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Las Grecas dejan su infierno aupadas por los ‘millennials’

La dramática historia de este famoso dúo de los 70 salpicada de adicciones sale de nuevo a la luz por la recuperación de su música que ha hecho Rosalía

Carmela y Tina Muñoz Barrull, Las Grecas. En vídeo, la versión de Rosalía de 'Te estoy amando locamente'
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Ha sido uno de los vídeos más compartidos y comentados las últimas semanas. Rosalía interpretando el clásico de Las Grecas Te estoy amando locamente, que ha incluido en sus actuaciones en Coachella y Lollapalooza, para sorpresa de los presentes en estos festivales celebrados en California y en Chile. Un evento para jóvenes millennials que probablemente nunca habían escuchado un tema que vendió medio millón de copias cuando se lanzó en 1974 y que se convirtió en un clásico popular de la música española. Muchos tampoco conocerán el drama que marcó a las dos hermanas que formaron este dúo de flamenco rock, Carmela y Tina Muñoz, y que 45 años después ha sido desempolvado junto al recuerdo de su enorme éxito. Una historia marcada por la tragedia de Tina, que vivió un infierno de casi dos décadas a causa de una esquizofrenia, la adicción a las drogas, el ingreso en prisión por agredir a su hermana con un cuchillo, el abandono de cinco hijos y finalmente la muerte enferma y sola en un centro de acogida.

Las Grecas duraron seis años, entre 1973 y 1979, pero el recuerdo de las Muñoz Barrull permanece imborrable. Carmela era la mayor, nacida en 1954, y que hoy tiene 65 años. Tina nació un año después. Pasaron una temporada con su familia en Argentina por cuestiones de trabajo de su padre, y regresaron a Madrid en 1970, donde empezaron a moverse por los tablaos de la capital. Consiguieron trabajo en el de Manolo Caracol y después en el de Lola Flores, donde conocieron al compositor Felipe Campuzano y al productor de su primer disco, Gipsy Rock. El adelanto del álbum, el eterno Te Estoy Amando Locamente, o como ellas lo pronunciaban, locamenti, sorprendió con una mezcla de castellano y caló y versos inolvidables como dame tu ausensi. Se convirtió en un bombazo que estuvo cinco semanas en el número uno de las listas de ventas. Su último disco juntas, ya que años después Las Grecas intentarían un regreso con otras componentes, vio la luz en 1977, y desde finales de esa década nada salió bien. No tuvieron las ventas esperadas, denunciaron que fueron estafadas por aquellos que debían velar por su carrera y comenzó el descenso a los infiernos de la menor de las hermanas.

A Tina le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide que se vio agravada por su adicción a la heroína. Su decadencia fue total. Se la veía descalza deambulando sola o acompañada de otros toxicómanos y prostitutas por las calles de San Blas, en Madrid, y terminó en prisión por apuñalar en un hombro a su hermana tras una de sus crisis. Fue especialmente sobrecogedora su entrevista en televisión a José María Íñigo en la que no solo no reconocía su situación sino que justificaba estos episodios en que había elegido una vida hippy, sin ataduras y en libertad. Finalmente, fue acogida en un centro de Aranjuez, donde murió el 30 de enero de 1995. Hace año y medio se descubría el mayor dolor que vivió Tina durante todos esos años. Tuvo cinco hijas de tres relaciones de las que tuvo que desprenderse. La primera fue Saray, en 1975, fruto de una relación con un gitano que se desentendió. Tina le dio sus dos apellidos. Cuatro años más tarde, coincidiendo con el fin del dúo musical, nació Tamara, hija de un venezolano. A partir de ahí y ya aquejada de todos sus males, vinieron las mellizas Siria y Tania, también del venezolano. El padre desapareció y las pequeñas fueron dadas en adopción. Ya con su nueva familia recibieron los nombres de María y Marta. En 1986, en plena demencia, tuvo a la última, Alba, con una pareja de nacionalidad iraní. También fue entregada a otro matrimonio que la llamó Begoña.

A finales de 2017, ABC contó la historia de las cinco hermanas coincidiendo con un concierto homenaje organizado por Saray. Después vino el reencuentro entre ellas, logrado gracias a Google y Facebook, que hablan de la malograda artista con orgullo, pero también con tristeza. Saray achaca la vida que llevó su madre a que era una persona extremadamente sensible. Aquel homenaje fue el momento elegido para desvelar en una entrevista en este periódico el verdadero motivo de su fallecimiento, una enfermedad maldita para los gitanos, cuyo nombre nadie se atrevía a mentar. La otra Greca, Carmela, había dicho en alguna ocasión que la muerte de Tina se produjo “por un virus que cogió”. “Sobre mi madre se han contado muchas mentiras. Es verdad que la enfermedad la volvía agresiva. Pero se ha hablado demasiado de drogas y alcohol cuando la realidad es que murió de sida. El sida es un tabú en el mundo gitano y por eso no se dice, pero yo no quiero que las mentiras se tapen con más mentiras”, sentenció Saray.

Hoy la realidad más triste de Las Grecas ya no incluye secretos, en un momento en que se reivindica lo más importante del dúo. Su personalidad, su actitud revolucionaria, y su cante. No solo Rosalía, también Soleá Morente o el rapero El Coleta. Todos artistas jóvenes y modernos que en 2019 no aceptan la ausensi de Las Grecas.

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