¿De quién son los hijos?
La historia, repleta de adultos que fueron hijos no deseados en su momento, enlaza bien con no pocos dilemas contemporáneos
“Un hospital italiano implanta por error los embriones de una mujer en el útero de otra. La embarazada quiere quedarse los gemelos tras el parto, aunque no sean suyos, algo a lo que no está dispuesta la madre biológica”. La noticia, dada a conocer a la opinión pública en el año 2014 tras la equivocación de un hospital de Roma, se las trae en todos los sentidos, empezando por el bioético y culminando por el emocional. Pero, en lo que aquí nos ocupa, el caso es de un evidente interés dramático, el que ha sabido ver el director venezolano Miguel Ferrari adaptando el insólito caso a las circunstancias de su país en la estimable, pese a sus errores, La noche de las dos lunas, su segundo estreno en España tras Azul y no tan rosa (2013), sorprendente premio Goya a la mejor película iberoamericana en un año en el que otra de las candidatas era la chilena Gloria.
LA NOCHE DE LAS DOS LUNAS
Dirección: Miguel Ferrari.
Intérpretes: Prakriti Maduro, Mariaca Semprún, Luis Gerónimo Abreu, María Barranco.
Género: drama. Venezuela, 2018.
Duración: 110 minutos.
Con un buen salto adelanto en materia de producción, factura técnica y narración desde la meritoria y rabiosa en lo social pero pedestre en demasiados aspectos cinematográficos Azul y no tan rosa, Ferrari despliega su relato en variadas vertientes: la física, la mental, la moral e incluso la legal. Pero asentándose fundamentalmente en la emocional, con una película que se adentra sin miedo en los códigos del melodrama, sabedora desde el inicio de que buena parte de sus particularidades entroncan directamente con el folletín. E incluso juega al metalenguaje con ese personaje interpretado por María Barranco (la producción tiene un 20% de financiación española), inmersa en un culebrón vital, y arrolladora hasta el desmayo soltando frases célebres de películas, como una suerte de culebrón interior dentro del melodrama.
La grandilocuencia musical impuesta por Ferrari y el autor de la banda sonora, Sergio de la Puente, a veces no se corresponde con las imágenes a las que acompaña y, más que elevarlas, las anula. Sin embargo, lo esencial en La noche de las dos lunas es que articula bien las implicaciones del caso sobre la base de una gran pregunta de complicada respuesta: ¿de quién son los hijos? “Si no es tuyo, lo será”, dicen a la embarazada. Así, la historia, repleta de adultos que fueron hijos no deseados en su momento, enlaza bien con no pocos dilemas contemporáneos, desde los vientres de alquiler a la disputa entre dos parejas que luchaban por un mismo sueño y que cayeron en un infierno moral irresoluble.
Babelia
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