./ Sabe Dios lo que pasó./ Y está escrito en mis entrañas./ La zarpa que desgarró mi túnica de pasión”. El cantante interpretó este tema con su hermano Lolita en un programa de televisión:

- ‘Coraje de vivir’ (1994), Lolita, Rosario y Antonio Flores

Lola Flores era una mujer emocional que lloraba siempre que sus sentimientos se lo pidiesen, aunque hubiese millones de personas observando. Es lo que pasó en 1994 en un homenaje televisivo que se rindió a La Faraona. Cuando irrumpieron en el escenario sus tres hijos (Lolita, Rosario y Antonio) a interpretar Coraje de vivir, Lola lloró a cántaros. Después de 20 años luchando contra un cáncer, la letra de la canción no era nada metafórica: “Es el llanto y la sonrisa. / Es querer y no poder. / Es vivir con tu verdad. / No es quejarse por placer. / El coraje de vivir y no morir. / Coraje de vivir, eso es así”.


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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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