La nueva mujer a través del modernismo
Renoir, Sorolla, Ramón Casas, Anglada Camarasa o Rusiñol son algunos de los 29 artistas que plasman el universo femenino en el cambio del siglo XIX al XX. Las obras, que pueden verse en la Fundación Unicaja de Sevilla, forman parte de la colección Daurel
Una excursionista que descansa junto a su bicicleta, como pintó Ramón Casas en 1896 en Descanso de los ciclistas ; una plenarista esbozando un paisaje, Mujer pintando firmada por Josep y Lluís Masriera -padre e hijo- en el mismo año, o el dibujo de Isidre Nonell de 1897 en el que una señora está leyendo un periódico en un parque fueron imágenes revolucionarias en su día que sacaron a la mujer del ámbito doméstico y la presentaron casi al mismo nivel que al hombre. “Son reflexiones de los artistas en un momento en que la mujer asume nuevos papeles en la sociedad, hasta entonces reservados a los hombres. Supuso el cambio sociológico más importante de todo el siglo XX”, ha explicado este martes en Sevilla Braulio Medel, presidente de la Fundación Unicaja.
La mujer intelectual, la trabajadora o la urbana que es dueña de su tiempo libre y sale a divertirse están presentes en la exposición Mujeres. Entre Renoir y Sorolla que se ha inaugurado este martes en la Fundación Unicaja de Sevilla. La muestra reúne 47 obras, entre pintura, escultura y dibujos, de 29 artistas y proceden todas de la colección de la Fundación Daurel en Aravaca (Madrid). Pero estas mujeres modernas conviven con otras sujetas aún a papeles pasivos como las que aparecen en las secciones dedicadas a los retratos o a los desnudos.
“Presentamos el universo femenino del cambio de siglo, del XIX al XX, pero visto a través del ojo de artistas masculinos. En la selección no hay obras realizada por mujeres y eso evidencia la carencia del acceso a la formación que tenían las mujeres en esos momentos. Muy pocas, con excepciones como María Blanchard [Santander, 1881-París, 1932], formaban parte de la élite de los artistas; aunque ella ha sido reconocida mucho más tarde”, ha comentado Helena Alonso, comisaria de la exposición que podrá verse hasta el 28 de junio en Sevilla. Unicaja y la Fundación Fran Daurel -un empresario catalán que además de la sede de Aravaca, donde reúne obras del movimiento moderno, tiene otra en Barcelona, en el Pueblo Español, centrada en el arte contemporáneo- están dispuestos a que esta muestra itinere, aunque aún no han cerrado futuras fechas.
La mayoría de las piezas están firmadas por pintores modernistas catalanes, a los que se suman cuatro óleos del valenciano Joaquín Sorolla, una escultura del zaragozano Pablo Gargallo, y sendos óleos del francés Renoir y el uruguayo Torres García. Pueden verse obras tan singulares como Desnudo en el diván amarillo (1912), de Sorolla, uno de los escasos desnudos que realizó el artista a quien su mujer había prohibido contratar a modelos para sus obras y era ella, Clotilde García del Castillo, y sus hijos quienes solían posar para él. “A esta pintura se le llama vulgarmente La puta borracha, pero creemos que la modelo podría haber sido su esposa, porque a veces ella posaba como si fuera otras personas. El cuadro fue motivo de escándalo, lo compró un particular y se lo llevó a La Habana; allí, según nos ha contado Francisco Daurella, la tenían cubierta con una cortinilla que descorrían solo en ocasiones”, ha contado Alonso.
Las pinturas de Anglada Camarasa, Antonio Utrillo, Santiago Rusiñol, las esculturas de Manolo Hugué, los pasteles de Ricard Canals y las cinco obras de Ramón Casas, el más representado de todo la muestra, forman parte de la exposición permanente de la sede de Fundación Daurel en Aravaca y pueden verse ahora en Andalucía por primera vez.
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