El FBI, a la caza de Jean Seberg
Un ‘biopic’ de la actriz, encarnada por Kristen Stewart, revive la persecución al icono de ‘Al final de la escapada’ por su apoyo a los Panteras Negras
La muerte de Jean Seberg (1938-1979) fue catalogada oficialmente como “probable suicidio”. Al fin y al cabo, la actriz lo había intentado una vez al año durante una década. Sin embargo, los documentos también dejaron constancia de “cuestiones irresueltas”. Cuando su cadáver apareció en París, por ejemplo, llevaba 10 días desaparecida.
Así, el fin de la actriz, con tan solo 40 años, sumó otro misterio más a una vida turbulenta y en claroscuro, que cayó en picado desde que el FBI empezó a perseguirla por su apoyo a la lucha de los Panteras Negras en EE UU. Justo este viernes, 40 años después del fallecimiento de la intérprete, el festival de Venecia ha presentado fuera de concurso Seberg, de Benedict Andrews, un biopic y a la vez un homenaje al icono de Al final de la escapada.
Aunque el resultado final, por más que Kristen Stewart a ratos resulte idéntica a su contraparte, hace un flaco favor a la memoria de la actriz. Bastan cinco minutos para entender que se trata del más puro melodrama al estilo de una major de Hollywood: buenos, malos, momentos emotivos subrayados por la música, un símbolo y un mensaje en el que el público pueda creer. El año pasado, otra apuesta de los grandes estudios, Ha nacido una estrella, partió de Venecia para llegar hasta la gala de los Oscar. Cuesta imaginar que Seberg pueda seguir su senda.
La película se centra en una época concreta de la vida de la protagonista: su ocaso. En los setenta, en EE UU, la actriz entra en contacto con Hakim Jamal, activista de la revolución negra. A la vez, empieza un romance con él y con el movimiento, al que apoya también económicamente. De ahí que la intérprete acabe en el radar del espionaje de EE UU, preocupado por los flirteos con la violencia de los Panteras Negras y empeñado en sabotear su batalla. Los agentes no tienen muy claro por qué la estrella se suma a la causa, pero deciden que es suficiente para ponerla en la diana: en el marco del programa de contrainteligencia del FBI, la agencia autoriza una campaña salvaje de difamación que perturba poco a poco su ya precario equilibrio psíquico. El plan no descartaba siquiera, llegado el caso, la eliminación de la intérprete. Finalmente, de eso se hizo cargo ella misma. Probablemente.
Babelia
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