La espada de Boabdil y las 1.004 estrellas árabes
La exposición 'Las artes del metal en al-Ándalus' trae a Madrid piezas islámicas de 30 museos del mundo
Muhammed XII, Boabdil, el último rey nazarí perdió su bellísima espada en 1492; Ibrahim ibn Said al-Sahli representó en 1085 en un globo metálico las 1.004 estrellas que conocían los astrónomos del Islam; y el Grifo de Pisa, la mayor escultura en bronce del mundo islámico medieval -mitad león y mitad águila- pasó a manos cristianas en 1089 durante el saqueo de Almería. Ahora, estas y otras 261 piezas, cedidas por una treintena de museos del mundo, se pueden admirar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en la exposición Las artes del metal en al-Ándalus.
Cuatro años han tardado los responsables de la exposición en reunir unas piezas que forman parte del legado andalusí y que confirieron prestigio y poder tanto al califato cordobés como a los reinos de taifas que lo continuaron. Los árabes, tras su irrupción en la Península en el 711, adoptan la tradición milenaria metalúrgica que pueblos anteriores habían venido desarrollando gracias a las importantes minas existentes, si bien los musulmanes Incluyeron “avances técnicos realizados en la península Arábiga entre los siglos VI y IX”, señala Sergio Vidal, comisario de la exposición.
Para el director general de Bellas Artes en funciones, Román Fernández-Baca, la exposición del Arqueológico es “una de las principales colecciones andalusíes del mundo”, con objetos que han sido prestados por el Museo Arqueológico de Córdoba, el Museo de la Alhambra, el Museum für Islamische Kunst de Berlín o dell’Opera del Duomo, en Pisa (Italia), entre otros.
La Biblioteca Nacional de Francia ha prestado un globo de latón que representa la bóveda celeste, que incluye 47 de las 48 constelaciones ptolemaicas y que fue realizado en un taller de Valencia. No menos espectaculares son tres espadas jinetas o nazaríes que proceden del Arqueológico Nacional, del Museo del Ejército y del de San Telmo, en San Sebastián. Las jinetas eran armas de doble filo y con bellísimas empuñaduras adornadas con los más valiosos materiales. Se forjaron hasta la toma de Granada en 1492. En la muestra también, y dentro del apartado militar, se puede admirar una daga, atribuida igualmente a Boabdil, y que le fue arrebatada en la batalla de Lucena en 1483 por las tropas de los Reyes Católicos. Fue fabricada, tanto la hoja como la empuñadura, con acero, marfil, madera, latón, plata, cuero y seda.
A pesar del rechazo a representar seres vivos en la cultura islámica, en al-Ándalus era muy habitual realizar este tipo de esculturas zoomorfas asociadas a claves religiosas y moralizantes que hundían sus raíces tanto en las tradiciones romanas como en las sasánidas, en Persia. De hecho, en la exposición se exhiben surtidores de bronce en forma de ciervo procedentes de los yacimientos islámicos de Córdoba y Medina Azahara y que decoraban las albercas de ambas ciudades califales.
Una de las joyas de la muestra son los llamados Bronces de Denia, un conjunto de piezas hallado en la localidad alicantina a principios del siglo XX en el interior de una vasija. Son 90 objetos metálicos: candelabros, incensarios, braseros, pesos, lámparas… Los expertos han comprobado que proceden de talleres sirios y egipcios y que fueron transportados hasta al-Ándalus a finales del siglo XI por comerciantes judíos para ser fundidos. Su alto porcentaje en estaño les confería un especial valor ya que este metal escaseaba en la Península.
La orfebrería en oro y plata alcanzó en al-Ándalus un enorme desarrollo gracias a las influencias que llegaban desde Oriente, como el damasquinado y el nielado (incrustación de plata en esmaltes). Las mujeres musulmanas, según las crónicas, iban muy engalanadas, pero apenas ha llegado hasta la actualidad este tipo de alhajas dado su altísimo valor y la facilidad para fundirlas. “Los tesoros conservados son ocultaciones realizadas generalmente en momentos de inestabilidad política y suelen acompañarse con monedas”, indica Vidal, de las que la exposición muestra una amplia gama en oro, plata y cobre. “Además, muchos objetos pasaron a manos cristianas como botín de guerra, como en el caso de las arquetas de plata y oro, que fueron transformadas para su uso en iglesias y catedrales”. La que se muestra en la exposición, por ejemplo, ha sido cedida por la catedral de Girona.
Las artes del metal en Al-Ándalus se mantendrá en Madrid hasta abril del año que viene, cuando se trasladará al Museo Arqueológico de Alicante entre los meses de junio y octubre. Luego Acción Cultural Española -entidad pública de promoción de la cultura en el exterior- llevará a la Exposición Universal Dubai de 2020 un stand con la muestra, muy cerca de donde salieron las tribus que terminaron dejando un legado de valor incalculable en al-Ándalus.
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