Las galerías se colocan en sus puestos de salida
Los espacios dedicados a la venta de arte, que podían abrir con cita previa desde la fase cero, van incorporándose a su actividad a un ritmo desigual
Deseosas de recuperar el pulso de la normalidad, las galerías de arte se preparan para la reapertura con tantas ganas como cautela. Durante el confinamiento, desde parte del sector se ha venido reclamando que, a la hora de la desescalada, fueran consideradas pequeños comercios y se acogieran a las primeras fases para poder abrir cuanto antes. Y así ha sido. Al inicio de la fase cero, las galerías, como ocurrió con las librerías, ya podían abrir sus locales para recibir con cita previa a sus clientes. Aunque algunas, muy pocas, comenzaron a atender a compradores (una de ellas es, por ejemplo, la madrileña Guillermo de Osma), la mayoría han permanecido cerradas hasta ahora a la espera de pasar, al menos, a la fase 1, algo que finalmente no ha ocurrido ni en Madrid ni Barcelona, las ciudades que más cantidad de estos espacios concentran.
Dado que, además, los lunes suelen ser el día de descanso semanal de este tipo de negocios (al igual que el de los museos), nadie esperaba que este día 11 fuera a convertirse en la gran fiesta del regreso a la rutina del mundo del arte. “Si no se pasa de fase, muchas galerías no van a abrir”, comentaba la semana pasada [antes de conocerse qué territorios avanzaban hacia el desconfinamiento] Juan Silió, secretario del Consorcio de Galerías de España y dueño de dos espacios, uno en Madrid y otro en Santander, que ya recibió a un coleccionista en su local de Cantabria la semana pasada. Esta comunidad autónoma es la primera que verá reabrir un gran espacio de arte: el día 12, martes, vuelve a ponerse en funcionamiento el Centro Botín de la capital.
Cada cual con sus propios medios y en las fechas que ellos mismos decidan, de acuerdo a sus propios ritmos y necesidades, las galerías irán informando a sus clientes y seguidores de las fechas y condiciones de la reapertura por medio de correos electrónicos y mensajes en webs y redes sociales. “Esta semana nos disponemos a prepararlo. [Cuando abramos], nuestra idea es tener jornada continua para evitar que el personal tenga que tomar transporte varias veces al día”, explica Angustias Freijo, de la madrileña Galería Freijo. “También, debido a la superficie de la galería [el espacio tiene dos plantas de 180 y 200 metros cuadrados, respectivamente] nos podemos permitir incorporar a un becario de prácticas, dado que puede trabajar en el área de la planta superior en la biblioteca manteniendo en todo momento más de dos metros de distancia”. A partir de los 400 metros cuadrados, las galerías han de esperar a la fase 2 para retomar la actividad.
“¡De regreso! / We are back!”, escribía este pasado domingo en un correo electrónico para todos sus contactos la galería Fernando Pradilla, que desde el lunes 11 atenderá a sus clientes con cita previa. “Nuestra intención es mantener la programación expositiva que teníamos prevista, presentando sin inauguración, a partir del 4 de junio, la exposición individual del artista español Juan Francisco Casas Non piangere, que tuvo que ser aplazada”, explican. Las fiestas con las que habitualmente se dan por inauguradas las muestras, con sus reuniones de coleccionistas, profesionales y amantes del arte en torno a las obras y unas copas de vino, todavía tendrán que esperar.
Salvar la temporada
Con la abrupta llegada de la cuarentena, muchos espacios se vieron obligados a cerrar con las exposiciones apenas estrenadas. Por eso, como dice Pep Anton Clua, de la galería madrileña Silvestre, muchos van a intentar hacer “de la necesidad virtud” y “estirarán” esas muestras hasta finales de julio [la temporada suele terminar a mediados]. Dado que la capacidad de viajar está limitada, la otra opción posible –por la que ellos se decantarán– es la de “tirar de colectivas”, bien con fondos del almacén u obras de artistas locales. “La idea es acabar la temporada abiertos”, subraya el galerista, que se declara “con muchas ganas” de recuperar la cotidianidad aunque aún no tiene decidida la fecha de reapertura, que podría ser hacia finales de mayo. “Estamos a la expectativa, podría ser incluso en la fase 2”, explicaba el galerista la semana pasada. “No esperamos una locura de ventas, pero por lo menos sí terminar la temporada con alegría”.
El montaje de obras, especialmente para los negocios que se planteen reabrir con exposiciones nuevas, es otra de las dificultades a tener en cuenta. Lo mismo que el abastecimiento de geles, mascarillas y demás medidas sanitarias. “Contamos con todas las medidas de seguridad”, aseguran desde la galería Formato Cómodo, que volverá a partir del martes 12 con la misma exposición que tenían al cierre el pasado marzo. Mientras que galerías como Heinrich Ehrhardt, en Madrid, confiaban su decisión a un paso a la fase 1 que finalmente no se concretó; otras, como Fernández Braso, también en la capital, prefieren esperar a que avancen los acontecimientos. “No te creas que todo depende de Fase 1 o cero, no es tan importante para nosotros”, explica Manuel Fernández-Braso. “Nos tomaremos el mes de mayo con mucha calma independientemente de la fase, por varias razones: por precaución, por responsabilidad social y porque todavía no hay ánimo y confianza suficiente para que se dé lo más importante: que el visitante disfrute de la exposición sin interferencias nocivas pero inevitables en estos momentos”.
Àlex Nogueras, presidente de Art Barcelona, la asociación que reúne a una treintena de estos espacios de la ciudad, asegura que las que han empezado a funcionar allí lo han hecho a puerta cerrada [a partir del 11 abrirán un 60% de estos espacios] y siguen utilizando los canales que proporcionan plataformas online como Koyac o la propia web de cada galería, que han posibilitado vender incluso con la persiana bajada. Por su parte, el Gremi de Galeries d’Art de Catalunya, que aglutina a otras 40 galerías, anunció el pasado martes que todas ellas abrirían el día 11, coincidiendo con la apertura de los museos que permitiría el pase de la fase 0 a la 1 de la desescalada, algo que al final no se ha producido, al considerar el Ministerio de Sanidad que no se reunían las condiciones en parte del territorio catalán, informa José Ángel Montañés.
Babelia
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